El sector del inmueble ha evolucionado de una manera extraordinaria en la última década. La crisis económica y la necesidad de reinventarse han hecho que muchas constructoras y otras muchas inmobiliarias hayan iniciado un camino hacia la sostenibilidad de sus proyectos
A este hecho también ha contribuido mucho la exigencia del propio usuario. Ya no se conforman con un inmueble que tenga un precio que se ajuste al mercado. Ahora buscan casas que se puedan sostener desde el punto de vista de los recursos, y por lo tanto desde el punto de vista económico a corto plazo.
El auge de los nuevos tipos de vivienda
Este nuevo escenario obliga a afrontar la situación desde dos puntos de vista distintos entre ellos pero al mismo tiempo complementarios. Por un lado se busca la venta de casas sostenibles y por otro la reforma de viviendas ecológicas ya existentes para que la optimización de los recursos sea aún más eficiente.
Esta tendencia obliga a tener en cuenta algunos aspectos que son claves dentro del propio inmueble. Uno de ellos es, como ya está pudiendo ver, la instalación de paneles solares, los cuales, permiten una cierta limpieza a nivel eléctrico al utilizar una fuente de energía renovable como es el Sol.
La iluminación es otro de los factores clave. Atrás quedaron tanto las bombillas tradicionales como las de bajo consumo para dar paso al sistema LED. Un sistema mucho más sostenible en el tiempo y que contribuye a optimizar la inversión que un inmueble tiene que hacer mensualmente en electricidad.
Pero ahí no termina todo ya que cada vez son más los inmuebles los que incorporan sistemas de calefacción que no se basan en combustibles fósiles. Es el caso de la biomasa, valga como ejemplo el hueso de aceituna o el pellet, la cual, está ganando terrenos a otras formas más habituales como el gas o el gasoil. Aún así las nuevas construcciones de viviendas llegan incluso a estar tan aisladas y con sistemas de ventilación mecánicos que ni siquiera hace falta el uso de sistemas calefactables.