La Increíble Historia de la Isla de las Rosas es una película de Netflix dirigida por Sydney Sibilia protagonizada por Elio Germano. Una peli divertida, muy “a la italiana”, simpática y agradable y, mira, no es que sea ninguna maravilla pero os la vamos a recomendar por razones que os vamos a explicar.
Argumento de La Increíble Historia de la Isla de las Rosas
Giorgio Rosa es un ingeniero con una idea tan original como estúpida para ganarse el amor de una mujer: construirse una isla en aguas internacionales donde cada persona puede hacer lo que le de la real gana (más o menos).
La Película. Crítica
¿Saben eso de “italinada”? Era una película así… con un toque setentero, su dosis hortera subido, su aire discotequero, juvenil, un poco “cutre”… con ganas y sin dinero, como es la gente cuando es joven (cuando crecemos nos quedamos amargados, y sin dinero igual, así que estábamos mejor antes, definitivamente).
Esta película es toda una “italinada” y que me perdonen por el término, pero lo digo con todo el cariño. Es simple y hasta tonta, facilona… y nos acaba llegando en toda la ingenuidad de su planteamiento original: un individuo puede llegar a tener algo que decir. Sí, es absurdo hoy en día porque las grandes agrupaciones todo lo mandan y todo lo designan y rigen con mano firme la voluntad y ay del que no esté de acuerdo. Pues esta historia se atreve a decir, con toda su falta de medios su sonrisa “tontorrona” que un alarido de individualidad y libertad, aún es posible.
No tiene grandes interpretaciones, la trama puede que se hiciera mejor con otro guionista y algunos personajes son títeres de la historia cuando no marionetas… ¿y qué? Está basado en una historia real y esta vez sí nos “mola” porque no todo es gente sufriendo alguna atrocidad, es gente levantando la cabeza contra el sistema y poniendo “a caldo” a quien hay que poner (y parece que ya no soy el único imbécil que lo piensa).
Una peli simpática y que da ganas de hacer cosas y dejar de aplaudir a los cuatro payasos que tratan de quitar las ilusiones a todo el mundo para, de alguna manera, saciar sus mediocres ansias de grandeza.
Nos ha gustado esta película por lo mismo que deberíamos decir que es una caca, porque en su medianía bien transmitida nos deja un aliento a libertad que se ve ya poco en el cine.
Y tal vez por eso nos gustaban los westerns y esas pelis que sí han pasado a la Historia, porque en el fondo nos decían, desde Hollywood o desde África o desde China, no importa, que unos individuos, con dos narices, pudieron hacer algo por muy imposible (e idiota, sí), que esto fuese.
Y por eso la aplaudimos y le damos cuatro estrellas de Navidad y del Niño Jesús y del portal de Belén… fun, fun, fun.
Ésta nos ha gustado porque nos ha llegado.