El poeta Josep Cornadó da su visión sobre Sant Jordi

Cuando llega la festividad de Sant Jordi es algo que se celebra con un gran entusiasmo en Cataluña. Es un día del año en el que las calles de las ciudades y de los pueblos se llenan de personas que salen a las calles a disfrutar de las distintas propuestas alrededor de la fecha y, en particular, de las decenas de puestos de venta de libros y de rosas que también salen a las calles para reunirse con el público. A continuación, el poeta Josep Cornadó da su visión sobre este día y cuenta sus orígenes

¿Qué es el Día de Sant Jordi?

Sant Jordi es el patrón de Cataluña. El Día de Sant Jordi es una festividad que ha ido adquiriendo cada vez más importancia con el paso de los años y que, hoy, explica Josep Cornadó Mateu, es fundamental en la historia y la cultura de Cataluña.

Una de las claves de esta festividad se da en los balcones de las ciudades y de los pueblos, que se engalanan con la senyera, entendiendo que los puntos centrales de esta celebración son el amor y la cultura, lo cual se ve representado en las rosas y los libros.

Si bien uno de los sitios más importantes para vivir esta celebración en el caso de los turistas es Barcelona, donde La Rambla se llena de puestos de floristas y libreros, lo cierto es que, durante esta celebración, es común que en todos los pueblos de Cataluña se puedan encontrar libros en todas las lenguas que se hablan en la región, como así también puestos especializados en libros en catalán. Esto se debe a que es un día de promoción, de difusión y de defensa de la cultura y de la lengua de Cataluña.

La celebración de Sant Jordi se lleva a cabo en toda España el 23 de abril. Es el día en que murió el caballero Jordi. Tras su muerte, este empezó pronto a ser venerado como un mártir y comenzó a aparecer en la literatura fantástica con grandes historias ligadas a su figura.

La leyenda de Sant Jordi

De acuerdo con el poeta Josep Cornadó, para poder comprender esta celebración, es muy importante conocer la leyenda detrás de este día. Lo que esta cuenta es que, hace mucho tiempo atrás, en Montblanc (Tarragona), un feroz dragón capaz de envenenar el aire y de matar con su aliento, tenía atemorizados a todos los habitantes de la ciudad.

Un día, ya cansados de vivir bajo este temor y de los estragos que el dragón causaba en la ciudad, tomaron la decisión de calmarlo dándole de comer a una persona al día. Esta persona sería elegida a través de un sorteo. Sin embargo, luego de varios días, le llegó el turno a la princesa de la ciudad.

Cuando la princesa, seleccionada, abandonó su hogar y se dirigía hacia el dragón, un caballero, llamado Sant Jordi, apareció de repente con su caballo blanco y su brillante armadura. Alzó su espada y logró atravesar con ella al dragón, matándolo y liberando así tanto a la princesa como a todo el pueblo. En ese momento, cuenta la leyenda que de la sangre del dragón brotó un rosal con las rosas más rojas que se habían visto jamás. Sant Jordi tomó una de ellas y se la dio a la princesa.

Casa Batlló y la leyenda del dragón, según Josep Cornadó Mateu

Según Josep Cornadó, esta mítica leyenda se encuentra representada especialmente en Casa Batlló, a través de su fachada, como así también en dos espacios de su interior. En la azotea de este histórico monumento, el dragón aparece con su lomo a través de las tejas de cerámica en forma de escamas, atravesado por la Cruz de cuatro brazos que busca evocar la espada de Sant Jordi.

Pero, además, en el último piso, es posible encontrarse con un balcón en forma de flor que representa el balcón de la princesa. En sus pisos inferiores se observan restos de las víctimas del dragón que están representados en los balcones en forma de calaveras, a la vez que las columnas de la tribuna simulan los huesos.

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