55 Steps (2017). Película: Crítica, Reseña

55 Steps
55 Steps

Helena Bonham Carter interpreta a Eleanor Riese, una enferma mental en San Francisco que llama a una abogada (Hilary Swank) para defenderse de las malas condiciones que vive. La abogada se ve envuelta en un caso para mejorar las condiciones de los enfermos mentales (ya saben, en América las sentencias crean jurisprudencia).

Drama, dramón del que no resulta agradable. Además, no tenemos ni un momento de relajación en esta película que nos da bastante pena y que está bien si quieres abrirte las venas porque siempre puedes argumentar que hay otros en peores condiciones. Eso sí, es una película de actores y mujeres fuertes que luchan en la vida.

Por si no insisto demasiado o no soy demasiado claro: no es una comedia y no se esperen nada que les vaya a alegrar la vida. La historia trata sobre la vida de los enfermos mentales y, para más inri, está basada en una historia real así que eso de ‘la alegría de la huerta’ no se le puede aplicar.

Tampoco nos llega a convencer o conmover la historia, narrada de una manera fría y hasta distante. No es Erin Brockovich y, a pesar de tener a dos grandes actrices, no nos llega a entusiasmar en ningún momento (opinión personal, que luego me critican por ahí).

No es una película agradable de ver ni creo que haya sido un taquillazo por su temática y condición, oscilando entre el drama judicial, el realismo y el drama más triste. Un drama humano.

Dos estrellitas del Niño Jesús porque somos así de majos.

Tráiler

Imágenes

55 Steps

Año: 2017
Duración: 115 min.
Dirección: Bille August
Guion: Mark Rosin
Fotografía: Filip Zumbrunn

Actores: Helena Bonham Carter, Hilary Swank, Jeffrey Tambor, Richard Riddell, Tim Ahern, Steve Warky Nunez, Kathleen Renish, Ricky Watson, Tim Plester, Vincent Riotta, Anneika Rose, AnnaCorey, Patrick Simons

Argumento: Colette Hughes, abogada de los derechos de los pacientes, va a defender a nueva cliente, Eleanor Riese, una paciente de la unidad psiquiátrica de un hospital de San Francisco. Hughes no se imagina que, además de emprender una batalla legal para mejorar el tratamiento de los enfermos mentales en los hospitales, transformará su vida.

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