‘La Chaqueta Metálica’ (1987). Crítica de la Película

© 1987 Natant ? Todos los derechos reservados
Martin Cid Martin Cid

La Chaqueta Metálica (Full Metal Jacket) es una película de Stanley Kubrick de 1987 protagonizada por Matthew Modine.

Estamos ante un clásico del cine, de ésos que se recuerdan y que no se parece en nada a otras películas de Kubrick (ni en el lenguaje, que todos recordamos). La Chaqueta Metálica es una película que no olvidas y que pone a Kubirck (por si a estas alturas no lo estaba ya) entre los más grandes de la historia del cine.

La Chaqueta Metálica

Si 2001: Una Odisea del Espacio no era bastante (que lo era), viene el tipo y nos hace La Naranja Mecánica y luego nos llega esto, inclasificable. Kubrick es un tipo que ha tocado todos los géneros y los ha revolucionado todos. Sí, personalmente debía ser un tipo muy, muy difícil, pero su cine es sobresaliente, y éste es sólo un ejemplo de ellos.

Permítanme una reflexión personal sobre el señor Kubrick. Hay dos tipos de personas (cuñantas veces habremos escuchado esto, jeje): las que arriesgan y las que se conforman y Kubrick arriesgó en cada una de sus películas y por eso será siempre uno de mis dos o tres directores favoritos (los otros dos también cambiaban en cada película).

Hablando ya de la película. Vayamos un poco atrás y esto de criticar a la grande y poderosa nación… no se llevaba y apenas se había iniciado y cuando salió Platoon fue toda una revolución porque no ponía a los americanos como héroes tipo Rambo (que era lo que se había hecho hasta entonces para justificar, es Hollywood). Y llegó Kubrick y dijo, con sus dos narices: me voy a partir la película en dos y hacer dos historias distintas que se complementan un poco, pero que son dos historias que prácticamente sólo comparten el personaje principal y el subtexto. ¿Por qué? Porque él lo valía, así de simple.

Imagen de la película "La chaqueta metálica"
La Chaqueta Metálica

A estas alturas no creo que le gafe a nadie la peli así que me permitiré ser un poco más explícito en esta ocasión. Primera parte: la formación de los reclutas. Salvo en El Sargento de Hierro (y creo que no se le acerca), no habíamos escuchado un vocabulario tan soez. El instructor (que en realidad se dedicaba a esto en la vida real, murió hace poco, por cierto), las suelta torcidas y no podemos menos que sonreír y decirle a los chavales que se vayan a la cama, que esa noche pueden usar el móvil a su antojo. Segunda parte: la guerra en sí. Puede que sea más recordada la primera y cada vez que alguien me comenta la película me suelta alguna de las frases de nuestro querido instructor. Y ya puestos… vamos a recordar algunas.

Pues ya sabéis, a decirle al señor Kubrick eso de “señor, sí, señor” (eso le decía yo a mi ex todo el día, jeje). Ahora bien, todo está narrado al ‘estilo Kubrick’: frialdad a tope y que nos deja con la cara de WTF (si no sabéis qué significa, mejor que mejor). Recordemos la época de nuevo: otra vez revoluciona todo, un inglés haciendo la mayor crítica a la guerra de Vietnam que se había visto hasta entonces. ¿Por qué? Porque él lo valía.

Full Metal Jacket (1987)
Full Metal Jacket (1987)

La segunda parte es una reflexión entre lo humano y lo absurdo. Siento las palabras, pero como dice uno de los personajes, si tuviera que elegir una palabra para esta guerra sería “putada” (o algo así). Después del primer espectáculo, preparándoles para el absurdo, se enfrentan cara a cara con él y todos aquí pierden, porque es absurdo lo de comerse un donut y lo del instructor, y toda la guerra y, en definitiva, todo el espíritu humano que la película plasma tan vehemente y fríamente a la vez.

Como el que escribe esto soy yo y no tengo que fingir por una vez alguien que no soy: me parece una obra maestra del cine porque el tipo arriesga. ¿Ganó? ¿Perdió? A nuestros nietos les hablaremos de ese tiro en el último segundo para ganar el partido, y Kubrick, como Reggie Miller, se tiró unos cuantos a lo largo de su carrera.

Y me encanta. Para eso se juega al baloncesto o se escriben libros o se hacen películas.

Jo, y encima se estrenó el día de mi cumpleaños.

Comparte este artículo
12 Comments