“El robo del diamante” es una miniserie documental de Netflix dirigida por Jesse Vile que, sin embargo, lleva el sello de Guy Ritchie como productor ejecutivo. Sólo con echar un primer vistazo resulta absolutamente inevitable acordarnos de “Snatch” (2000), la película que le dio a Ritchie fama internacional.
“El robo del diamante” es un documental que se combina con los elementos habituales del cine creado por Ritchie y con una historia y una ambientaciónque, inevitablemente, os van a resultar muy familiares.
Guy Ritchie, el aclamado director y productor conocido por sus descarnadas comedias sobre crímenes y sus narrativas llenas de acción, ejerce de productor ejecutivo de esta exploración en tres partes de un audaz intento de robo de diamantes en la vida real. No se trata de otro relato de un crimen histórico; con la participación de Ritchie, los espectadores pueden anticipar un viaje dinámico y atractivo al corazón de una atrevida aventura.
Aquel Londres de principios del milenio
El cambio de milenio fue un período de gran atención nacional, con las celebraciones del milenio como protagonistas. La inauguración de la Cúpula del Milenio fue un acontecimiento muy publicitado, destinado a simbolizar una Gran Bretaña optimista y con visión de futuro. Sin embargo, el ambicioso proyecto no estuvo exento de críticas, enfrentándose a un considerable debate sobre su enorme coste y, en última instancia, a la falta de visitantes previstos. Económicamente, Londres vivía a principios de la década de 2000 un periodo de crecimiento, consolidando su posición como importante centro financiero mundial. El sector servicios, en particular los servicios financieros y los sectores profesionales asociados, dominaba la economía de la ciudad. Aunque la economía del Reino Unido en su conjunto era generalmente fuerte en ese momento persistían las desigualdades, y los informes indicaban una brecha cada vez mayor, con una situación financiera cada vez peor para las personas con ingresos más bajos.
Sin embargo, la ciudad también se enfrentaba a problemas sociales como la delincuencia y la pobreza, que seguían siendo preocupaciones importantes para muchos residentes. En el ámbito político, el gobierno laborista, liderado por Tony Blair, estaba en el poder, y un acontecimiento significativo fue el proceso de descentralización en curso en todo el Reino Unido. En el caso concreto de Londres, el año 2000 marcó el establecimiento de la Autoridad del Gran Londres y la elección de su primer alcalde elegido directamente, Ken Livingstone, lo que supuso un cambio notable en el gobierno de la ciudad. En este contexto, la Cúpula del Milenio, un proyecto con un fuerte respaldo político que también se convirtió en tema de debate público, sirvió como telón de fondo destacado para el intento de robo. El clima económico de oportunidades, yuxtapuesto a las desigualdades sociales existentes, podría haber influido en las motivaciones de quienes planearon el crimen. Además, la importancia política y el escrutinio público en torno a la Cúpula del Milenio podrían haber influido en la percepción general y el impacto del audaz intento de robo.

El diamante más caro del mundo
En el centro de «El robo del diamante» se encuentra la increíble historia real de un intento de robo dirigido a la exposición de diamantes de De Beers celebrada en el Millennium Dome de Londres. El audaz plan se desarrolló el 7 de noviembre de 2000, en la emblemática estructura de Greenwich, al sureste de Londres, que desde entonces ha pasado a llamarse O2 Arena. El objetivo principal de este ambicioso atraco era la Estrella del Milenio, un diamante en forma de pera increíblemente impecable que pesaba la impresionante cantidad de 203,04 quilates. En el momento del intento de robo, se estimaba que solo la Estrella del Milenio tenía un valor de alrededor de 200 millones de libras aunque el valor total de los diamantes expuestos, incluidas las estimadas Joyas del Milenio, se acercaba más a los 350 millones de libras. Hoy en día, el valor equivalente de un botín así podría ser significativamente mayor.. Los métodos empleados por la banda local de Londres fueron nada menos que audaces: planeaban utilizar una excavadora JCB para atravesar el perímetro de la Cúpula, apoderarse de las preciosas gemas y escapar rápidamente en una lancha rápida por el río Támesis. Además de la maquinaria pesada y la embarcación de huida, los autores también iban equipados con granadas de humo, pistolas de clavos y mazos, lo que sugiere un plan que incluía tanto la fuerza bruta como intentos de desorientar a la seguridad. La audacia de utilizar un vehículo de construcción para un robo a plena luz del día en un lugar tan destacado, junto con la imagen cinematográfica de una huida en lancha motora, hace que este intento de atraco sea una historia perfecta para cautivar al público.
Los protagonistas
En el centro de la narración se encuentra Lee Wenham, miembro de la banda que intentó el atrevido robo. Su relato de primera mano promete ofrecer una perspectiva única sobre la planificación y ejecución del atraco. Curiosamente, Wenham también publicará un libro titulado Diamond Gangster poco después del estreno del documental, lo que sugiere una inmersión más profunda en sus experiencias. Para contrarrestar la perspectiva de los delincuentes, está el DCI John Swinfield, jefe de la Brigada Móvil de la Policía Metropolitana en ese momento, que encabezó la operación de vigilancia que finalmente frustró el robo. Sus conocimientos detallan la investigación policial, sus estrategias y su perspectiva sobre el audaz intento. El documental también presenta a otros agentes de policía que desempeñaron un papel crucial en la frustración del robo, lo que proporciona una visión más amplia de los esfuerzos de las fuerzas del orden. Además, Tom Thorn, que era el jefe de seguridad de De Beers en el momento de la exposición, ofrece su perspectiva sobre las medidas de seguridad adoptadas y las implicaciones del intento de robo. Escuchar directamente a estas personas clave, tanto a los que planearon el crimen como a los que lo impidieron, proporcionará sin duda una comprensión más completa y matizada de los acontecimientos, sus motivaciones subyacentes y las estrategias empleadas por ambas partes.
Un documental con todo el estilo Ritchie
Todo aquí es familiar en “El robo del diamante” y sólo nos faltan Jason Statham y Stephen Graham. Podemos ver los rostros de los autores del robo y cómo lo organizaron, sus motivaciones, el punto de vista de la policía, entrevistas a los que tallaron el diamante. Pero, como en la película de aquel mismo año, los protagonistas son los delincuentes y sus historias.
“El robo del diamante” tiene hasta casi el sentido del humor de las películas de Guy Ritchie e, incluso, el ritmo acelerado y también la banda sonora nos recuerda a sus películas. Sin llegar a ser un homenaje al cine del director británico, “El robo del diamante” sabe tomar ese estilo y trasladarlo al género documental a través de entrevistas con los protagonistas y, sobre todo, mediante las reconstrucciones de los hechos.
Y, cómo no, el montaje del documental: puro estilo Ritche. Acelerado, dinámico, lleno de humor y con secuencias rápidas y aceleradas al ritmo de la banda sonora.
Nuestra opinión
El documental que todos esperábamos con el sello característico que todos esperábamos. Después de haber visto tantas películas de él y todas ellas parecidas, es lógico que el documental no destaque ni invente nada nuevo en cuanto a cinematografía, pero resulta refrescante y, como siempre, es absolutamente impecable en cuanto a realización, montaje y producción.
Dónde ver «El robo del diamante»

