Una nueva serie de animación original para internet (ONA), My Melody & Kuromi, se ha estrenado a nivel mundial en la plataforma de streaming Netflix. La producción da vida a dos de los personajes más reconocidos de Sanrio a través de la técnica de animación stop-motion. La serie es un proyecto de gran envergadura, programado para coincidir y celebrar el 50.º aniversario del personaje de My Melody y el 20.º aniversario de Kuromi. Este lanzamiento representa una notable colaboración, producida por TORUKU, un estudio especializado fundado por el director del proyecto, en asociación con la aclamada casa de animación WIT Studio. La serie está dirigida por Tomoki Misato, un animador que obtuvo reconocimiento internacional por su trabajo en PUI PUI Molcar, con guion de Shuko Nemoto. La confluencia de estos elementos —un lanzamiento global en streaming, la participación de un estudio de prestigio, un director con una identidad artística distintiva y una importante celebración de doble aniversario para la propiedad intelectual— apunta a una iniciativa corporativa deliberada y de alto calibre. Sanrio, una compañía conocida por la gestión meticulosa de su cartera de personajes, parece estar aprovechando este momento como una oportunidad estratégica. La decisión de asociarse con Netflix proporciona acceso a una red de distribución global de más de 300 millones de suscriptores en más de 190 países, asegurando el máximo alcance internacional. Simultáneamente, la participación de WIT Studio y Tomoki Misato señala un compromiso con altos valores de producción y contenido de autor. Esta combinación de componentes comerciales y artísticos sugiere una estrategia calculada para revitalizar una propiedad intelectual clásica para una audiencia moderna y global que valora cada vez más las producciones de alta calidad dirigidas por creadores. El proyecto no se posiciona simplemente como nuevo contenido, sino como un evento significativo diseñado para elevar las marcas de My Melody y Kuromi dentro del panorama contemporáneo del streaming de prestigio, consolidando su relevancia para una nueva generación de consumidores.
Una nueva historia se desarrolla en Marilandia
La narrativa de la serie se sitúa en el fantástico mundo ficticio de Marilandia, el hogar establecido de los personajes. El conflicto central se origina a partir de una rivalidad comercial que se basa en las personalidades centrales de los personajes. My Melody abre una pastelería que se convierte en un éxito inmediato, llena de clientes. Justo al otro lado de la calle, la tienda de dulces japoneses dirigida por su autoproclamada rival, Kuromi, permanece persistentemente vacía. Esta competencia comercial sirve como la manifestación tangible de su dinámica establecida: el éxito aparentemente natural y bondadoso de My Melody en contraste con la ambición esforzada y resentida de Kuromi. La trama se pone en marcha por un incidente clave: My Melody descubre un misterioso corazón rosa mágico en el bosque. Este descubrimiento actúa como catalizador, desencadenando una cascada de eventos extraños y perturbadores que comienzan a afectar a toda Marilandia. La situación escala de una rivalidad personal a una crisis mayor que amenaza el destino de su ciudad y sus habitantes. Dentro de esta trama principal, un evento significativo es un concurso de repostería, que introduce a un nuevo personaje, el mundialmente famoso chef pastelero Pistachio, quien actúa como juez. La creciente crisis obliga finalmente a las dos protagonistas, descritas como «polos opuestos», a formar una alianza incómoda. Deben unirse para salvar su hogar, lo que las obliga a superar su animosidad personal. La estructura narrativa funciona como una sofisticada alegoría de los conflictos internos e interpersonales de los personajes. La crisis externa que afecta a toda la ciudad, catalizada por el corazón mágico, es una metáfora del potencial destructivo de su dinámica emocional no resuelta. Para que Marilandia se salve, los personajes deben primero enfrentar y resolver sus propios problemas, lo que requiere un cambio de un marco simplista de héroe y villano a una asociación más matizada y colaborativa. Esto eleva la historia de una simple aventura a un drama centrado en los personajes, enfocado en la reconciliación y el entendimiento mutuo.
Personajes entrañables reinventados en stop-motion
La serie se centra en la compleja relación entre sus dos personajes principales, cuyas personalidades se basan en décadas de tradición de Sanrio y ahora se exploran con nueva profundidad. My Melody, cuyo cumpleaños es el 18 de enero, es retratada consistentemente como una persona directa, honesta, bondadosa y alegre. Su personaje se define por la amabilidad, el amor por sus amigos y familiares, y su pasión por su pasatiempo favorito, hornear galletas y bizcocho de almendras. Su rasgo visual más icónico es su capucha rosa, un tesoro que le hizo su abuela. En la nueva serie, estos rasgos establecidos son la base de su papel como exitosa y querida dueña de una pastelería.
En marcado contraste se encuentra Kuromi, la autoproclamada rival de My Melody, cuyo cumpleaños es en Halloween. Su personaje se construye sobre una base de dualidad. En la superficie, proyecta una personalidad «marimacho»; es traviesa, rebelde y la líder de una pandilla de moteros conocida como «Kuromi’s 5». Su diseño visual refleja esto, con un sombrero de bufón negro adornado con una calavera rosa cuya expresión cambia con su estado de ánimo, y una cola de diablo negra. Sin embargo, este exterior rudo oculta una personalidad que se describe como «bastante femenina». En secreto, Kuromi es una ávida lectora de novelas románticas, lleva diligentemente un diario para registrar sus sentimientos y tiene debilidad por los chicos guapos. Su comida favorita son las chalotas encurtidas, un fuerte contraste con el amor de My Melody por los dulces. Esta serie la eleva de una simple antagonista, un papel que desempeñó en gran medida en la serie de anime de 2005 Onegai My Melody, a coprotagonista, colocando su complejo mundo interior en el centro de la narrativa.
Su dinámica se define como la de «polos opuestos» y «amienemigas». Aunque son rivales, su historia sugiere un vínculo más complicado que la pura animosidad. En la tradición anterior, Kuromi ha mostrado preocupación por el bienestar de My Melody, lo que sugiere que su rivalidad es una parte central de su identidad compartida. La serie parece dispuesta a explorar esta complejidad. La principal exploración temática de la serie es posible gracias a la dualidad inherente del personaje de Kuromi. Mientras que My Melody representa una forma consistente, casi arquetípica, de bondad, Kuromi es un agente de complejidad. Su personalidad establecida, un manojo de contradicciones —ruda pero femenina, rebelde pero romántica, líder pero secretamente insegura— proporciona el contrapunto necesario a la simple inocencia de My Melody. Esta dinámica permite a la serie profundizar en sus temas centrales, creando una narrativa que trata menos sobre un conflicto entre el bien y el mal y más sobre la relación entre la bondad ingenua y el pragmatismo hastiado. El elenco se completa con personajes secundarios del universo Sanrio, incluyendo a los mejores amigos de My Melody, el ratón Flat y la oveja My Sweet Piano, quienes la ayudan en la pastelería. La serie también presenta al personaje original Pistachio, el renombrado chef pastelero cuyo papel como juez del concurso añade otra capa al conflicto central.
La visión del director Tomoki Misato
La elección de Tomoki Misato como director de la serie es un indicador significativo de sus ambiciones artísticas. Misato es un galardonado animador de stop-motion cuya identidad artística se define por una dualidad única y potente. Es ampliamente conocido como el creador del fenómeno viral PUI PUI Molcar, una serie caprichosa y encantadora sobre híbridos de cobayas y coches con conciencia que cosechó un masivo seguimiento internacional por su ternura pura y accesible. Sin embargo, su filmografía también incluye el aclamado cortometraje «My Little Goat», una obra que utiliza una oscura reinterpretación del cuento de hadas «El lobo y los siete cabritillos» para explorar temas psicológicos profundamente serios y perturbadores. Su participación indica que My Melody & Kuromi está diseñada para ser más que un programa infantil estándar. Representa una elección deliberada de infundir una propiedad intelectual «kawaii» con una profundidad de autor, y potencialmente subversiva.
Misato ha sido explícito sobre sus objetivos temáticos para la serie. Pretende utilizar la narrativa para plantear una pregunta central: «¿Qué significa realmente la bondad?». La historia está diseñada para explorar la ambigüedad de las buenas intenciones, mostrando cómo un acto de bondad a veces puede errar el tiro o, al ser demasiado considerado, causar daño inadvertidamente a otra persona. Este tema se explora a través de las interacciones entre las dos protagonistas. My Melody encarna una forma pura y consistente de bondad, pero la serie examinará momentos en los que esta misma bondad se convierte en una fuente de problemas para Kuromi. Esta atención al personaje se corresponde con su técnica de animación; Kuromi está animada con movimientos cómicos y enérgicos, mientras que los movimientos lentos y relajados de My Melody fueron, según se informa, más difíciles de lograr.
Además, Misato ha declarado su intención de superar los límites técnicos y expresivos del medio stop-motion. Ha citado la coreografía de acción de alto octanaje de películas como John Wick y la película de acción coreana La villana como inspiración directa para una secuencia de persecución de coches que aparece en la serie. Esta referencia a un cine de acción real, intenso y cinético, es un potente indicador de su intención de crear una fusión de estilos sorprendente y memorable, subvirtiendo las expectativas del público sobre lo que puede ser una historia con estos personajes. Su estilo de dirección establecido implica llenar los fotogramas con detalles intrincados y mantener un ritmo narrativo rápido, una mentalidad que ha descrito como meter tantos elementos como sea posible en el corto tiempo de duración para recompensar la visualización atenta y disuadir de verla a doble velocidad. Sanrio y Netflix no han contratado a un director de animación genérico; han encargado un proyecto «de Tomoki Misato». La expectativa es que aplique su sensibilidad artística característica, dando como resultado una obra que sea visualmente atractiva para un público amplio pero que contenga capas de complejidad temática e innovación artística que resonarán entre la crítica y los espectadores adultos.
Una fusión de cultura ‘kawaii’ y K-Pop
La serie viene acompañada de una importante colaboración musical que funciona como un sofisticado acto de sinergia cultural y comercial. El tema principal se titula «Kawaii (Prod. Gen Hoshino)» y es interpretado por el popular grupo de chicas surcoreano LE SSERAFIM. La pista fue producida por Gen Hoshino, un músico, actor y productor japonés muy respetado e influyente. Esta asociación fusiona estratégicamente tres poderosos ecosistemas culturales: la base de fans establecida y dedicada de los personajes de Sanrio, la masiva base de fans global de K-pop de LE SSERAFIM y la credibilidad artística de Gen Hoshino dentro del mercado nacional de J-pop. Esta deliberada estrategia de mercado cruzado entre los principales actores de las industrias de la cultura pop japonesa y coreana está diseñada para maximizar el alcance y el impacto del proyecto.
La canción en sí funciona como un metacomentario sobre los temas de la serie y una poderosa declaración de marca. El grupo LE SSERAFIM ha construido su concepto de marca en torno a ser «intrépidas» y empoderadas, un mensaje que ofrece un contraste moderno con la percepción más tradicional y pasiva de lo «kawaii» (la cultura japonesa de lo adorable). El hecho de que este grupo «intrépido» interprete una canción titulada explícitamente «Kawaii» es una elección intencionada. El tema lírico de la canción, según lo describen las miembros del grupo, trata sobre el empoderamiento, creer en uno mismo y abrazar la idea de que «la ternura es fuerza». Esta colaboración redefine activamente lo «kawaii» para una audiencia del siglo XXI. Argumenta que esta estética no es un signo de debilidad o sumisión, sino una forma válida y poderosa de autoexpresión y fuerza interior. Este mensaje alinea la marca clásica de Sanrio con las narrativas contemporáneas feministas y de empoderamiento, ampliando su atractivo y modernizando su mensaje central. La colaboración es una iniciativa de marketing significativa por derecho propio, con las miembros de LE SSERAFIM, que son fans de los personajes, promocionando activamente la serie. La canción, para la cual la miembro HUH YUNJIN coescribió la letra en inglés, también forma parte del próximo sencillo japonés del grupo, ‘DIFFERENT’, integrando aún más la serie en el panorama musical general.
Detalles de producción y de la serie
El marco de producción de My Melody & Kuromi subraya su estatus como un proyecto prémium de alta inversión. La serie consta de un total de 12 episodios, con una duración aproximada de 13 minutos cada uno. Esta estructura se alinea bien con los hábitos de consumo de las audiencias de streaming, creando una temporada concisa y fácil de maratonear que los espectadores pueden ver fácilmente en una o dos sesiones. La producción de animación está a cargo de TORUKU de WIT Studio, con Shuko Nemoto a cargo del guion y Yutaka Yamada componiendo la música. La participación de WIT Studio, un titán en el mundo del anime 2D conocido por producciones visualmente espectaculares y populares, presta su significativa reputación y una garantía de altos valores de producción a este proyecto, incluso a través de su filial especializada en stop-motion. La elección de la animación stop-motion es en sí misma una declaración artística y financiera. Es un medio laborioso y artísticamente respetado que requiere mucho más tiempo de producción que la animación por ordenador 2D o 3D más común. Optar por esta técnica señala un compromiso con la artesanía y el arte. Cada detalle de la producción, desde la elección del medio y el respaldo del estudio hasta la estructura de los episodios, apunta a que se posiciona como un lanzamiento de animación insignia tanto para Sanrio como para Netflix, diseñado para ser percibido como un producto artesanal de alta calidad en lugar de una programación infantil producida en masa.
La serie se estrenó mundialmente el 24 de julio de 2025, solo en Netflix.