Netflix estrena ‘Beso o muerte’, una serie japonesa de alto concepto que mezcla comedia y drama sin guion

Beso o muerte
Martin Cid Magazine ES
Martin Cid Magazine ES
Martin Cid Magazine (MCM) es una revista cultural sobre entretenimiento, arte y espectáculos

La plataforma global de streaming Netflix ha lanzado Beso o muerte, una nueva serie japonesa que presenta una compleja fusión de géneros. La producción combina los elementos estructurales de un concurso de telerrealidad con la espontaneidad del drama de improvisación y la tensión de un programa de juegos conceptual. En su núcleo se encuentra una premisa única descrita como un «juego del beso mortal», un formato diseñado para generar comedia sin guion a través de un escenario cuidadosamente construido de deseo, resistencia e interpretación. La serie sitúa a un elenco de consolidados cómicos masculinos en un marco narrativo donde deben navegar una serie de encuentros dramáticos con el objetivo final de dar un beso culminante que defina la historia. Este concepto central establece un entorno de alta presión donde se ponen a prueba los instintos profesionales y las líneas entre la actuación y la reacción se difuminan deliberadamente.

Un juego de alto riesgo de improvisación y seducción

La serie opera bajo un conjunto de reglas meticulosamente definidas que gobiernan el recorrido de los participantes. El objetivo principal para cada cómico es convertirse en el «protagonista» del drama que se desarrolla sin guion. Este estatus se logra al dar con éxito lo que el formato denomina el «beso definitivo» o el «mejor beso». Este acto no es meramente físico, sino que debe funcionar como un clímax narrativamente satisfactorio para las escenas improvisadas que están construyendo con sus coprotagonistas. El éxito de esta actuación es la única métrica para avanzar en el juego. El conflicto central y el principal obstáculo se introducen a través de un elenco de coprotagonistas femeninas, cuyo papel explícito dentro de la estructura del juego es actuar como agentes de tentación «irresistiblemente seductoras». Los cómicos deben interactuar dramáticamente con estos personajes, construyendo una narrativa romántica mientras resisten simultáneamente cualquier intimidad física prematura o que no esté justificada narrativamente.

La penalización por no adherirse a esta directriz principal es inmediata y absoluta. Si un participante da lo que los árbitros del juego consideran un «beso fácil» —uno que carece de suficiente justificación narrativa o peso emocional—, es eliminado instantáneamente de la competición. Dentro de la diégesis del programa, esta eliminación se enmarca como la «muerte» de un personaje, sacándolo de la historia en curso. Esta mecánica de «juego mortal», aunque metafórica, crea una sensación tangible de peligro que alimenta la tensión cómica y dramática. La estructura de la serie está adaptada al modelo de streaming; el arco narrativo completo está contenido en una única temporada de seis episodios, todos los cuales fueron lanzados simultáneamente, facilitando una experiencia de visionado maratónico. Esta estrategia de lanzamiento permite que la narrativa general de la competición se desarrolle sin interrupción, fomentando la inmersión de la audiencia en las crecientes apuestas del juego.

El propio diseño de esta competición sirve como un sofisticado examen de la ansiedad escénica. Los participantes son cómicos profesionales, individuos cuyas carreras se basan en el control preciso del tiempo, la percepción del público y la entrega exitosa de un remate cómico o emocional. El objetivo del juego, el «mejor beso», es una medida inherentemente subjetiva de la calidad de la actuación, desplazando a los cómicos de su territorio familiar de la construcción de chistes al ambiguo terreno de la autenticidad romántica. Al penalizar un «beso fácil», el formato vincula explícitamente el fracaso con una entrega artística deficiente. En consecuencia, la «muerte» en este juego no es una amenaza literal, sino una potente metáfora del fracaso creativo y profesional bajo el escrutinio público de una audiencia global. La tensión se deriva de observar a expertos en una disciplina siendo rigurosamente puestos a prueba en otra, transformando un simple juego en un metacomentario sobre las presiones inherentes a la actuación y la frágil naturaleza de la validación profesional.

De la mente de un veterano de la televisión de variedades

La fuerza creativa detrás de Beso o muerte es Nobuyuki Sakuma, un veterano productor de televisión acreditado con la planificación y producción de la serie. Sakuma ha forjado una reputación significativa a través de una serie de proyectos exitosos para Netflix, incluyendo el híbrido de talk-show y drama Last One Standing, la íntima serie de diálogos LIGHTHOUSE y el programa de variedades Welcome, Now Get Lost. Su influencia se extiende profundamente en la televisión terrestre japonesa, donde es conocido por crear programas populares y aclamados por la crítica como God Tongue y Achi Kochi Audrey. Este cuerpo de trabajo demuestra un interés constante en desarrollar formatos de alto concepto que colocan a los cómicos en situaciones poco convencionales y psicológicamente exigentes.

Beso o muerte no es un concepto totalmente nuevo, sino más bien una evolución de una preocupación creativa evidente en el trabajo anterior de Sakuma. La premisa de la serie está directamente inspirada en el «Campeonato de Resistencia al Beso», un segmento popular y recurrente de su longevo programa de televisión God Tongue. Dicho segmento ponía a prueba de manera similar las habilidades de improvisación y el autocontrol de los cómicos al situarlos en escenarios donde debían resistir los avances de actrices atractivas. Al expandir este segmento a una serie completa de alto valor de producción para una plataforma global, Sakuma está iterando sobre una fórmula probada, refinando sus mecánicas y escalando su ambición. Este linaje indica que la serie es el producto de una exploración creativa a largo plazo sobre el potencial cómico de la tensión romántica fabricada.

La producción está dirigida por Takashi Sumida, cuya filmografía incluye la película de 2020 Fictitious Girl’s Diary y la serie de 2021 The Road to Murder. El guion de la serie se atribuye a un escritor conocido como Date-san. El productor ejecutivo es Shinichi Takahashi, con Haruka Minobe, Seira Taniguchi y Rieko Saito como productoras. La serie es una producción oficial de Netflix, realizada con la cooperación en producción de Kyodo Television y los servicios de producción de Shio Pro. Esta sólida infraestructura de producción subraya la significativa inversión en un formato que se origina en un segmento de nicho de la televisión de variedades japonesa.

La trayectoria profesional de Sakuma, que culmina en este proyecto, apunta a una tendencia más amplia en la estrategia de contenido global. Sus trabajos anteriores e influyentes como God Tongue fueron creados principalmente para una audiencia japonesa doméstica. Sus colaboraciones más recientes con Netflix, sin embargo, representan un esfuerzo deliberado por adaptar y elevar estos formatos de variedades japoneses únicos para el consumo internacional. Last One Standing, por ejemplo, tradujo con éxito la mezcla de conversación sin guion y drama guionizado que se encuentra en programas como King-chan a un formato que resonó con audiencias globales. Beso o muerte sigue este patrón estratégico, tomando un juego de variedades específico y culturalmente resonante y rediseñándolo como una serie pulida y maratoneable. Esto posiciona a Sakuma como una figura clave en la traducción del panorama televisivo formalmente experimental de Japón para una audiencia mundial, con la plataforma de Netflix actuando como el facilitador crítico para este intercambio transcultural. Su enfoque puede estar informado por una filosofía personal de que la amplitud de la cultura que uno consume en la juventud impacta directamente en la flexibilidad intelectual y la capacidad de aceptar diferentes valores. El éxito de tales proyectos tiene implicaciones más amplias sobre cómo los formatos de entretenimiento regionales pueden ser deconstruidos y reensamblados para un atractivo global.

Una colisión de talento cuidadosamente seleccionada

El casting de Beso o muerte es un componente crucial de su diseño conceptual, reuniendo una diversa gama de artistas de diferentes sectores de la industria del entretenimiento japonesa. El elenco está estratégicamente dividido en tres grupos distintos, cada uno con una función específica dentro del formato multicapa del programa. La interacción dinámica entre estos grupos genera la fricción narrativa y cómica principal de la serie.

Los participantes principales, cuyas habilidades se ponen a prueba, son una selección de destacados cómicos masculinos. Este grupo incluye a Gekidan Hitori, un talento muy versátil conocido no solo por su comedia, sino también como un consumado actor, novelista y director de cine. Le acompaña Tetsuya Morita del dúo cómico Saraba Seishun no Hikari, quien también apareció en Last One Standing de Sakuma; Takashi Watanabe del popular dúo de manzai Nishikigoi; y Crystal Noda del dúo Madical Lovely. La alineación se completa con Kazuya Shimasa del dúo cómico New York y Gunpee del dúo Haru to Hikoki. Esta selección representa una muestra representativa de la comedia japonesa contemporánea, desde veteranos establecidos hasta actos populares actuales.

Un segundo grupo funciona como un panel de estudio, proporcionando comentarios y análisis que guían la interpretación del espectador sobre los eventos. Este panel actúa como un coro griego, deconstruyendo las estrategias de los cómicos y juzgando la calidad de sus actuaciones improvisadas. Está compuesto por Ken Yahagi, la mitad del respetado dúo cómico Ogi Yahagi, y Ryota Yamasato, del dúo Nankai Candies. Yamasato es un rostro familiar para las audiencias internacionales debido a su papel de larga duración como un comentarista agudo en la serie de telerrealidad Terrace House. A ellos se une la modelo y personalidad de televisión Miyu Ikeda. La presencia de este panel refuerza la idea de que la serie no es solo un juego, sino una actuación técnica que está siendo evaluada críticamente.

El tercer y último grupo es el conjunto dramático, responsable de impulsar las narrativas improvisadas y encarnar el desafío central del juego. Este elenco incluye a actores consolidados del circuito comercial, lo que aporta peso dramático a los acontecimientos. El más notable entre ellos es Mamoru Miyano, un prolífico y muy condecorado actor de voz y cantante. Miyano es una figura importante en el mundo del anime, habiendo ganado numerosos premios por sus papeles en series reconocidas mundialmente como Death Note, Mobile Suit Gundam 00 y Steins;Gate. Su participación proporciona un punto de referencia de actuación profesional contra el cual se miden las improvisaciones de los cómicos. El conjunto de actores masculinos también cuenta con Terunosuke Takezai, Jun Hashimoto y Kosei Yuki. El elenco femenino, encargado de interpretar a las figuras seductoras que los cómicos deben resistir, proviene en gran parte de los mundos del cine para adultos y el modelaje gravure. Esto incluye a Mana Sakura, una prominente actriz de video para adultos (AV) que ha logrado pasar con éxito al entretenimiento convencional, apareciendo en películas y dramas de televisión y publicando varias novelas aclamadas. Su primer libro, la obra fuertemente autobiográfica The Lowlife, fue adaptado al cine en 2017. A ella se unen otras artistas y modelos de la industria AV como Mary Tachibana, de ascendencia japonesa y rusa; Kiho Kanematsu, exmiembro del popular grupo de ídolos AKB48; Nana Yagi, que también ha actuado en dramas web; Karin Touno, Ibuki Aoi, Luna Tsukino y MINAMO.

Este enfoque de casting parece ser un acto deliberado de ingeniería cultural. La premisa del programa fuerza una confrontación directa e íntima entre artistas de diferentes estratos, a menudo rígidamente separados, del ecosistema de entretenimiento de Japón. La dinámica central se genera por la fricción profesional entre cómicos y actores convencionales, y artistas de la industria del entretenimiento para adultos, que a menudo son marginados de las producciones comerciales. La inclusión de figuras como Mana Sakura, cuya carrera ha desafiado activamente estas fronteras tradicionales, y Kiho Kanematsu, que ha pasado del pop de ídolos convencional a los medios para adultos, es particularmente significativa. El formato aprovecha los distintos conjuntos de habilidades profesionales de cada grupo enfrentándolos entre sí: el ingenio improvisado de los cómicos se mide contra la pericia de las actrices en la interpretación de la seducción y la intimidad. Esto crea una dinámica de poder única y compleja. En una producción convencional de Netflix, coloca a artistas de la industria para adultos en un papel central, empoderado y antagónico, desafiando así la jerarquía de celebridades convencional y creando un experimento social transmitido en un escenario global.

Deconstruyendo el formato sin guion

Beso o muerte es una obra formalmente compleja que opera en múltiples capas de realidad simultáneas. Los participantes existen como ellos mismos: cómicos compitiendo en un juego de alto riesgo por el orgullo profesional. Al mismo tiempo, interpretan personajes dentro de un drama improvisado, con la tarea de crear una narrativa coherente y un arco emocional sobre la marcha. Finalmente, son objeto de análisis en tiempo real por parte de los presentadores del estudio, quienes desglosan sus decisiones y la calidad de su actuación para la audiencia. Esta estructura metanarrativa fomenta activamente un modo de visionado crítico, invitando al público a considerar las mecánicas de la actuación, la autenticidad y la construcción narrativa.

La serie también se involucra en una sofisticada subversión de género. Toma prestada su estructura fundamental del género japonés de «juego mortal» (death game), una forma narrativa popular en el manga, el anime y el cine, famosamente ejemplificada por títulos como Battle Royale, Liar Game y la saga As the Gods Will. Este género se caracteriza típicamente por competiciones sombrías y de alto riesgo donde los participantes se ven obligados a luchar por su supervivencia literal, a menudo como una forma de alegoría social oscura que explora temas de conformidad, consumismo y deshumanización. Beso o muerte adopta el marco de eliminación de alto peligro del género —el ultimátum de «matar o morir»— pero realiza una sustitución crucial. Reemplaza la amenaza de la muerte física con el espectro del fracaso profesional y la humillación pública. La «muerte» es puramente narrativa y simbólica, una consecuencia de una actuación mal ejecutada. Esta inversión cómica sirve para parodiar el melodrama autocomplaciente inherente al género del juego mortal, utilizando sus tropos no para el suspense, sino para la risa.

El formato técnico del programa es un híbrido, mezclando meticulosamente los principios básicos de dos modos de actuación distintos: el teatro de improvisación y la telerrealidad. Del teatro de improvisación, toma el énfasis en la espontaneidad, la creación de personajes y la narración colaborativa en un entorno no guionizado. De la telerrealidad, toma prestado el rígido conjunto de reglas, la estructura de eliminación competitiva y la sensación general de un concurso fabricado. El motor principal del valor de entretenimiento de la serie es la tensión persistente entre estos dos modos: la libertad creativa que ofrece la improvisación choca constantemente con las restricciones estructurales impuestas por las reglas del juego. Esta colisión obliga a los cómicos a ser simultáneamente artistas creativos y jugadores estratégicos, una dualidad que genera tanto comedia como un genuino suspense dramático.

Este enfoque formal permite que la serie funcione como una crítica incisiva del concepto de autenticidad prefabricada que sustenta gran parte de la telerrealidad. Al convertir la interpretación del romance y el deseo en una habilidad explícita, competitiva y juzgada técnicamente, el programa deconstruye la ilusión de que dinámicas similares en los formatos de citas de telerrealidad son totalmente espontáneas. La premisa misma —lograr el «mejor beso»— elimina la pretensión de capturar emociones «reales». La presencia de un panel de jueces refuerza aún más que la audiencia está presenciando la evaluación de una habilidad técnica, no un desarrollo romántico genuino. Al enmarcar el romance como una actuación competitiva e improvisada, el programa satiriza todo el género de citas de telerrealidad. Sugiere implícitamente que todos esos programas son, en esencia, una forma de «campeonato de resistencia al beso», donde los concursantes interpretan la intimidad y el deseo para sobrevivir dentro de la estructura narrativa del programa. Esto proporciona una capa cínica y sofisticada de comentario sobre la naturaleza misma del entretenimiento sin guion.

Beso o muerte emerge como una serie formalmente ambiciosa y altamente experimental que empuja deliberadamente los límites establecidos del entretenimiento sin guion. Su poder innovador reside en su perfecta combinación de géneros dispares —concurso de telerrealidad, teatro de improvisación y parodia— y en su despliegue de una compleja metanarrativa de múltiples capas que fomenta un compromiso crítico por parte de su audiencia. La serie representa una evolución significativa y lógica en la trayectoria creativa de su creador, Nobuyuki Sakuma, marcando su intento más audaz hasta la fecha de reempaquetar un concepto de nicho de la televisión japonesa para una audiencia global. Se erige como un ejemplo notable de cómo los formatos de entretenimiento culturalmente específicos pueden ser deconstruidos y reimaginados, ofreciendo una experiencia de visionado única y desafiante que es, a la vez, una comedia de alto concepto y una aguda deconstrucción de la interpretación mediática moderna.

La primera temporada completa de seis episodios de Beso o muerte se estrenó para su visionado en todo el mundo en la plataforma Netflix el 9 de septiembre de 2025.

Comparte este artículo
No hay comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *