Netflix reimagina una epopeya: «Kurukshetra» da vida a la gran guerra del Mahabharata en animación

Una nueva visión para una epopeya ancestral

Kurukshetra: La gran guerra del Mahabharata
Martha O'Hara
Martha O'Hara
Redactora en MCM: arte, espectáculos, naturaleza y cine.

Netflix se prepara para lanzar «Kurukshetra: La gran guerra del Mahabharata», una ambiciosa serie de animación que representa una de las incursiones más significativas de la plataforma en la narrativa mitológica de la India hasta la fecha. Este proyecto no es simplemente una adaptación más de una historia conocida, sino un recuento moderno de la culminante guerra de dieciocho días que se encuentra en el corazón del antiguo texto épico hindú, el Mahabharata.

La participación del legendario poeta y letrista Gulzar, galardonado con el prestigioso Dadasaheb Phalke Award, para escribir las letras de la serie, eleva su estatus artístico de manera considerable. La inclusión de una figura literaria de tal envergadura, junto con un lenguaje de marketing que habla de un «compromiso histórico», son tácticas generalmente reservadas para dramas de acción real de alto presupuesto. Esto indica que Netflix está tratando la animación como un medio capaz de contar historias épicas y serias al mismo nivel que sus producciones más aclamadas, con el objetivo de atraer a una audiencia exigente que de otro modo podría pasar por alto el formato animado.

A través de los ojos de los guerreros

La serie «Kurukshetra» adopta un enfoque narrativo distintivo para desentrañar la complejidad de la guerra. En lugar de seguir una cronología lineal tradicional, la historia se desarrollará a través de las perspectivas de dieciocho guerreros clave, un personaje por cada uno de los dieciocho días que duró la batalla. Esta estructura multifocal está diseñada para sumergir al espectador en la «intensidad emocional y la complejidad moral» del conflicto. El enfoque se centrará en los «dilemas internos, las venganzas personales y el coste devastador de una guerra que enfrenta a hermano contra hermano» de cada personaje.

Este método permite una exploración profunda de los temas filosóficos centrales del Mahabharata. La serie se adentrará en la colisión entre el dharma (el deber, la rectitud), el destino y las elecciones morales que definen a cada combatiente. El material promocional ya ha adelantado algunos de estos conflictos personales: la angustia de Arjuna al tener que luchar contra sus propios parientes y maestros, la búsqueda de justicia de Draupadi tras su humillación pública, la ambición desmedida de poder de Duryodhana y la sabiduría trágica de Bhishma, atrapado por un juramento. Todo ello se desarrolla bajo la guía filosófica de la figura divina de Krishna.

La estructura de la serie refleja simbólicamente la propia guerra. Se lanzará en dos partes de nueve episodios cada una, sumando un total de dieciocho episodios que se corresponden directamente con los dieciocho días de la batalla de Kurukshetra. Este enfoque de «dieciocho guerreros, dieciocho perspectivas» es un sofisticado mecanismo narrativo que busca hacer que una historia de escala abrumadora resulte íntima y accesible. Mientras que el Mahabharata involucra a ejércitos masivos y docenas de personajes principales, lo que podría resultar confuso para una nueva audiencia, este método cambia el foco del qué de la guerra (las grandes batallas) al porqué (las motivaciones personales y los costes morales). Permite una exploración psicológica más profunda de personajes complejos como Karna, Bhishma o incluso antagonistas como Duryodhana, presentándolos no como arquetipos de bien y mal, sino como individuos con capas de complejidad, en línea con las sensibilidades del drama televisivo moderno.

Asimismo, la simetría estructural de «dieciocho episodios para dieciocho días» es más que un simple recurso estilístico; es un compromiso narrativo que refuerza la resonancia temática. La guerra de Kurukshetra está definida histórica y textualmente por su duración de dieciocho días. Al dedicar un episodio o una parte significativa a cada día, la serie puede construir una sensación de tensión creciente, fatiga y tragedia acumulada. La audiencia experimentará la progresión de la guerra de una manera estructurada y diaria, lo que proporciona un marco natural para el ritmo y los clímax dramáticos. Esta estructura permite un enfoque detallado en eventos cruciales que ocurrieron en días específicos, como la caída de Bhishma, la formación del Chakravyuha y la muerte de Abhimanyu, o el duelo final entre Bhima y Duryodhana.

Los creadores

El equipo reunido para «Kurukshetra» refleja la ambición del proyecto, combinando experiencia en la industria de la animación india con un liderazgo creativo encargado de forjar una nueva visión.

La implicación de Gulzar es quizás el indicador más potente de la ambición artística del proyecto. Gulzar es una figura venerada en la literatura y el cine de la India, asociado con una profunda sensibilidad poética y una gran seriedad intelectual. Su papel como «letrista oficial» sugiere que la música y el verso poético serán componentes integrales de la narración, no un mero acompañamiento. Esto conecta la serie con la larga tradición india de narración oral y musical. Vincular un nombre de su prestigio a una serie de animación le confiere instantáneamente una legitimidad cultural y artística que desafía la percepción de la animación como una forma de arte menor. Es una decisión estratégica para atraer a una audiencia adulta y exigente, y para señalar que se trata de una adaptación literaria y dramática seria.

El equipo creativo también presenta una interesante mezcla de experiencia consolidada y una visión renovada. La creadora, Anu Sikka, tiene una sólida trayectoria en exitosas series de animación infantil en la India como Motu Patlu, lo que sugiere un profundo conocimiento de los procesos de producción y de la industria local. Sin embargo, la dirección y el guion recaen en Ujaan Ganguly, a quien se le ha encomendado la tarea de ofrecer el «enfoque novedoso» y la «lente narrativa distintiva» que Netflix está promoviendo activamente. Esta combinación sugiere una estrategia deliberada: aprovechar la experiencia establecida en la industria (Sikka) para garantizar la viabilidad de la producción, mientras se empodera a un nuevo líder creativo (Ganguly) para ejecutar una visión fresca y moderna que rompa con los moldes de la animación tradicional india.

El Mahabharata para una audiencia moderna

Para que una audiencia global pueda apreciar plenamente la profundidad de «Kurukshetra», es fundamental comprender el contexto del Mahabharata. En su esencia, la epopeya narra una lucha dinástica por el trono de Hastinapura, el reino gobernado por el clan Kuru. El conflicto enfrenta a dos ramas de la misma familia: los cinco hermanos Pandavas y sus cien primos, los Kauravas. Aunque los Kauravas pertenecen a la rama principal de la familia, su primogénito, Duryodhana, es más joven que Yudhishthira, el mayor de los Pandavas, lo que da lugar a una disputa por el derecho de sucesión.

El camino hacia la guerra está marcado por una serie de eventos que establecen las profundas motivaciones emocionales y morales del conflicto. Un momento crucial es el infame juego de dados, en el que Yudhishthira, el rey Pandava, es engañado por su tío Shakuni y pierde no solo su reino, sino también a sus hermanos, a sí mismo y a su esposa compartida, Draupadi. La humillación pública de Draupadi en la corte de los Kauravas, donde es arrastrada y se intenta desnudarla, es un acto de adharma (injusticia) tan atroz que desencadena juramentos de venganza por parte de los Pandavas, sellando el destino de muchos de los implicados. Tras perder el juego, los Pandavas son condenados a doce años de exilio y un año adicional de vida de incógnito. A su regreso, solicitan la devolución de su reino, pero un desafiante Duryodhana se niega a concederles ni siquiera el terreno que ocupa la punta de una aguja. Esta negativa es el detonante final que hace inevitable la guerra.

El lugar de la batalla, Kurukshetra, no es un mero campo de batalla, sino un Dharmakshetra, un «campo de la rectitud». Este concepto es vital, ya que enmarca la guerra no como una simple lucha por el poder, sino como un Dharmayudh, una guerra justa para restaurar el orden moral y el dharma en el mundo. En este conflicto se ven atrapados personajes legendarios como Bhishma, el gran patriarca de la familia, y Drona, el maestro de armas de ambos bandos, quienes, a pesar de su afecto por los Pandavas, se ven obligados por su deber y lealtad a luchar del lado de los Kauravas.

En el centro de la narrativa se encuentra la relación entre el guerrero Pandava Arjuna y su auriga y guía espiritual, Krishna. En la víspera de la batalla, abrumado por la idea de luchar contra su propia familia, Arjuna duda. Es en este momento cuando Krishna le imparte las enseñanzas que se compilan en el Bhagavad Gita, un discurso filosófico sobre el deber, la acción y la naturaleza de la existencia que se ha convertido en uno de los textos espirituales más importantes del mundo. La centralidad del dharma es, por tanto, el motor temático de la historia. La epopeya no presenta una narrativa simplista del bien contra el mal. Explora las áreas grises de la moralidad: personajes nobles que luchan en el bando «equivocado» por un sentido del deber, y los propios Pandavas, que en ocasiones deben romper las reglas de la guerra para alcanzar una victoria justa. Este enfoque en la ambigüedad moral es lo que hace que la historia siga siendo «relevante hoy en día», como afirman sus creadores, y atractiva para una audiencia moderna acostumbrada a los antihéroes y a las motivaciones complejas de los personajes.

Una epopeya para una nueva generación

«Kurukshetra: La gran guerra del Mahabharata» representa un esfuerzo audaz y ambicioso por traducir una de las grandes epopeyas del mundo a un nuevo medio para una nueva era, fusionando la sabiduría ancestral con técnicas narrativas contemporáneas.

«Kurukshetra: La gran guerra del Mahabharata» se estrena mundialmente, solo en Netflix. La primera parte estará disponible para su transmisión el 10 de octubre.

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