Ahí te Encargo es una comedia dirigida por Salvador Espinosa interpretada por Mauricio Ochmann, Esmeralda Pimentel y Regina Reynoso
Ahí te encargo es una comedia sobre la paternidad y la modernidad, tan amable y bonachona que es casi imposible encadarse con ella. Es como el espíritu de un programa infantil en una peli se supone “para adultos” con un argumento un poco simple, infantil… pero a la vez de adultos.
En fin, veamos qué tal la mezcla.
Argumento
Alex y Ceci son pareja: él quiere hijos, ella antepone su (imporante) trabajo a procrear. Sin comerlo ni beberlo, él tiene que cuidar de un niño que cambiará la vida tantos de ella como de sus amigos.
Crítica: simplona, fácil, agradable, entrañable
Ahí te Encargo es una comedia sin pretensiones de ningún tipo con personajes sin pretensiones ni ambiciones y con chistes sobre cacas, niños pequeños y anteponer el trabajo a la procreación en este mundo… pues en este mundo moderno.
Como aunque no se lo puedan creer aún hay gente que quiere procrear, la peli nos plantea a uno de estos individuos cuya esencia vital es limpiar excrementos de bebés (y yo digo que mi alcoholismo es malo). Como la cosa va de eso: del antagonismo y de los cambios en los roles en la sociedad moderna, pues tampoco es para que el guion nos pegue muchas sorpresas (bueno, bien podría, pero no les ha dado por ahí), así que les queda una cosa ñoña con un personaje principal ñoño al que es imposible odiar pero que tampoco nos da para enamorarnos.
Es como un largometraje sobre Espinete en el País del Arcoiris, pero un poco llevado al mundo moderno y sin tanta coña.
Está bien si dejáis el espíritu satírico y sarcástico en casa, si os va eso de los chistes de niños y si eso de la paternidad os parece una cosa para “desternillarse”. A nosotros nos ha dejado un poco con cara de palo de pirata.
No ha terminado de introducirnos. Un argumento demasiado simple.
Los actores lo intentan, los personajes son a cual más majo… falta el contrapunto para que la receta funcione.
Nuestra Opinión
Convencional, una peli de buenas personas muy alejadas de este mundo atroz.
Es como para volver a creer que existe gente así, aunque ni tú ni yo los conozcamos.