Merlín: hechicero, asesor, confidente y leal

Merlín (también conocido como Myrddin, Merlinus) era un mago legendario que, presuntamente, vivió durante el siglo V en Britania y es uno de los personajes principales del ciclo artúrico. Según la leyenda, Merlín era hijo de una mujer y un demonio, el cual le traspasó sus poderes. Merlín es a menudo retratado como un anciano con una larga barba blanca y un sombrero puntiagudo. Se dice que es sabio y poderoso, capaz de usar su magia para ayudar al rey Arturo y sus caballeros en su búsqueda de justicia. También se le atribuye la creación de la espada mágica Excalibur y la enseñanza del rey Arturo de las formas de caballería. Es capaz de cambiar de forma en varios animales, como un pájaro o un pez, y puede viajar a través del tiempo y el espacio. Merlín también puede comunicarse con los animales y poseer poderes proféticos. Se cree que tiene un profundo entendimiento del mundo natural, y es capaz de usar su magia para manipular los elementos.

 Para la mitología celta, Merlín tuvo una existencia real, pero, nada más ni menos, que setenta años después del rey Arturo. ¿Cómo llegaron a unirse estos dos personajes? En el siglo XII, Geoffrey de Montmouth lo incorporó a la tradición artúrica.

La historia del rey Arturo es completamente indisociable de la de Merlín. Se dice que sólo gracias a la ayuda y a los consejos del hechicero, pudo gobernar con rectitud y sabiduría. Uther Pendragon se enamoró de una mujer casada y, aprovechando que su marido estaba luchando lejos del hogar, Merlín, mediante un hechizo hizo que Uther tomara el rostro del marido y pasar la noche con la mujer. A cambio, le prometió a Merlín que le entregaría el hijo que naciera de estos encuentros.

Cuando Arturo nació, Merlín se lo llevo a vivir con sir Héctor, que lo crió bajo la supervisión del mago. Como ya contamos al escribir sobre la vida de Arturo, éste consiguió sacar la espada Excalibur de la piedra o yelmo en la que estaba incrustada y se convirtió en rey.

Merlín pasó a ser el mentor de Arturo, un gran apoyo en todos los aspectos de su vida como rey, desde su concepción hasta su educación, la conversión en rey y la creación de una corte gobernada con grandes valores. Se dice que fue Merlín el que aconsejó a Arturo la construcción de la Tabla Redonda para no distinguirse como rey frente a sus caballeros.

Merlín es un pilar fundamental en la vida de todos los personajes principales del ciclo artúrico. Es capaz de ver el pasado y el futuro, pero también es consciente de que hay cosas que no se pueden alterar.

Cuando Merlín ya era anciano, conoció la joven Viviana de la que se enamoró. Le reveló sus secretos: encantamientos muy poderosos y otros hechizos, a cambio de se que convirtiera en su amante. Merlín, cegado por el amor a la joven, le construyó un palacio en el fondo de un lago y Viviana pasó a ser la conocida Dama del Lago. Al sentir miedo por el gran poder que tenía Merlín, Viviana consiguió que el dijera el hechizo para poder atrapar a un hombre y lo encerró en una prisión de cristal de la cual Merlín ya no pudo salir.

Desde la Edad Media, muchos historiadores se han sentido fascinados por la figura de Merlín; entre ellos John Matthews que, tras una investigación de treinta años, concluyó que el mago era en verdad un personaje histórico real, en concreto el líder de una tribu que habitó las tierras altas de Escocia, los Picts.  Como jefe luchó en la batalla de Arderyd en el año 573, durante la cual vio morir a miembros de su familia, lo cual hizo que se volviera loco y se retirara a vivir solo a un bosque en el que se cree que murió.

Resulta realmente interesante indagar en la historia y ver que, personajes que creíamos que sólo vivían en nuestra imaginación, en los relatos, en el cine…, terminan por ser reales y no ser tan fantásticos como habíamos pensado. Pero, ¿con qué versión nos quedamos? ¿Realmente vamos a quitarle de un plumazo todos los poderes que tenía Merlín y lo vamos a convertir en un guerrero?

Sinceramente, me quedo con el Merlín artúrico, aquel que daba sabios consejos, que realizaba hechizos para hacer el bien, que ayudó a Arturo a ser un buen rey y a gobernar con la imposición de la lucha por los grandes valores, que vivió una existencia de servicio a lo que él creía que era su deber y que, finalmente, murió cautivado por una joven. Hasta los grandes magos sucumben al amor…

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