Cinco historias para demostrar que el amor de larga duración existe

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Estas son las ganadoras del concurso Historias de amor con Double Wear de Estée Lauder

¿Cuánto puede durar el amor? ¿Es posible vivir una historia de amor de larga duración? La respuesta es sí. Aunque vivimos en una sociedad en la que los sentimientos parecen tener fecha de caducidad, hay amores que tienen la capacidad de traspasar las barreras del espacio y del tiempo.

Con esta premisa, Estée Lauder invitaba a participar en su concurso Historias de amor con Double Wear. Todo aquel que quisiese, podía participar en el muro de la página de Facebook de la firma con un comentario. Este debía contar una historia de amor de larga duración hacia una persona, afición, hobby… solo pudiendo ganar las cinco respuestas más originales y creativas, seleccionadas por un jurado de Estée Lauder.

Tras una ardua tarea de selección, finalmente ya conocemos el nombre de las cinco ganadoras que han encandilado con estas historias y que han conseguido participar en el vídeo de Estée Lauder:

Miriam González Quintas tiene claro quién es el amor de su vida ya que para ella no hay amor más puro que este: «En el mismo instante que la conocí, pude decir que me enamore de ella, de cómo me miraba, como me ayudaba si necesitaba algo, como me daba todo sin yo pedirle nada, como se desvivía por mi. Sí, hablo de mi madre. A lo largo de los años vas comprendiendo como ese amor va madurando, como te va ayudando a formarte y a seguir tu camino, como te ayuda a comprender que es lo que te conviene y lo que no. A veces sin entenderlo muy bien en ese momento. Noches de desvelo, en los que se tiraba las noches preocupada si te encontrabas mal. En las que incluso llegaría a quedarse en vela por ti … para que no te faltase de nada. Creo que nunca podré querer a alguien como la quiero a ella. Y por eso , quiero compartir la alegría de poder tenerla y el orgullo de decir que estoy enamorada de tener la madre que tengo».

Para Pilar Revuelta el amor es una historia de aventuras y desventuras con su profesión, ella siente auténtica pasión por lo que hace; algo que le ha llevado a tener un verdadero idilio con ella: «Supongo que esta historia de amor, este noviazgo sin fin lleno de cosas buena y malas, de altibajos, pellizcos en el corazón, lágrimas, decepciones, amor y sobretodo mucha constancia y pasión, comenzó cuando fui capaz de desprenderme de los miedos (algunos, otros siguen por aquí dentro) y me subí por primera vez a un escenario. Una historia de amor que me ha hecho sentir muy pequeña y otras veces muy grande, pero en definitiva me ha hecho eso, SENTIR, sentir cosas que nadie más puede comprender si no tiene un amor similar al tuyo, un sueño en el que consigues ser capaz de emocionar a quienes te miran, te escuchan y si tienen suerte, te sienten y son capaces de dejarse remover por dentro. Quizá la clave para tener una historia de amor de larga duración sea esa, simplemente sentir, sentir la música, esa melodía que comienza y he de acompañarla con mi voz, sentir el personaje, esas palabras aprendidas que tienen que fluir por mi cabeza y sonar convincentes cuando salgan por mi boca. Sentir amor por lo que luchas y con lo que haces, algo tan sencillo y tan complejo a su vez. Sentiré bien bonito y desde dentro, para que mi historia de amor no acabe nunca. Porque las historias de amor, al igual que vosotros hacéis con las pieles, hay que cuidarlas».

Arantxa Aranda Burgos siente el mismo amor por su profesión que Pilar Revuelta. La bailarina está enamorada de la danza, algo que la hace olvidarse de todos los problemas cuando se sube a un escenario para entregarse en cuerpo y alma al público: «Baile!! Eso define el amor que tengo a la danza lo es todo, me hace ser yo, cuando bailó me olvido de todo, disfruto cada segundo y cada minuto, es como si lo que tuviera a mi alrededor dejara de existir. Dicen que es una medicina efectiva y la verdad no se equivocan… porque sin duda te cura de todo mal que pueda sucederte, físico, psicológico… Simplemente es vida!!! y lo único que siento cuándo lo transmito y bailo es que sin ello no podría vivir!! Así que baila!!!!».

Para Laura Alcoba su historia comenzó el 31 de agosto de 1994. Una artista de raza que vive locamente enamorada de su profesión: «Vivo enamorada, enamorada hasta las trancas. Es un amor de estos que solo pasan una vez en la vida, que cuándo sabes que te pertenece, te duele el alma. Es un amor que duele, que me hace fuerte con cada caída, que me hace que cada día sienta ese cosquilleo incansable, que hace que me levante todos y cada unos de los días de mi vida con ilusión. Sinceramente me siento muy afortunada porque sin buscarlo, me ha encontrado. No me cansa, puedo pasar días y horas con el mismo tema que no me cansa. Me hace pasar de la risa al llanto y viceversa en menos de 1 segundo. Consigue que pueda transformarme, ser quién siempre he deseado y también ser a quién odio. Es un amor de estos que te hacen saltar al vacío con cada propuesta. De esos que te hacen crecer, confiar, dejarte la piel y el alma. Todo comenzó el 31 de Agosto de 1994. Pasaron los años, ya tarareaba y hacía la payaseta. Poco a poco fui creciendo, y la actuación, el ponerme guapa, el coger un micrófono, ponerme unos tacones y actuar frente una cámara; se apoderaba de mi. Empecé a subirme a los primeros escenarios, cantando pero conforme iba creciendo, quería más. Realmente no nací para cantante, nací para artista. Me di cuenta, conocí el teatro, la actuación, el cine… Y sentía como mi corazón se ponía a mil por hora a todas horas del día, por crear, imaginar, investigar, participar en nuevos proyectos… Yo si sé lo que es estar enamorada. Hoy a mis 22 años, estoy formándome para ser algún día, una gran actriz y puedo decir que compartir mi vida pegada al teatro, dejar cosas de lado, dedicarme en cuerpo y alma a esta vida… es lo más maravilloso y lo mejor que me ha pasado en la vida. Esto si que es un amor de los grandes, de los de verdad, de los que si no lo tienes cerca duele el alma y el corazón, de los que si te dejan sola sientes un vacío imposible de llenar, de estos con los que cada día aprendes algo nuevo y nunca deja de sorprenderte. Soy una persona entregada en cuerpo y alma, y sinceramente, no he podido elegir mejor camino para entregarme… Esto es maravilloso».

Y por último, tras descubrir el amor incondicional que se puede sentir por una madre o por una profesión, Rocío Anchicha Medina explica lo que vivió cuando tuvo por primera vez a su perrita Laika en brazos: «Mi segunda historia de amor comenzó hace 10 años (cuando los jóvenes leíamos el periódico todavía). Aquél día me llamó la atención un anuncio en el que SE REGALABA un perro porque ya no lo podían cuidar. Mis hermanas y yo pedimos permiso a mis padres para poder traerlo a casa y ellos accedieron al momento pensando en que a mi hermana pequeña le vendría bien un animal en casa (ella no puede ver, y el animal que iba a llegar a casa era de lo más suave y cariñoso). Nunca habíamos oído hablar de la raza Samoyedo y cuando llegamos a la ubicación que nos habían dado vimos una perra blanca entera, con pelo largo y un hocico que parecía sonreír. Fue amor a primera vista, ¡no lo dudo! El amor más grande que se podía sentir hacía un animal. Nos dimos cuenta enseguida de su fidelidad hacia nosotros. Nos enamoramos locamente de ella y supongo que ella de nosotros al ver todas las chuches que le esperaban en casa. A día de hoy sigue siendo la alegría de la casa, su belleza cautiva toda la vivienda. Laika es preciosa!».

Cinco historias que nos demuestran que existen amores que pueden durar a lo largo del tiempo. Ahora te toca a ti buscar en tu interior para encontrar tu propia historia.

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