Guggenheim Bilbao. Yayoi Kusama: desde 1945 hasta hoy

El Museo Guggenheim Bilbao abre sus puertas a la innovación, la creatividad y la libertad que han caracterizado siempre a Yayoi Kusama en una retrospectiva que abarca temas icónicos para la autora japonesa, como la naturaleza o la energía de la vida.

Yayoi Kusama
Yayoi Kusama
Retrato (Portrait), 2015
Acrílico sobre lienzo
145,5 × 112 cm
Colección de Amoli Foundation Ltd.
© YAYOI KUSAMA

La trayectoria de esta singular artista, una de las más reconocidas y anheladas del mundo, discurre en paralelo a la convulsión provocada en el siglo XX por los conflictos bélicos, las transformaciones políticas, económicas y sociales y una escena artística en constante cambio.

Su fuerza creadora, contenida en sus inicios por el conservadurismo de la sociedad japonesa de la época, encuentra en el Nueva York de finales los años cincuenta el escenario perfecto para desatar todo su talento. En las décadas siguientes, Kusama combinará esa misma pasión con incursiones pioneras en nuevas prácticas artísticas —como la performance, el ensamblaje o el arte de instalación— con las que transita por el Pop, el Minimalismo o el Posminimalismo. Una apuesta arriesgada en su momento, pero hoy convertida en referente.

Sus instalaciones —en las que las acumulaciones o los motivos reiterados transforman espacios y objetos—, sus fantásticas habitaciones —pobladas de espejos que multiplican hasta el infinito la experiencia del espectador— y su característica proyección como personaje público son inconfundibles expresiones de una autora siempre ávida de explorar nuevos territorios en los que articular sus preocupaciones, obsesiones y miedos.

Para Iberdrola es una enorme satisfacción impulsar esta colaboración con M+, el primer museo global de cultura visual contemporánea de Asia, compuesta por 200 pinturas, dibujos, esculturas, instalaciones y material de archivo. Estoy seguro de que todos los visitantes del Museo Guggenheim Bilbao verán colmadas las expectativas generadas por una de las muestras más esperadas de su calendario artístico anual.

Año tras año, exposición a exposición, Iberdrola reafirma su alianza con una institución puntera como el Museo Guggenheim Bilbao, para seguir haciendo de esta ciudad un referente mundial en el ámbito del arte, como lo es también en la innovación y el desarrollo industrial.

Ignacio S. Galán Presidente de Iberdrola

La obra de Yayoi Kusama se articula en torno a los grandes temas y preguntas que han guiado sus exploraciones creativas: Infinito, Acumulación, Conectividad radical, Lo biocósmico, Muerte y La fuerza de la vida.

La exposición muestra a través de pinturas, dibujos, esculturas, instalaciones y material de archivo de sus happenings y performances la manera en que Kusama aborda las preguntas existenciales que impulsan su práctica artística.

Pionera en el ambiente contracultural de finales de los 1960, Kusama denuncia las discriminaciones raciales y de género, critica la guerra y el militarismo y llama la atención de los medios con sus happenings públicos.

El interés de Kusama por la naturaleza es al mismo tiempo místico y literal, como sucede con sus calabazas, que la artista identifica como una especie de espíritu vegetal benévolo y un reflejo de su propia alma, pero a la vez ofrecen una identificación inmediata con la naturaleza.

Las alegres y coloridas obras de su reciente serie Mi alma eterna (2009-2021), ahondan en la idea y el compromiso de Kusama de transformar su sufrimiento en arte “para la sanación de toda la humanidad”.

El Museo Guggenheim Bilbao presenta Yayoi Kusama: desde 1945 hasta hoy, una ambiciosa retrospectiva dedicada a una de las más figuras más influyentes del arte contemporáneo e icono cultural del siglo XXI. La exposición, que cuenta con el patrocinio de Iberdrola, sumergirá al visitante en el universo obsesivo, singular y vanguardista de Yayoi Kusama (n. 1929, Japón) que ha ido desarrollándose y evolucionado a través de siete décadas de extraordinaria trayectoria artística.

Desde los primeros dibujos que realizó siendo una adolescente durante la Segunda Guerra Mundial hasta sus obras inmersivas más recientes, esta retrospectiva reúne una selección de doscientas pinturas, esculturas, performances, imágenes en movimiento, instalaciones de grandes dimensiones y material de archivo.

Organizada según criterios cronológicos y temáticos, la producción creativa de Kusama se muestra en torno a los grandes temas y preguntas que a lo largo de su vida han guiado sus exploraciones creativas: Infinito, Acumulación, Conectividad radical, lo Biocósmico, la Muerte y la Fuerza de la vida, situando asimismo las obras en las realidades políticas y sociales diversas que le ha tocado vivir.

Yayoi Kusama / Infinity Mirrored Room - A Wish for Human Happiness Calling from Beyond the Universe, 2020
Mirrors, wood, LED lighting system, metal and acrylic panel / 293.7 × 417 × 417 cm / ©YAYOI KUSAMA / Courtesy of Ota Fine Arts
Yayoi Kusama
Sala de espejos del infinito – Un deseo de felicidad humana llamando desde más allá del Universo (Infinity Mirrored Room – A Wish for Human Happiness Calling from Beyond the Universe, 2020
Espejos, madera, sistema de iluminación LED, metal, panel acrílico
293,7 × 417 × 417 cm
©YAYOI KUSAMA
Cortesía de Ota Fine Arts

RECORRIDO POR LA EXPOSICIÓN

Autorretrato

La obra de Kusama se basa en la autoafirmación y lo auto referencial, por lo que la exposición incluye un espacio dedicado al género del autorretrato, que constituye una práctica relevante a lo largo de toda su carrera, y sirve como introducción a la artista y la muestra.

El recorrido empieza con Autorretrato (Self-Portrait, 1950), un cuadro oscuro con un girasol color rosa carne que flota sobre una boca humana, y sigue con los collages surrealistas de la década de 1970, un grabado de la década de 1990 y los lienzos con pintura acrílica de vivos colores del siglo

XXI. Termina con Retrato (Portrait, 2015) una composición realizada a modo de collage que combina el característico patrón de lunares de la artista, con las también recurrentes redes y formas tentaculares.

Infinito

Yayoi Kusama
Yayoi Kusama
Bomba atómica (Atomic Bomb), 1954
Gouache, tinta y pastel sobre papel
25 × 17,6 cm
Cortesía del Museo Municipal de Arte de Matsumoto
© YAYOI KUSAMA

La primera exposición individual de Yayoi Kusama en Nueva York, celebrada en la Brata Gallery en 1959, presentaba cinco pinturas de enormes dimensiones tituladas Redes del infinito (Infinity Nets), en las que minúsculos arcos pintados en blanco cubrían toda la superficie de un fondo negro. Esta práctica constituyó una novedad para el público artístico neoyorkino, aunque fue especialmente reconocida en los círculos vanguardistas europeos. Sin título (Recorte de una Pintura de red de infinito) [Untitled (Off Cut of Infinity Net Painting)], 1960 es un fragmento de la pintura Infinity Net de 10 metros de largo que creó para su primera exposición individual en la Stephen Radich Gallery de Nueva York en 1961.

Inicialmente inspiradas –como es el caso de El mar (The Sea, 1959)– por lo que vio durante el vuelo sobre el océano Pacífico en su viaje de Japón a Estados Unidos en 1957, estas obras exploran el infinito a través de redes y puntos que sugieren dimensiones galácticas, con lunares que representan estrellas, planetas y la propia Tierra como “un lunar entre un millón de estrellas”.

Esta dualidad del infinito y la nada constituye la base de la característica trama de redes y lunares de Kusama, que los concibe como partes recíprocas: los lunares son espacios negativos dentro de la red, y viceversa. Las Redes del infinito de las décadas de 1990 y 2000 establecen relaciones con las fuerzas naturales que inspiran a la artista, asemejándose a nubes ondulantes o campos de estrellas sin fin.

Por su parte, Transmigración (Transmigration, 2011), con sus cuatro paneles de vibrantes colores, alude a la visión de Kusama de un ciclo de vida continuo a través del renacimiento de la naturaleza y el océano, como en sus primeras pinturas de redes.

Acumulación

La idea de acumulación y repetición en el arte de Kusama puede interpretarse, más allá de como una tendencia obsesiva, como una expansión lógica de su visión creativa, que aplica tanto a una serie de dibujos en el suelo de su estudio como al corpus global de su obra artística.

El collage Acumulación de letras (Accumulation of Letters, 1961) es una de las obras de acumulación más tempranas de la artista, realizada con recortes de su propio nombre procedentes de las tarjetas de invitación impresas para una exposición.

Un año después, este impulso se desborda haciéndose tridimensional. La artista cubre objetos y mobiliario doméstico, prendas de ropa, zapatos, maletas y otros elementos con cientos de protuberancias de tela con relleno. El resultado es una serie de objetos misteriosos, como Sin título (Silla) [Untitled (Chair), 1963] que presenta complejas e insólitas asociaciones orgánicas y eróticas.

Además de resultar extremadamente laborioso, este método presenta límites a su visión del crecimiento, por lo que la artista comienza a incluir en sus obras espejos que virtualmente multiplican su trabajo.

Poco a poco, el deseo compulsivo de multiplicar estas formas suaves llevó a Kusama a expandir su visión a través de sus salas de espejos infinitos a principios de 1965, y en telas plateadas o estampadas en los años 1970 y 1980, como Acumulación de manos, (Accumulation of Hands, 1980) donde un sofá y sillas están envueltos por cientos de guantes de plata.

Yayoi Kusama
Yayoi Kusama
Calabazas (Pumpkins), 1998–2000
Técnica mixta
6 piezas, dimensiones variables
Colección de la artista
© YAYOI KUSAMA

Conectividad radical

A finales de la década de 1960 Yayoi Kusama desarrolla una práctica artística alejada de lo material, centrada en la participación del público y la performance. Inmigrante en Estados Unidos, adopta una postura inconformista y abiertamente provocadora manifestándose a favor de los derechos de los gais, denunciando las discriminaciones de raza y de género, parodiando y criticando la política estadounidense y protestando contra la guerra de Vietnam a través de su arte de instalación y multimedia.

Debido sobre todo por los desnudos que se mostraban en público en estas performances, sus actuaciones recibieron gran atención por parte de la prensa, que las calificaba de manera diversa: como manifestaciones de la contracultura, o como ardides publicitarios de mal gusto. Hoy en día vemos en esta práctica el núcleo de una estrategia artística más amplia que podría denominarse de “conectividad radical”, coherente con la relación que Kusama ha mantenido con los medios de comunicación durante toda su vida.

Sus creaciones de este periodo incluyen el diseño de moda, espectáculos de luces y audiovisuales, manifestaciones políticas, instalaciones y cine expandido. En todas ellas incluye performances de pintura de los cuerpos, en las que la artista cubre de lunares pintados la piel de los participantes desnudos. Kusama denomina este acto “auto-obliteración”, un concepto que implica la liberación por parte del individuo, a través de la destrucción del “yo”, de las limitaciones que le impone la sociedad, incluidos los modelos femeninos imperantes. Ejemplo de ello es la instalación Auto- obliteración (Self-Obliteration, 1966–74), consistente en una serie objetos cubiertos de pintura de vivos colores, entre ellos seis maniquíes, sillas y una mesa de comedor con elementos cotidianos.

En la década siguiente la práctica de Kusama se vuelve introspectiva, aunque la auto-obliteración reaparece como tema predominante de su trabajo a partir de 1975.

Yayoi Kusama
Yayoi Kusama
Auto-obliteración (Self-Obliteration), 1966–1974
Pintura sobre maniquíes, mesa, sillas, pelucas, bolso, tazas, platos, cenicero, jarra, plantas de plástico, flores de plástico, frutas de plástico
Dimensiones variables
M+, Hong Kong
© YAYOI KUSAMA

Lo biocósmico

Yayoi Kusama se cría rodeada de un vivero de plantas, en la finca y negocio familiar, y desde temprana edad siente una estrecha conexión con la vida orgánica. Además de la conexión visual de estas plantaciones “infinitas” con su tendencia a la repetición, la artista observa la anatomía de las plantas y sus ciclos de vida y muerte, tal y como se aprecia en Sin título (Bocetos de flores) [Untitled (Flower Sketches), ca.1945], procedente de su cuaderno de dibujo de tiempos de la guerra.

En obras como Brote (The Bud, 1951) utiliza bolsas de semillas de yute en lugar de lienzo, lo que denota su riqueza de recursos en una época en la que escaseaba el lienzo, y transmite la fuerza de la naturaleza a través de los materiales y del contenido.

El término “biocósmico” o “naturaleza cósmica” pretende ilustrar el concepto ilimitado de “cosmos” que tiene la artista y su particular noción de la vida orgánica. Constituye una especie de lente a través de la cual contemplar toda la filosofía y producción artística de Kusama.

Cuando a finales de la década de 1960 Yayoi Kusama explica por primera vez sus lunares y los compara con cuerpos celestes o símbolos cósmicos, pretende conectar el cielo y la tierra, lo macroscópico y lo microscópico, con el fin de “revelar el misterio” de la propia vida.

Sin embargo, este acercamiento de Kusama a la naturaleza cósmica no es solamente místico, sino también íntimo y literal. Ejemplo de ello son calabazas, que aparecen en su léxico visual a principios de la década de 1980 y ofrecen una identificación inmediata con la naturaleza. Las calabazas dan fe del animismo –la creencia de que el “espíritu” es una energía común a todos los seres vivos–de la artista, que las identifica como una especie de espíritu vegetal benévolo y también como un reflejo de su propia alma.

Otra muestra de la actitud de Kusama frente a la naturaleza son sus esculturas y pinturas biomorfas de las décadas de 1980 y 1990, como Obsesión sexual (Sex Obsession, 1992) cuyas formas

serpenteantes evocan raíces y tentáculos que oscilan entre la alienación del mundo y la sensación expansiva de hacerse uno con el cosmos.

Muerte

Probablemente influida por una infancia rodeada de vida vegetal, efímera, y sin duda marcada por sus vivencias de la guerra y la posguerra en la adolescencia, la obra de Kusama aborda constantemente el umbral entre la vida y la muerte, un tema ya presente en sus apuntes y cuadros florales más tempranos. Ejemplo de ello es su pintura Hojas muertas de maíz (Dead Leaves of Corn, 1945).

A mediados de la década de 1970 Kusama tiene que hacer frente a la muerte de dos personas importantes en su vida: su padre, Kamon, con quien había tenido una relación complicada, y Joseph Cornell, el artista norteamericano que fue amigo íntimo de Kusama en Nueva York. Según la propia artista, tuvo una depresión y un deseo de morir profundos en aquella época.

Las esculturas blandas que la artista crea por entonces, como La muerte de un nervio (Death of a Nerve, 1976), constituyen sus propios símbolos de la vida y la muerte. Kusama expresa el punto de vista de que la muerte no es el destino final, sino otra fase de la vida que puede dar lugar a una nueva forma, en consonancia con la creencia oriental de la reencarnación.

La fuerza de la vida

Hacia 1988 el arte y la psique de la artista experimentan un giro. Kusama trabaja con la misma dedicación de siempre en su estudio en Tokio, pero por fin su carrera empezaba a despegar. Las ocasiones de exhibir su obra se multiplicaban durante y las novelas que había publicado fueron bien acogidas en los círculos literarios vanguardistas.

A partir de este año los temas clave de su obra pasan a ser la fuerza de la vida y el poder sanador del arte. Concibe su papel artístico como un sufrimiento sanador en beneficio de otras personas y de sí misma. En 1999 declara: “Creo arte para la sanación de toda la humanidad”, y su obra en el nuevo milenio amplifica este mensaje.

Cumplidos los ochenta años Kusama se embarca en la serie más amplia de su carrera, Mi alma eterna (My Eternal Soul, 2009–21), formada por más de 900 pinturas alegres y coloridas que destacan tanto por sus novedosos motivos y paleta de colores como por su formato cuadrado, apenas empleado anteriormente. En los últimos dos años, y debido a ciertas limitaciones derivadas de la pandemia, Kusama sigue pintando pero lo hace en escalas más pequeñas, en una nueva serie denominada Ruego todos los días por el amor (Everyday I Pray for Love). Este último corpus es la continuación de su decidida celebración del amor y la vida, al tiempo que también se enfrenta a la oscuridad de la muerte o a los pensamientos suicidas, como ha ocurrido a lo largo de muchos años. Debido a la desolación sufrida por la humanidad durante la pandemia, las últimas pinturas de Kusama adquieren una resonancia aún más poderosa.

El arte siempre ha sido una cuestión de supervivencia para Kusama y ahora, también sostiene su vida: “Oh, tiempo. Detente todavía un momento. Tengo mucho más trabajo que hacer. Hay tantas cosas que quiero expresar”.

En conexión con la muestra, el Museo también expone Sala de espejos del infinito – Deseo de felicidad para los seres humanos desde más allá del universo (Infinity Mirrored Room –A Wish for Human Happiness Calling from Beyond the Universe, 2020). En estas habitaciones con espejos, la obsesión continua de la artista con los efectos de profundidad y de reflejos sin fin crea estructuras luminosas, que nos recuerdan a lo imposible, lo mágico, lo galáctico, lo que resulta difícil encontrar en ningún otro lado. En esta instalación, solo expuesta anteriormente en el Museo de Yayoi Kusama en Japón, la artista transforma sus inquietantes alucinaciones en visiones místicas, como si se sumiera en el polvo de estrellas de un universo infinito.

Yayoi Kusama
Yayoi Kusama
El momento de la regeneración (The Moment of Regeneration), 2004
Tela cosida, espuma de uretano, acrílico y madera, 54 partes
54 piezas, dimensiones variables
Colección de K11
© YAYOI KUSAMA

DIDAKTIKA

Como parte del proyecto Didaktika el Museo diseña espacios educativos y organiza actividades complementarias a las exposiciones para contribuir a la apreciación y comprensión de las obras.

La Didaktika de esta muestra incluye una detallada cronología de la carrera de Yayoi Kusama en el apartado ¿Sabías qué? de la página web del Museo.

Actividades

Charla inaugural (22 junio)

Conversación entre los comisarios de la exposición Doryun Chong, Mika Yoshitake y Lucía Agirre en la que presentarán la muestra.

Reflexiones compartidas*

Los profesionales del Museo Guggenheim Bilbao ofrecerán diferentes perspectivas e interpretaciones de la exposición:

  • Visión curatorial (12 de julio): Lucía Agirre, Curator
  • Conceptos clave (19 julio): Luz Maguregui Urquiza, Coordinadora de Educación e Interpretación

*Patrocinado por la Fundación Vizcaína Aguirre

Cultiva tu propia calabaza (actividad diaria en julio y agosto)

Las calabazas son uno de los motivos recurrentes de Kusama, un símbolo de felicidad y de su fascinación por la naturaleza. Los visitantes más jóvenes del Museo recibirán un recipiente con semillas de calabaza que, una vez en casa, podrán regar y hacer que brote la calabaza, que posteriormente podrán trasplantar a una maceta.

Proyección de Kusama-Infinity (26 septiembre)

Proyección del documental Kusama-Infinity dirigido por Heather Lenz. Estrenada en 2018, la película explora la feroz determinación de Kusama para convertirse en una artista de renombre mundial.

CATÁLOGO

El catálogo que acompaña a la exposición contiene una extensa selección de obras de Kusama, así como ensayos a cargo de los especialistas Mika Yoshitake, Doryun Chong e Isabella Tam que arrojan luz sobre los temas y cuestiones principales que atraviesan la producción de la artista. Este volumen también incluye una amplia cronología en la que la dilatada trayectoria creativa de la artista discurre en paralelo a los acontecimientos de las diferentes épocas en las que ha vivido.

  • Fechas: 27 de junio a 8 de octubre, 2023
  • Curators: Doryun Chong y Mika Yoshitake en colaboración con Lucía Agirre
  • Patrocinador: Iberdrola
  • Exposición organizada por M+, Hong Kong, en colaboración con el Museo Guggenheim Bilbao

Guggenheim Museum Bilbao

Abandoibarra Etorb., 2, 48009 Bilbo, Bizkaia

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