365 Días (365 DNI) es una película polaca del 2020 escrita y dirigida por Barbara Bialowas. Protagonizada por Michele Morrone, Anna Maria Sieklucka y Bronislaw Wroclawski.
365 DNI es una cinta ‘macarra’ donde las hayas que no duda en mostrarnos fiestas a ritmo de reggaeton, chicas en bikini por doquier… Eso como presentación, que luego empieza lo bueno: una rocambolesca historia de amor-seducción que se parece a esa novela tan famosa, pero todo en un tono video-clip barato.
Nueve Semanas y Media os parecerá una obra de arte comparado con esto.
Argumento
Él es un capo de la mafia y del tráfico de drogas, ella una directora de ventas. Él le da un plazo: 365 días para que se enamore (o lo que sea) de él.
La Película. Crítica
Todo lo malo, lo que detestan los críticos, juntos por fin en una sola película que hasta a mí me ha hecho dudar de sus oscuras intenciones. Toda la cinta está encaminada a mostrarnos el dinero que tienen los protagonistas gracias a los cochazos, aviones privados y demás… pero no es ni siquiera una peli de Hollywood y le faltan medios por todos lados. Hay chicas guapas (muy guapas, vale), pero tampoco tenemos a grandes estrellas. Los diálogos, de lo malo lo… el argumento, de ésos que se escriben con dos copas encima sin dejarse llevar por la búsqueda de la originalidad. En las interpretaciones tampoco queremos entrar mucho porque los han cogido (evidentemente) por guapos y con pinta de que saben llevar un traje bien entallado (como alguien que yo me sé) y, bueno, dan el pego de mafiosos a la europea con conexiones en Sicilia y con tratos con las potencias eslavas del narcotráfico.
Luego claro, el cocktail ya era casi mortal, pero si le añadimos escenas en plan video-clip con alguna chica mordiéndose el labio y un tipo haciendo el ‘macarra’ gastando dinero o disparando al ritmo de Enrique Iglesias (se han atrevido, sí), pues la combinación deja de ser ultra-moderna para convertirse en algo ‘hortera’ de playa 100% genuino.
Lo de la historia de amor a ver si aprovechamos un poco el éxito de otras novelas que ellos no han escrito no tiene nombre ya, porque es como igual de «macarra», pero encima como pretendiendo hacernos creer algo.
La de 50 Sombras de Grey os va a parecer hasta una obra de carácter filosófico.
No hay por donde cogerla, no hay nada que nos diga: por aquí se podría salvar, no. Es una ‘macarrada’ mayúscula que, incluso, le falta el toque de reírse de sí misma como peli gamberra.