La Liga de la Justicia de Zack Snyder está dirigida (vale, aunque no se lo crean) por Zack Snyder, autor de culto creador también de 300, Watchmen y otras. Está interpretada por Ben Affleck, Gal Gadot, Ezra Miller, Jason Momoa y otras muchas estrellas.
Vamos, la película del año, al menos a nivel de producción.
Argumento
Unos seres de otros planeta amenazan con destruir La Tierra gracias al poder de tres cajas mágicas que, juntas, crearán un poder indestructible. A no ser que un grupo de héroes lo impidan: Batman, Wonder Woman… y alguna que otra sorpresa al que se creía muerto.
La Película. Crítica
El estilo por encima de la historia: un estilo que ya era desbordante en 300, que se perfeccionó en Wathcmen y que ahora es, si bien una copia de sí mismo y tal vez una repetición, un ejercicio plástico de primer orden. Todo nos recuerda a las películas anteriores del autor y la trama parece una mera disculpa para que su creador, sin mucho disimulo, se luzca y nos brinde otra vez más una muestra de su estilo, esta vez aún más abigarrada, abusiva y brutal.
Planos en cámara lenta, movimiento de cámara, efecto Matrix, colores contrastados hasta la saciedad… la película es todo un lujo a nivel visual (no vayamos a negarlo) y también una delicia. Evidentemente, se nos hace larga (son cuatro horitas de efectos especiales a lo bruto).
Ahora bien, ahí va mi visión. Me ha gustado la peli por una razón (y viene a ser la de siempre): porque va el director rodeado de tanto pela-gaitas con la falsa bandera del director-invisible, se suelta la melena y le dice a la cámara: porque yo lo valgo. Pues por el atrevimiento, las narices y la constancia y la fe en su estilo en un mundo sin estilo, la peli merece la pena sólo por la auto-afirmación de un tipo que, henchido de sí mismo y absorbido por sus estilosos éxitos, nos da un producto distinto, un Blockbuster nuevo y fenomenal que podrá interesar tanto a cinéfilos como a fans de este tipo de pelis.
Puede que no guste a muchos y puede que se jacte demasiado en autoafirmarse, que bordee la locura argumental (es un despiporre, no vamos a negarlo), pero ese toque “porque yo lo valgo” a nosotros nos gusta, y, qué diantres, nos da ganas de recobrar la fe en una raza humana que un día, así porque él lo valía, hizo la Sixtina en otro ejercicio de brutal chulería.
Eh, que esto no es la Sixtina, vale, pero el espíritu de “aquí estoy yo” sigue presente varios siglos después y, sólo por eso, nos ha «molado».
Mucho toque épico, muchos coros en la banda sonora… mucha intensidad en cada plano.
No apta para amantes del neorrealismo.
La película que nunca rodaría Bergman.
Nuestra Opinión
Tiene ritmo, es espectacular y personal. Hemos pasado cuatro geniales horas.
P.S: Por si no se creen que la peli es espectacular… ha costado unos 380 millones de dólares.