August Vilella: el pintor de la aureola onírica y el lenguaje mágico que invita a reflexionar al espectador

August Vilella: el pintor de la aureola onírica y el lenguaje mágico que invita a reflexionar al espectador
Lisbeth Thalberg Lisbeth Thalberg

Acaba de volver de San Francisco, donde gracias al patrocinio de la »Claude Heater Foundation», ha realizado diversas exposiciones en la ciudad americana y viene con gran ilusión a su ciudad natal, Barcelona, donde August Vilella expone y presenta su método, que le ha hecho triunfar en Asia, con una gran exposición en el Reial Cercle Artístic de Barcelona, el próximo día 4 de octubre.

Al preguntarle sobre cómo ha conseguido alcanzar una fama tan alta en el extranjero en tan poco tiempo, Vilella afirma que ni el mismo se esperaba obtener este éxito en un periodo de tiempo tan corto. Todo empezó con sus exhibiciones de Japón, en las cuales, durante la primera feria de arte en la que participó (»Tokyo International Art Fair») ya obtuvo el premio como mejor artista. »Este prematuro reconocimiento de inmediato me abrió muchas puertas y, tanto la gente en general como los directores, curators y galeritas, se empezaron a fijar en mí -afirma-. Tras su primera experiencia en Tokyo se aventuró a otras ciudades, esta vez europeas, como París, Amsterdam, Rotterdam, Oxford… etc, y con halago vió que su obra también gustaba mucho allí, no solo en Asia. De hecho, el año siguiente le concedieron el premio como artista más innovador en los »Global Art Awards de Dubai». Sin embargo, donde consiguió cosechar más éxito fue, sin duda, en China y Taiwan. »En ellas desde el primer día que expuse tuve un éxito sin precedentes y muy buena aceptación de mi obra -declara-, razón por la cual decidí empezar a enfocarme cada vez más en dicho mercado debido a que la mayoría de mis coleccionistas son de Asia». Gracias a ello, ese año obtuvo el premio »International Artist Grand Prize» de Taipei y el »Chairman´s Award» en Art Revolution Taipei, donde su obra fue elegida como la mejor entre 4.546 candidatos. »En cuanto al presente se refiere -continúa Vilella-, hace unas semanas que volví de USA, donde gracias al patrocinio de la »Claude Heater Foundation» tuve varías exhibiciones en San Francisco y Berkeley».

Lo que más gusta al público de Vilella y su obra son sus personajes, aunque también llama mucho la atención su particular método de pintura intuitiva. Sobre ambos temas, el pintor precisa: »Yo creo que aquello que más agrada a la gente de mi obra son principalmente dos cosas. Por un lado, los personajes y mundos que creo, los cuales retrotraen al espectador, tanto a sus sueños y anhelos, como a su mundo interior, invitándoles a reflexionar y buscar ciertos matices metafóricos, alegóricos y filosóficos dentro de mi obra. Mis personajes se suelen caracterizar por grandes ojos, mucha de la gente que visita mis exhibiciones me suele comentar que justamente a través de estos ojos ellos consiguen mirar dentro de sí mismos, con lo cual mis cuadros a veces esdevienen como un especie de espejos que permite a la gente conectar consigo mismo. Por otro lado, y no menos importante, lo que gusta mucho a la gente es mi particular método de pintura intuitiva. Mi proceso pictórico resulta completamente intuitivo, de hecho lo suelo comprara con el Jazz, ya que no utilizo ningún tipo de ideas ni esbozos previos. En consecuencia no escojo las temáticas ni los personajes de mi obra… en cierta medida ellos me escogen a mí, lo cual dota a mi obra de un sentido abierto a la interpretación, dado que resulta ajena a mi voluntad. Cada lienzo en blanco es para mí una aventura, el resultado de la cual me resulta desconocida hasta que la concluyo».

Ante la pregunta sobre sus fuentes de inspiración, August Vilella afirma que al utilizar el método de pintura intuitivo referido, en su caso la inspiración, al menos de manera consciente, no nace de ningún estimulo externo concreto. »No descarto que de manera subconsciente mi arte esté supeditado en ciertos aspectos -señala-. Es más, de hecho, en muchas de mis obras veo matices que reflejan algunas de mis experiencias pasadas. Sin embargo, este hecho resulta involuntario, por lo que la mayor parte de mi obra siento que tiene una pureza intrínseca debido a que nace de manera intuitiva… gracias a lo cual adquiere una especie de vida propia que hace que conecte de manera más fácil con el público». Y añade una de sus frases más utilizadas para explicarlo: »Es justamente cuando eliminamos la voluntad del artista respecto a su creación que cada pintura se convierte en una obra del mundo y para el mundo, una obra en la que todas las personas se pueden ver reflejadas y, sobre todo, una obra con vida propia que desea ser vista, desvelada y sentida…»

Actualmente, los países donde mejor acogida tiene su obra son, sin duda, China, Taiwan y Japón. Por ello, está centrado sobre todo en el mercado asiático. La razón de su éxito en dichos países, no solo se debe a que en ellos se aprecia mucho tanto su arte como su método de pintura intuitiva, sino también a que en ellos el poder adquisitivo es mayor y el mercado del arte es mucho más dinámico. »En estos mercados además se valora mucho a los artistas jóvenes, ya que estos tienen una mayor trayectoria artística por delante, por lo cual les gusta invertir en ellos – apunta-».

Respecto a sus planes de futuro, tanto después de su gran exhibición en Barcelona como sus proyectos a largo término, el artista concluye: »Una vez acabada mi exhibición en Barcelona viajaré a Asia para exponer en Shanghai, seguido de Shenzhen, Taipei y, seguramente, Tokyo. Con esto, la exhibición de Barcelona se convierte en un punto de partida, en el cual, pretendo mostrar en exclusiva antes que en otros países mis obras al público de la capital catalana. En cuanto a mis proyectos a largo término, estos se centran, sobre todo, en llevar mis personajes más allá del lienzo, las galerías y los museos. Mi intención es crear todo un mundo alrededor de mi arte, en cierta medida tal como hicieron anteriormente otros artistas. Quiero crear películas, libros,… etc. para conectar con mi arte, no sólo a la gente que suele visitar las exhibiciones, sino con todo el mundo. De hecho, he podido constatar que incluso gente que no suele sentir predilección hacia el mundo del arte siente cierta conexión con mi obra, quizás debido al proceso intuitivo mediante el cual la elaboro, ya que da como resultado una arte más puro que conecta con más facilidad con el subconsciente y la parte más primitiva del público… despertando en ellos unos recuerdos, anhelos y sueños que les evoca a identificarse y comunicarse de cierto modo con los personajes».

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