Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 300 mil jóvenes se suicidan por esta causa en el mundo, mientras que la organización británica contra este problema, Beat Bullying, estima que tan solo en Europa, el problema del matonaje está presente en alrededor de 24 millones de jóvenes entre 14 y 28 años
Mientras el tiempo continúa avanzando, se ha dotado a la sociedad de novedosas tecnologías para aliviar la carga de la semana, modernas herramientas web para mantener el contacto con seres queridos e instrumentos que permiten el crecimiento personal y la sociabilidad.
No obstante, con la gran instantaneidad y contundente información que es capaz de navegar en sólo segundos, nuevas formas de bullying han aparecido, como la filtración de fotos o vídeos privados en dependencias escolares o fuera de ellas, sólo con el hecho de avergonzar y seguir molestando a la víctima común del hecho. Estos casos no son denunciados ni tampoco muy perceptibles a ojos de externos, ya que suele tomarse como un juego de niños o una etapa pasajera. Frases como “si más te enojas más te molestas” han ayudado a que el problema persista latente.
Y es que las redes sociales y el gran avance en tecnologías ha permitido que el fenómeno continúe creciendo y nutriéndose, no solamente en el aula de una escuela, sino que más allá de sus barreras físicas, como lo son Facebook, WhatsApp e Instagram.
De este modo, los actos de violencia escolar no se ven acabados cuando la rutina estudiantil se ve terminada. Gran porcentaje de las victimas declara que el acoso escolar persiste durante el trayecto a casa, donde la violencia física y/o verbal pareciera no terminar nunca.
No obstante, la Institución escolar sigue jugando un rol fundamental. El psicólogo Juan Bohorquez, investigador del fenómeno del matonaje, en este apartado sobre el bullying escolar escribe: «Los establecimientos educacionales requieren imperativamente de un auto-diagnóstico. La Institución escolar es la que debe señalar si existen o no problemas de convivencia; ella debe generar formas de ingreso al robustecimiento del respeto y tolerancia hacia ese otro diferente».
El reflejo social y moral
Los adolescentes se ven ante la presencia de una gran cantidad de información: problemas policiales, el ardiente escenario internacional, las luchas sociales y la desenfrenada violencia cotidiana presente en muchos países.
Ante estos problemas, el llamado de organizaciones latinas y europeas es a que la sociedad completa ayude en la solución del problema, dando mayor énfasis a las familias y a los centros educativos, quienes cumplen una labor crucial.
Esto no quiere decir que el niño deba ser criado y educado en una jaula, sólo trata de recalcar la importancia de padres y profesores en la superación personal de un estudiante que se ve afectado por el bullying. Tachar el tema del matonaje simplemente como un asunto de adolescentes es, a fin de cuentas, hacer persistir el problema a través del tiempo.
El matonaje siempre ha existido, no es una novedad que el maltrato escolar esté presente. Pero en este siglo se cuenta con las herramientas para darlo a conocer, tratarlo y evitarlo con el tiempo necesario para hacer que las altas tasas de suicidio se desinflen.
Los efectos del bullying nunca serán positivos para la sociedad. Los trastornos emocionales y la baja autoestima junto a sentimientos de culpabilidad, rechazo a ir a clases, estrés, sentimiento de venganza y la depresión son algunos frutos de una mala práctica entre los estudiantes.
Mientras más pronto se actúe frente a este problema, los especialistas en la materia podrán actuar de una forma más eficiente, ya que nunca se sabe a ciencia cierta bajo que presión el estudiante se ve envuelto en su rutina diaria.
Según un artículo sobre bullying de José Luis Rioseco, Director de Chile Psicólogos, «Romper el círculo que mantiene el bullying no es responsabilidad solamente de quien agrede y de quien es agredido; es responsabilidad de la comunidad escolar en su conjunto y de las herramientas y atención que entreguen los padres a los niños acompañándolos en el proceso».
De este modo, el lazo familiar en el proceso es fundamental y la comprensión y participación por parte de los docentes es un ingrediente que aportará mejores resultados para ayudar no solo a la víctima, sino también al acosador que, muchas veces, es tratado con un especialista para conocer el problema desde ambas partes.
Las tasas por el mundo
El Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS) es el encargado de dar a conocer las educaciones y cifras de bullying alrededor del globo. Tailandia, Qatar, Bahrein y Marruecos ocupan las cuatro primeras plazas a nivel global, mientras que Omán, Emiratos Árabes Unidos, Chile y Nueva Zelandia disputan el quinto lugar.
Corea del Sur es un caso que ha llamado la atención de los expertos. La nación asiática se jacta de tener una de las mejores educaciones del mundo: sus estudiantes pasar el promedio de 220 días en escuelas y dedican alrededor de 13 horas a los estudios. Mientras disfruta de sus éxitos estudiantiles a luz internacional, debe lidiar con las altas tasas de suicidio en jóvenes, siendo el más alto de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico). Pese a los buenos resultados, los jóvenes coreanos no aparecen entre los países más felices del mundo.
Pese a que la sociedad moderna está experimentando grandes crisis internacionales y sociales, es de vital importancia no hacerse el ciego ante estos problemas. La pronta ayuda puede evitar consecuencias graves y la comprensión en el hogar y establecimientos educacionales se vuelve un gran apoyo para víctima, quien puede tener los días más oscuros a plena luz.