La escritora vuelve al panorama literario con la publicación de un poemario cargado de nostalgia en el que recorre algunos de los pasajes más difíciles que ha vivido en los últimos años
La escritora Tatiana Marín regresa al panorama literario de la mano de ’30 versos escritos bajo la luna a las afueras de la Torre Eiffel. Nostalgia.’
La prolífica autora, que cuenta con diversas obras publicadas de ficción (‘El cisne que vuela con la paloma blanca’. ‘Esther’, ‘Rosas malvas de hielo’ o ‘Vesubio’. ‘El descubrimiento de un pergamino’), así como poemarios (‘Poemas en tres cánticos’, ‘Vida y Poesía’, ‘Entre versos de amor y vida’ y ‘Oda a la existencia’), publica un compendio de poemas, clasificados en diez apartados distintos según el tema que tratan, cuyo hilo conductor es la nostalgia.
«Escribir para mí es un refugio donde vuelco todo lo que siento en cada experiencia. Para mí exteriorizar lo que mi alma envuelve es sublime, y lo transmito en su más excelsa y majestuosa expresión».
La autora vuelve a abrir los ventanales de su mente y su corazón para mostrar sus reflexiones sobre la vida, su crecimiento personal y sus fracasos, la melancolía que siente sobre momentos pasados y sobre un incierto futuro…, pero también sobre el la importancia de la familia y el amor, sobre todo el propio.
«Soy muy romántica, pero también muy reflexiva sobre la vida. Expreso todo en un cóctel de sentimientos de amor, desamor, sucesos que he vivido y que han marcado mi existir… Todo ese torbellino de emociones y sensaciones lo manifiesto en mis versos».
Esta obra recoge temas más profundos y maduros, un pesado bagaje emocional a los que la escritora se ha enfrentado a lo largo del camino, como la muerte de su padre, y de cuya represión se ha ido liberando para indicar en qué momento de su vida se encuentra ahora.
La poetisa comparte sus pensamientos más íntimos mediante un uso metafórico y simbólico del lenguaje, donde la naturaleza, presente en la mayoría de los versos, forma una parte esencial de su lírica. Gracias a esta forma sutil pero extraordinaria, los lectores pueden asomarse a su composición y conectar con sus palabras, puesto que los sentimientos de los que habla son universales.
«Aceptar la pérdida de un ser amado es una de las etapas más tristes y difíciles de afrontar. Afecta a nuestra vida y la sumerge en un profundo dolor. Este nos provoca ansiedad, llanto y nos deja sin ánimo alguno de continuar. Se nos dificulta entender estos angustiosos y desconsolados procesos, los cuales debemos aprender a superarlos. Debemos de tratar de asimilar que tenemos que vivir ya sin esa persona a quien tanto hemos querido. A cada uno le lleva un tiempo aceptarlo. Yo aún estoy en ello».
Ciertamente, una propuesta liberadora y entrañable con la que todo el mundo podrá empatizar.
‘30 versos escritos bajo la luna a las afueras de la Torre Eiffel. Nostalgia’ está disponible en librerías.