Arturo Barrón Sinde trata en su primer libro su experiencia como trabajador ferroviario
Aprovechando una larga baja laboral por enfermedad, el escritor Arturo Barrón Sinde se propuso reclamar, a través del papel y la letra, todo aquello que vivió, sintió y sufrió durante el tiempo que dedicó a la compañía que lo contrató en el año 1984, dando lugar a su libro Carril de Oro.
«Como jamás me había empeñado en semejante industria, tuve que compensar la falta de oficio con una gran disciplina, gracias a la cual puedo decir que terminé el libro».
Comienza una crónica en la que Arturo Barrón Sinde habla de injusticia, de precariedad laboral, pero también de esperanza, de compañerismo y sobre todo, de supervivencia, pero sin pretender aleccionar a nadie, sino de expresar una necesidad que le golpeaba desde hacía tiempo: denunciar, alumbrar y dar visibilidad a la situación existente dentro de su entorno laboral.
«Es mucho mejor obsequiar a los compañeros, a lo largo de todo el camino, con actitudes colaborativas y desinteresadas, en vez de andar buscando distinciones por ahí. Cuando los héroes se meten de por medio, es que el asunto no va nada bien».
Pues el autor invita al lector viajero a tomar asiento para observar el paisaje que va más allá de los raíles y vagones para contar una historia reivindicativa y valiente, la cara oculta de una conocida empresa española de ferrocarril.
Un libro lleno de verdad que no deja indiferente y que además repasa, como si de un ensayo histórico se tratara también, todo el panorama español desde el año 1984 hasta el 2017, desde el gobierno de Felipe González —pasando por las Olimpiadas del 92, el atentado terrorista del 11M o la crisis económica del 2008—, hasta el accidente ferroviario de Santiago de Compostela. Un atentado que el escritor sintió muy de cerca:
«El acontecimiento que más me marcó fue el atentado de Atocha, porque me ocasionó tristeza, vergüenza y desesperanza. Tristeza por las personas muertas; vergüenza, porque quienes por entonces nos gobernaban intentaron manipular la verdad de lo sucedido, movidos por intereses bastardos; y desesperanza, porque aquella barbaridad solo fue un botón de muestra de todas las que continúan cometiéndose por ahí».
Lejos de resultar un texto quejumbroso, Arturo Barrón Sinde ofrece una narración demoledora con la que los viajeros podrán empatizar y generar afinidad, pues, tras realizar una reflexiva panorámica sobre su vida, lo único que anhela es un deseo muy colectivo: vivir tranquilo, escribir y disfrutar de esos caminos de hierro desde la lejanía.
Esta recomendación ensayística y autobiográfica supone una ventana a una verdad dicha desde las entrañas y desde la experiencia. Un libro que espera en la librerías a todos esos lectores que nunca quisieron cerrar sus ojos a otras realidades llenas de transparencia y humildad.
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