El Retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde. La Novela en en Lienzo

El Retrato de Dorian Gray (The Picture of Dorian Gray) fue publicada en 1890 y es la obra más conocida del autor irlandés Oscar Wilde

Argumento de El Retrato de Dorian Gray

Un joven pintor retrata a un joven que, en un momento dado, realiza un extraño pacto para permanecer siempre joven.

La Obra

¿Más suegerente que magnífica? Pues bien podría ser, como bien podría aplicarse a la figura del propio Wilde, a quien muchos acusan de ser más gentleman que escritor, más figura pública que tener una obra realmente consolidada, de haber pasado más a la posteridad debido a su juicio y sus tendencias que por su calidad literaria.

Eso sí, El Retrato de Dorian Gray es toda una historia.

La narrativa, los diálogos, cómo lograr imprimir lienzo, cómo se desenvuelve, el dandismo tan presente. Es una obra de las de “porque yo lo valgo”, una novela que muestra más sobre el autor que sobre los personajes, una obra en primera persona que nos deja a Wilde tras cada sílaba y a su famosa pose (el dandismo) como finalidad última de las cosas.

Lo dice en el prólogo, hablando de las cosas bellas: el arte tiene como última y casi única finalidad hablar de la belleza, de lo divino que sólo se alcanza por el arte.

Es una novela compuesta por diálogos, por Lord Henry (que es Oscar Wilde) con sus aforismos y sus ocurrencias, por esas “frases famosas” que tan conocido han hecho a Wilde a día de hoy. Es una obra sobre la supuesta “buena sociedad” como toda la obra de teatro de Wilde, pero va mucho más allá del resto de trabajos de Wilde gracias al factor sobrenatural.

No hay que buscar mucho: tenemos a Balzac y a su Piel de Zapa (parte de La Comedia Humana como claro antecedente) y mucho folclore anterior (nadie negará la evidente cultura de Wilde), pero el gran acierto del irlandés (o eso pretendía) es darle el acercamiento a la sociedad de su época para ofrecernos una crítica social sobre un ambiente y sus falsedades, a la vez que un estupendo thriller que ha maravillado (y entretenido, por qué no decirlo, a millones de lectores).

Tiene algo de muy fascinante el libro de Wilde, algo de mágico y algo de triste cuando contemplamos la biografía del escritor, que, de alguna manera, intentó que ese lienzo que él mismo dibujó en la novela se quedase con sus pecados y que, tras éste, sólo quedase la belleza de un instante congelado en el tiempo que olvidase todos los pecados, todas las iniquidades y… todo lo humano.

Y ahí nos queda, por siempre, Dorian Gray.

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