Los destrozos de Bret Easton Ellis es una novela que muestra la vida de varias personas adineradas de Los Ángeles de los años 80. Bret Easton Ellis, el autor, es muy conocido por este tipo de historias frías y calculadoras ‘American Psycho‘, que nos hacen ver la sociedad en la que vivimos de una forma distinta. En esta ocasión con Los destrozos nos cae en cuenta de lo frívola que puede llegar a ser la vida de ciertas personas en el mundo.
En la novela nos encontramos con Clay, un joven adinerado que viaja a Los Ángeles a pasar sus vacaciones de Navidad. Clay se reúne con sus amigos, con los que pasa sus días de manera lujosa y nada complicada. La trama tiene lugar en un periodo en el que el consumo de drogas y el sexismo eran algo común entre la juventud a la que pertenecían los personajes. Una de las cosas que más llaman la atención en la obra es el hecho de que todos los personajes parecen ser intrascendentes. Parecen no tener un propósito y ni siquiera se preocupan por buscar uno.
A lo largo de la novela, se presentan situaciones cotidianas que la mayoría no suele cuestionar. El autor se encarga de mostrar la realidad de personas jóvenes y ricas, quienes con su abundancia de recursos tienen vicios como las drogas, el alcohol y experiencias sexuales que podríamos considerar «fuera de lo común». Por lo que la vida de los protagonistas gira en torno a este conjunto de placeres que tienen a su alcance.
Por otro lado, en la obra también se encuentra una mezcla de tragedias. El desarrollo de los personajes demuestra que la vida no es un juego y que hay consecuencias. Además, el autor desafía la idea de que la riqueza y la posición social lo son todo en la vida, lo cual se ve reflejado en la conclusión de la historia. Los personajes son forzados a confrontarse con la realidad y aceptar las consecuencias de sus acciones.
Los destrozos de Bret Easton Ellis es una obra interesante que muestra la vida de personas que podríamos considerar exitosas en la sociedad, pero que en realidad están vacíos emocionalmente. La novela nos muestra que la riqueza y el éxito no garantizan la felicidad y que, de hecho, pueden llevar al vacío. La historia es una reflexión sobre la sociedad de los años 80 pero que se puede trasladar a la sociedad actual, donde la superficialidad aún es una constante en algunos sectores de la población.