Ya a la venta ‘El vuelo del peregrino’, primera novela del guionista Vicente Mínguez

Vicente Mínguez
Notas de Prensa Notas de Prensa

En plena producción de un nuevo documental, el director y guionista Vicente Mínguez debuta en la literatura con una sorprendente novela titulada ‘El vuelo del peregrino’. Su mezcla de psicología, suspense y ciencia-ficción convierten esta historia en una firme candidata para colarse entre los más vendidos

Tras adentrarse en el ámbito audiovisual en la piel de guionista, director y realizador, Vicente Mínguez se pasa a la literatura con El vuelo del peregrino, un thriller psicológico que promete altas dosis de acción trepidante. Adyton Corbán es un hombre casado de 39 años que trabaja como asesor en una consultora financiera. Cansado de su tedioso empleo, una mañana decide escapar para dar un reconfortante paseo por la ciudad. Lo que no podía imaginar era que el encuentro en un café con una extraña vagabunda iba a cambiar su futuro por siempre. Poco después de verla, Adyton comienza a sufrir una especie de alucinaciones que le hacen intercambiar su cuerpo con el de otro hombre, una persona totalmente contraria a él. Su único objetivo ahora no es escapar de la rutina, sino averiguar qué le ha llevado a esa desesperante situación que amenaza su matrimonio, su trabajo y su cordura.

Vicente Mínguez presenta el repentino descenso de un tipo normal que se ve empujado a salir de su confortante despacho a la guerra en Afganistán. De la mano del protagonista, el lector conoce las historias de los diferentes personajes, historias que enganchan, que poseen tantos matices como la propia realidad. Se deja llevar por las inexplicables situaciones que vive Adyton, el narrador, el cual encandila al público al tiempo que le mantiene en vela por desentrañar el secreto de la trama. Los lectores formulan conjeturas, se hallan en pleno aprendizaje como él. Parten de su mismo folio en blanco, una hoja en la que deben ir apuntando las premisas, los actantes y los hechos. Todo debe estar conectado por algún elemento que se escapa a la razón, pero ¿cuál es?

«Los escenarios de la novela están elegidos después de una celosa labor de documentación. Buscaba emplazamientos que escoltasen al protagonista en su periplo, pero que también formaran parte de él mismo de alguna manera, como una continuación de lo que después irá desvelando la narración».

Los instantes, los secretos se amontonan y precipitan haciendo entrar al lector en una espiral de la que no puede salir. Es más, no querrá salir. Vicente Mínguez le coloca en mitad de un misterio que debe desentrañar y le atrapa en ese laberinto antes de que pueda darse cuenta. Como buen guionista, el autor maneja los tiempos con soltura, repartiendo la información y las pistas en un esquema compacto que transporta de la primera a la última página con hechizo. Hace crecer el interés cada vez más, sin puntos que flaqueen o tiren la historia por tierra. Sus habilidades literarias son innegables. El vuelo del peregrino mantiene en sus páginas un nivel sobresaliente, con descripciones amplias y tremendamente visuales que sitúan al público perfectamente en todo momento. No hay hastío o cansancio al viajar de una historia a otra, puesto que el libro tiene un rumbo claro y firme.

«Quería que algunas escenas tuvieran un estilo cinematográfico porque lo consideraba necesario para capturar un determinado carácter dramático en ciertas situaciones. En otros momentos, utilizo un tono más reflexivo para enfatizar algunos conceptos, pero que se manifiestan de una manera consecuente con la historia, con el argumento y con lo que es una narración literaria de suspense».

Precisamente, la novela mezcla dos existencias opuestas para convertir el relato en un pensamiento más complejo La novela es un reflejo de la vida: nunca se sabe lo que va a pasar, hacia dónde llevan los caminos ni hasta qué punto la elección de ese camino es libre. Con cierta frecuencia, suceden imprevistos que interfieren en la normalidad del día a día. Hay luz, hay oscuridad; bien y mal. El mundo parece estar construido sobre fuerzas opuestas que a veces derivan en caos y otras en equilibrio. No puede darse nada por hecho, las cosas no salen siempre como anhelamos y hasta un plácido paseo tiene consecuencias en esa balanza. Un simple click basta para hacer tambalear la cuerda que se halla los nuestros pies.

Y en la inestabilidad, los recuerdos amarran paradójicamente a la realidad, manteniendo a flote el juicio. Si bien el tiempo, la distancia y la propia memoria pueden desvirtuar la realidad, pues esta no es más que la propia versión de cada uno sobre la misma. ‘La percepción de las cosas, de las sensaciones y de todo lo que conforma la realidad no deja de ser una vivencia individual que solo puede validarse parcialmente’. De esta manera, ¿las cosas se guardan en la mente como fueron o como cada uno cree que sucedieron? No hay más prueba de un hecho que la mera creencia en un recuerdo, en que eso ha ocurrido de verdad. Por ello, cada trama del relato plantea más y más dudas. El protagonista no volverá a tener seguridad hasta que consiga averiguar qué sucede –y el lector tampoco–.

«Desde el primer momento, el aspecto psicológico fue la base sobre la que quería construir los cimientos de la historia. Era algo que me intrigaba desde hacía tiempo. De hecho, escribí el borrador inicial al amparo de un planteamiento y un desenlace en el que la percepción psicológica permitiera indagar en lo que conocemos de la mente humana, del cerebro y de su funcionamiento. A partir de ahí, se abrieron otros caminos en los que la ciencia intenta profundizar y que a veces llevan a senderos insospechados y sorprendentes».

El lector se desplaza entre el mundo de la filosofía y la ciencia para llegar al punto medio, que es donde se encuentra la psicología. El trabajo de Vicente Mínguez en El vuelo del peregrino le deja absorto y encantado con esas teorías de universos paralelos y psicología. Resulta imposible no vivir con Adyton sus propias paranoias y alucinaciones, pues a través de ellas se admira la complejidad del cerebro, lo fascinante que es la mente humana. La realidad no es lo que el cerebro hace creer; la mente fabrica, crea y traiciona si es necesario. Su misión consiste en hacer sobrevivir a las personas y no importa lo que tenga que hacer para conseguir tal cosa. Y este tema es tan adictivo que la lectura deriva en satisfacción, ya que, al mismo tiempo, juega con la psicología del lector también. Le hace creer que la historia va sobre una cosa para sorprenderle al final con algo totalmente diferente. Y no se puede ignorar el valor inmenso de una obra que tiene la capacidad de dejar boquiabierto al público.Respeto a sus nuevos proyectos, el autor seguirá combinando el mundo audiovisual con la producción de un documental y su afición literaria.

«Estoy trabajando desde hace meses en una nueva novela que mantendrá el tono de misterio y suspense. De alguna manera, engarza con El vuelo del peregrino en cuanto al carácter narrativo y al trasfondo de algunas nociones. Quizá la nueva novela tenga más de incertidumbre que de suspense, pero ambos conceptos estarán presentes en el argumento».

El libro puede adquirirse tanto en formato digital como en papel a través de El Corte Inglés, Amazon, Agapea y La Casa del Libro, entre otros.

ETIQUETAS:
Comparte este artículo
Leave a Comment