La Ópera Estatal de Hungría se enorgullece en presentar la nueva producción escénica del Réquiem de Verdi, bajo la dirección de Ádám Tulassay, con la participación de destacados solistas húngaros como Andrea Brassói-Jőrös, Andrea Szántó, István Kovácsházi y Krisztián Cser. La Orquesta y Coro de la Ópera Estatal de Hungría estarán bajo la batuta del maestro Péter Dobszay.
«Una ópera con vestimenta eclesiástica» – la crítica frecuentemente citada de Hans von Bülow sobre la obra ilustra perfectamente la visión generalizada de que el Réquiem de Verdi, aunque basado en la estructura y el texto de la liturgia católica, no posee tanto un contenido religioso, sino más bien un contenido universal asociado con el duelo. Este réquiem busca expresar emociones, incluidas las del propio compositor, con herramientas ya conocidas de las obras escénicas de Verdi. La inspiración para escribir esta misa fúnebre provino de la pérdida de dos compatriotas a quienes Verdi respetaba inmensamente: el compositor Gioachino Rossini y el poeta Alessandro Manzoni, una de las figuras prominentes del Risorgimento, la unificación de Italia. En la obra de Verdi, las emociones fluctuantes como el dolor, la tristeza, la ira debido al duelo, el miedo al día del juicio y la esperanza de paz aparecen con una tensión dramática más familiar en los escenarios de ópera que en los servicios religiosos.
Para escenificar estas emociones dramáticas, la Ópera Estatal de Hungría encargó a Ádám Tulassay, un graduado de la Escuela de Música Hanns Eisler de Berlín y la Academia de Cine de Escocia, quien hizo su debut como director con Edgar de Puccini en 2019. La representación visual del equipo creativo, que incluye a la diseñadora de escenarios Angéla Csúcs, la diseñadora de vestuario Krisztina Lisztopád, el coreógrafo Márton Csuzi, el diseñador de animación Zsombor Czeglédi y el diseñador de iluminación Tamás Pillinger, se inspira en la película clásica de Fritz Lang, Metropolis, y representa la muerte como una ausencia de vida. Su concepto ofrece una interpretación de los diferentes movimientos de la obra de Verdi como una serie de escenas con diversas cargas emocionales vistas desde el punto de vista de la soprano, interpretada por Andrea Brassói-Jőrös, y su comprensión del día de la muerte y el día del juicio.
Tras el éxito del estreno mundial en 1874, el Réquiem de Verdi tuvo su estreno en Hungría un año después, en el Teatro Nacional, bajo la dirección de Sándor Erkel. La primera representación en la Ópera Estatal fue dirigida por Sergio Failoni en 1903, y se convirtió en parte del repertorio alrededor del Día de los Difuntos desde 1930. Hubo una interrupción en esta práctica después de que el régimen comunista llegó al poder, pero la obra fue revivida en 1964 en memoria de Mihály Székely, y lentamente regresó al repertorio. La tradición de tenerla representada en la Ópera Estatal alrededor del Día de los Difuntos fue reintroducida en 1991.
Después del estreno el 2 de noviembre de 2024, el Réquiem de Verdi también se presentará los días 3, 10 y 15 de noviembre en la Ópera de Budapest.