Adicciones. Alcoholismo y otros

Martin Cid

Como hoy, para variar, utilizaré esto para darle un poco de vida a los dedos que me tiemblan debido a mis adicciones (dicen que el primer paso es reconocerlo, luego ya está lo de curarse… que lo dejaremos más bien para cuando sea un cadáver).

Bueno, pues estamos a la espera de que salga el nuevo libro y, en cuanto salga, dejaré los enlaces a Google Play (acabo de mirar y aún no ha salido, luego volveré a mirar). El título es Los Siete Pecados de Eminescu y está chulo. Ya dejaré la descripción y eso.

Y hablando de adicciones, el otro día me lo dijeron directamente… algo así como que era un adicto y tal… Mis dos grandes ídolos literarios (Joyce y Faulkner) pues… como que les gustaba el asunto por lo que tengo entendido. De Faulkner, por cierto, me enteré después de años fumando El Balkan Sobranie que él fumaba lo mismo y además que le gustaban las mismas pipas que a mí (las Dunhill, aunque eso no es muy original). El tabaco que digo es bastante mítico (en Manhattan sí se puede conseguir, aquí no, para variar, país bananero donde los haya). El tema de Joyce, no sé con cuantas úlceras murió el tío de darle… aunque cuando volvió a Suiza para ya morir parece que no le daba nada de nada (como a la Amy Winehouse, que dicen por ahí que fue por dejar el vicio muy de golpe).

Pues yo estoy todo contento porque a pesar del temblorcillo en las manos del sagrado alcoholismo… he podido volver a escribir y a un nivel más que aceptable. Ahora soy distinta persona, claramente, más experimentado pero también con más vida y más mundo. Lo del asunto de la trinca… alguien me comentó una vez de un escritor al que yo creía abstemio que esa persona le conocía personalmente y que no paraba el tío en todo el día de darle a la trinca. También escribió varios libros buenos pero no voy a citar el nombre porque no es famoso por su afición al alcohol.

Y cada vez que me ha gustado alguien, ya bien en la vida real o en la pantalla o en los libros… o Lindsay Lohan, no sé… son bastante propensos a darle al vicio, lo cual aplaudo y celebro siempre. En realidad respeto los gustos de cada cual y, además, el único dinero que he ganado con la literatura fue gracias a un chiste sobre una bicicleta (que copié de Los Simpsons, por cierto).

Mira, hoy he escrito más párrafos, será la ginebrita que me estoy zampando, jeje. Bueno, os dejo y en breve presentaré una novela por entregas que pienso publicar por aquí. Supongo que será la última pero merece la pena terminarla. Va sobre una sirena muy, muy mala.

A cuidarse y no montéis en bici si vais muy puestos (joder, si parezco ya un médico dando consejos de salud, vivir para ver).

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