Mi abuela no se llama Carmen es el viaje de una nieta que redescubre a su abuela en los últimos momentos que pasaron juntas. Habla de la vida y de la muerte, de la memoria histórica y de la falta de memoria; de experiencias no contadas, de un pasado algo oculto que dibuja a una nueva abuela que ya había empezado a desdibujarse; de decisiones vitales a las que solo las mujeres se enfrentan, de gestación, maternidad y soledad. La amistad y la familia como puntos cardinales están presentes, junto antiguas lealtades, herencias invisibles y memorias ancestrales. La obra es un monólogo pensado para ser dicho apelando directamente al público, no solo al contarle las historias y secretos de Carmen, sino también al compartir las reflexiones y emociones que a lo largo de este viaje de despedida afloran en la nieta.