Pues nada, que me ha hecho gracia esto de nuestras novias androides (y de machista no tengo nada, así que para el final del día os voy a traer a Manbot, mezcla de George Clooney, Cary Grant y… ya veréis), pero ahora vamos a seguir con las peticiones porque esto de los fembots me ha gustado a mí por sus posibilidades cómicas.
Nos ponemos un poco serios y luego seguimos bromeando. Si nos fiamos de Speilberg y su AI (Artificial Inteligence) los robots podrían ser capaces hasta de sentir y ponerse pesados como el niño de la película así que no sé yo eso de las IAs…
Pero (y ya seguimos de broma) las IAs ahora mismo sirven más o menos para decirte el tiempo y, analizando de manera más o menos cutre tus gustos, si tu equipo ha ganado o perdido. Basándonos en eso, nuestras primeras novias androides no van a tener muchas funciones aparte de las que todos ya nos imaginamos (ejem, ejem). Total, que lo de la conversación va a tener que ceñirse al tiempo y poco más por ahora. Sí, te soltará la introducción de Game of Thrones que acaba de sacar de la Wikipedia (eso sí son capaces de hacerlo, ufff, cómo avanza la ciencia) pero tampoco tiene el encanto de decirte que tu serie favorita es un excremento y terminar en una bronca… ¿y reconciliación? Tenían su encanto.
Pero tendrán sus ventajas porque podremos variar su aspecto como queramos. ¿Que hoy me apetece pelirroja? ¡Pues le pongo el kit que no hay problema! Si tenemos la versión 1.0 la cosa irá bien porque Spielberg no habrá metido mano en el guion pero necesitamos más y nuestra nueva amiga tiene que ser la mejor del mercado y nos vamos a la nueva versión 2.0… ¡ahora con modo bronca!
Como todos sabemos (lo reconozcamos o no) el ‘modo bronca’ es algo que se instala en la pareja allá en lo más recóndito del sistema operativo y aparece de vez en cuando, como las pantallas azules del Windows hace años… más veces de lo que nos gustaría. Unas veces es él, otras ella… siempre él en mi caso… ¡cosas que pasan! Pero he aquí que nuestra ‘amiga’ puede activar el modo bronca cuando y como quiera. Total… que si no nos levantamos de buen humor lo activamos pero si queremos pasar un día tranquilo disfrutando de la ciencia-ficción pues no lo activamos. Al final, la verdad, si hay bronca la culpa es tuya… ¿cuál es la diferencia con una mujer de verdad? Lo siento, tenía que hacer el chiste (y es un chiste nada más).
En la versión con ‘modo amor’ la cosa sería más complicada y la androide podría poner el ‘modo bronca’ a su antojo, así como otros modos igualmente comprometidos que sólo estarán disponibles en las versiones militares del proyecto (aunque recomendamos para los ejércitos la versión 1.0).
En la 3.0 nuestra novia puede razonar y eso (no demasiado, porque nos deja, la realidad hay que verla, chavales). Tiene el modo amor y es autónoma y no nos obedece. Sí, es un riesgo y es capaz de ver nuestros defectos y si estamos gorditos o no.
-Martín, ya no me sacas a pasear por la red como antes.
¡Y todo eso mientras juega el Barça! Pero estamos ante la 3.0 y, francamente, hemos terminado así porque ninguna de carne y hueso nos aguanta así que… la sacas de paseo y te pierdes otra exhibición de Messi (lástima que ya estará retirado para cuando me compre a mi androide)… pero se activa el ‘modo bronca’ y no le gusta el ratón o el ordenador tiene demasiado polvo… y la armamos… esas noche no hay película de ciencia-ficción y la cosa se empieza a parecer al matrimonio cada vez más.
Te levantas, te pones tu copita a la mañana siguiente…
-Martín, ¿no crees que bebes demasiado?
Eso me suena, me suena. La versión 3.0 es también la más independiente y tiene un chip… que se va de compras. No, nunca dijimos que la 3.0 fuera barata y ya viene en las instrucciones, no se puede desactivar el ‘modo amor’ ni el ‘modo porque yo lo valgo’ así que… esa mañana te toca la reservas para ti y para tu botella, que ella ya llegará cuando tenga un rato.
Empezamos a pensar en la versión 1.0 como en aquella primera novia, ¿qué habrá sido de ella? ¿A qué dedica el tiempo libre?
En fin, hasta aquí hemos llegado con las tonterías. Ahora vamos con ellos, que también nos tiene que tocar.