Las historias de miedo modernas y su dependencia de las herramientas cotidianas

Andrea Ramirez Andrea Ramirez

En esta era moderna, a menudo es conveniente convertir una herramienta destacada que casualmente está en manos de casi todo el mundo, como el teléfono móvil, en el centro de las historias de terror.

Ya no es necesario que las historias de miedo giren en torno a complejos artilugios u objetos imaginarios extremadamente complejos: los teléfonos móviles pueden ser fácilmente el centro de estas historias en su lugar.

Éste es sólo un ejemplo de cómo la tecnología moderna ha inspirado una nueva generación de terror.

¿Qué aspectos de los teléfonos móviles se han explorado en esta nueva generación?

Muchos libros de ficción, como La llamada, de Stephen King, describen los teléfonos móviles como un medio a través del cual se desencadenan catástrofes. En esta novela, una señal transmitida a través de teléfonos móviles transforma a las personas en zombis.

Aunque los teléfonos móviles sí transmiten señales, este cuento es definitivamente inverosímil. Estos cuentos se han basado en la funcionalidad básica de los objetos modernos para desarrollar historias de miedo.

Otras historias pueden hablar de personas desconocidas que llaman, y éstas se basan en la imposibilidad de identificar quién está al otro lado del teléfono.

¿En qué otra herramienta moderna se centran algunas historias de terror?

Además de los teléfonos móviles, las redes sociales también se cuelan en la moda de las historias de terror. Películas populares han descrito situaciones siniestras que ocurren gracias al poder de las redes sociales.

Las redes sociales pueden ser a menudo inseguras y pueden surgir problemas de privacidad. Siempre es posible que se haga un mal uso de esta información. Las redes sociales pueden ser peligrosas si se utilizan de forma inadecuada, y es precisamente este hecho el que impulsa tales historias de terror.

Las historias de terror que giran en torno a las redes sociales pueden explotar fácilmente estas precauciones. He aquí un ejemplo:

Un usuario anónimo piratea la cuenta de una adolescente en las redes sociales y la chantajea para que complete atrevidos retos. Si no lo consigue, sus datos personales (incluido su secreto más oscuro) saldrán a la luz.

¿Qué influye en la verosimilitud de estas historias?

Aunque muchos relatos son ciertamente rebuscados e imaginativos, la dependencia de estas historias de tales objetos tecnológicos tiende a cerrar la brecha entre tecnología y horror.

Esto hace que parezcan mucho más verosímiles y alcanzables, lo que da realismo a la historia que se cuenta.

Ello afecta a la percepción del público, inculcándole la idea de que todo el horror no está contenido únicamente en las páginas de un libro o en las escenas de una película: puede ocurrir en la vida real. Existe un atisbo de tentación y encanto ante la posibilidad de que estas historias cobren vida.

A menudo, las historias más aterradoras son las que giran en torno a la verdad.

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