Sí, El País es un medio serio y escriben grandes personas y todo eso pero… leo hoy el artículo De Picasso a Pikachu y veo que ya hasta en este medio se han rendido a lo inevitable del medio: aquí importan las visitas y lo demás es mero trámite. Inmediatez, un título llamativo, el buscador que todo lo manda, los lectores que se nos han ido a las redes sociales y a los que no conseguimos desconectar del Facebook. Todos ya necesitamos un título llamativo y con Dostoievski… pues ya la cosa no funciona y hata Babelia empieza a hacerse eco del Pokémon y a olvidarse un poco de Pablo Ruíz porque uno da visitas y el otro no (adivinad cuál).
El artículo cita a Umberto Eco y a otros intelectuales y el tipo, Carlos Scolari (mira, como el entrenador de fútbol), ha leído libros y conoce el panorama actual y no parece desenfocado y hay un tono como de… melancolía para todos aquellos que nos criamos leyendo libros o esperando que Umberto Eco nos iluminase y cuando llegó internet y ya echó pestes de ello ya nos empezamos a dar cuentas de que estaba un poco pasado y que la Edad Media, aunque a él le guste mucho, no volverá.
Para la industria de la música esto ha sido un desastre y ha tenido que reciclarse (y no todavía no sé cómo pero dicen que se siguen grabando discos). Cuando quiero escuchar a Enrique Iglesias (que tampoco es mi favorito pero por poner un ejemplo) pongo Enrique Iglesias en en YouTube –hoy llevo todo el día viendo auténticas chorradas, la verdad- y, francamente, ni se me pasa por la cabeza levantarme en un bar para leer el periódico porque lo tengo en el móvil y a partir de ahí se abre un abanico de estupideces que parece no tener fin.
Y empezamos con los gatitos y al final quien más quien menos se siente tentado y se hace abre una cuenta en Instagram porque está de moda y cuando estás aburrido… ves chicas guapas o comidas o sabe Dios qué. Habla en el artículo que algunos ven esto como un apocalipsis cultural y… ¿no lo es? Hace tiempo me plantee dedicarme a escribir novelas y el camino era claro: la escribes, la mandas al agente o directamente a la editorial que te la publica llega a las librerías… ¿Qué librerías? Random House en New York está temblando con internet (ya es que allí se dedicaban a vender libros, no como en Barcelona, que nadie me tire de la lengua) así que en el resto del mundo ni te cuento. La ya citada industria de la música se quedó con los ojos abiertos con lo de YouTube y sabemos que a Taylor Swift no le gusta nada pero oye… ¡ahí están sus vídeos!
Y sí, aunque nadie lo sepa porque estáis perdidos con noticias como la del perro con gafas pues Umberto Eco ha publicado recientemente un nuevo libro mientras los demás estábamos perdidos entre el maldito Pokémon Go y el Instagram de las narices (el primero no lo juego, el segundo tengo que reconocer que sí lo uso).
Y sí, da un poco de melancolía ver como todo cambia pero también… ¿éramos tan ingenuos para pensar que el mundo no seguiría girando? Supongo que cuando los primeros humanos vieron la televisión también pensaron que aquello no llegaría a ningún sitio. Ahora afirman que internet nos vuelve idiotas. No sé –que puede ser- internet vale para muchas cosas y si hago dos clicks, también me puedo comprar el libro de Umberto Eco en formato hasta electrónico.
Bueno, que igual nos ponemos muy serios y tampoco es plan, que el mundo está lleno de estupideces que vislumbrar… ¡como ésta! Me encanta este tío. Me voy a leer a Schopenhauer.