El equipo de Emmanuel Macron ha denunciado un hackeo masivo de varias cuentas en la campaña electoral. Aquí, y con brevedad, algunas cosas a tener en cuenta.
Bien, tenemos un ordenador un móvil y una Tablet (más o menos seríamos una persona normal): te pueden hackear. Lo normal es que no te presentes a las elecciones de un país, eso también es cierto, y que tus mensajes, aparte de ese que has mandado un poco ‘pasadete’ no tenga demasiado interés para la opinión pública pero… sí, estás expuesto.
Lo primero que hay que hacer, dicen en clipset es proteger la contraseña y no poner cosas tipo 123456. Vale, estamos todos de acuerdo pero cada vez que alguien por aquí pierde la contraseña siempre me pide que le ponga pepeperez (y claro, no les deja y se quejan de las compañías, qué culpa tendrán).
Ahora bien, tengo un móvil y pongamos que entro donde no debo (no sé por qué pero entro y esto pasa) y se te cuela un bichito que, dependiendo de la potencia, puede llegar a cifrar tus archivos logrando acceso root y un montón de cosas muy chungas. Sí, sé que no eres Donald Trump y aunque las fotos del gato no tengan mucho valor en el mercado negro… son las fotos del gato. Hay una cosa que dicen en el artículo que me gusta especialmente y es que la seguridad total es una ilusión: lo de la contraseña está bien pero tener el equipo actualizado y todo eso… no garantiza nada. El cifrado está bien pero… los bichitos esos hacen maravillas (en el mal sentido) y que te instalen un troyano en el ordenador es bastante, bastante fácil (sobre todo si te presentas a las elecciones en Francia).
Hoy mismo escribía en esta noticia:
https://www.martincid.com/2017/05/07/pentagono-usa-windows-95/
Que el único ordenador seguro era aquel guardado bajo llave y… probablemente apagado. Me reitero pero a pesar de que existan bichitos… también hay relaciones personales tóxicas y no por ello es bueno aislarse en una burbuja y no salir nunca de casa. También existiría un riesgo en seguir mandando la correspondencia con palomas mensajeras por mucho que los anti-tecnología puedan querer afirmarlo.
Lo dicho: la seguridad total, una mera ilusión.