La segunda temporada de la comedia satírica polaca 1670 ya está disponible en Netflix, continuando la narrativa de la familia noble Adamczewski en la Mancomunidad de Polonia-Lituania. La serie regresa al pueblo ficticio de Adamczycha, donde el patriarca, Jan Paweł Adamczewski, un noble menor o szlachcic, persiste en su quijotesca búsqueda por convertirse en el Jan Paweł más famoso de la historia de Polonia. La primera temporada estableció la identidad genérica única de la serie como una farsa histórica de estilo falso documental, obteniendo una aclamación crítica significativa, particularmente en Polonia. Su éxito se atribuyó a su ingenio sofisticado, sólidas actuaciones de conjunto y un enfoque poco convencional que utiliza el escenario del siglo XVII como vehículo para una doble crítica tanto de la nobleza histórica polaca como de los absurdos de la sociedad contemporánea. La serie se distinguió por una combinación de humor inexpresivo, anacronismos deliberados y altos valores de producción, creando una comedia distintiva y culturalmente específica, pero universalmente resonante.
Las trayectorias narrativas de la segunda temporada
La nueva temporada se basa directamente en los hilos narrativos sin resolver de su predecesora, profundizando la intrincada red de conflictos dentro del hogar de los Adamczewski. La dinámica familiar central, que sirvió como el motor principal tanto para la comedia como para el drama, continúa evolucionando bajo nuevas presiones. La relación romántica clandestina entre la matriarca aparentemente piadosa, Zofia Adamczewska, y Rozalia, quien anteriormente estaba comprometida con su hijo, se desarrolla aún más en secreto, explorando temas de deseo prohibido e hipocresía moral dentro del rígido marco social. Al mismo tiempo, el romance socialmente transgresor entre la hija progresista de la familia, Aniela, y el campesino lituano Maciej, entra en una nueva fase. Su vínculo, que culminó en un beso compartido al final de la primera temporada después de que Maciej abandonara sus planes de huir del pueblo, continúa desafiando las inflexibles estructuras de clase de la época. Mientras tanto, el hijo menor, el sacerdote Jakub, sigue siendo una figura central de ambición cínica, continuando sus maquinaciones para asegurar la fortuna familiar manipulando los escándalos que se desarrollan para su enriquecimiento personal. El arco de su personaje persiste como un comentario satírico sobre el oportunismo clerical. La narrativa también tiene en cuenta al hijo mayor, Stanisław, quien huyó tras un compromiso roto, dejando su historia abierta para un desarrollo futuro. El catalizador narrativo más significativo para la segunda temporada es la llegada del hijo de un poderoso magnate. La introducción de este personaje marca una escalada estructural deliberada del conflicto central de la serie. Mientras que la principal tensión externa de la primera temporada fue la rivalidad horizontal entre Jan Paweł y su vecino Andrzej —un conflicto resuelto cuando Jan Paweł compró la mitad del pueblo de Andrzej—, el nuevo personaje introduce un conflicto vertical. Esto coloca a la familia Adamczewski en oposición a una figura de un estrato social muy superior, una dinámica de poder que las típicas intrigas mezquinas de Jan Paweł no pueden superar. Este cambio narrativo obliga a los personajes a enfrentar su relativa insignificancia dentro de la estructura de poder más amplia de la Mancomunidad, profundizando así la sátira de una crítica de la locura individual a una de la jerarquía social sistémica.

Escala de producción y nuevos horizontes
Un desarrollo notable en la segunda temporada es la expansión de la escala de producción y el alcance geográfico de la serie. Si bien el pueblo de Adamczycha sigue siendo el centro narrativo, la historia ahora se aventura más allá de sus confines establecidos hacia territorio extranjero. La producción de la nueva temporada incluyó filmaciones en la isla croata de Vir, que sirve como sustituto escénico de las regiones costeras del Imperio Otomano. Dentro del marco satírico de la serie, esta región se representa como un popular destino turístico del siglo XVII. Esta expansión no es simplemente un cambio cosmético para la variedad visual, sino que funciona como un importante recurso temático. Al trasladar una parte de la narrativa a una tierra extranjera, la serie puede cambiar su lente satírica del microcosmos del pueblo polaco al macrocosmos de la geopolítica y los estereotipos culturales del siglo XVII. Este cambio de escenario proporciona un nuevo lienzo para explorar temas de xenofobia polaca, identidad nacional y la visión provinciana de los personajes cuando se enfrentan a una cultura desconocida. Sin embargo, la ubicación principal de filmación para el pueblo de Adamczycha sigue siendo el museo al aire libre de Cultura Popular en Kolbuszowa, que proporcionó el telón de fondo arquitectónico y atmosférico hiperauténtico que fue crucial para la estética de la primera temporada.
Elenco y visión creativa que regresan
La continuidad en la actuación y la dirección creativa se mantiene con el regreso del elenco principal y el equipo de producción central. El elenco de la primera temporada repite sus roles, asegurando una representación consistente de los personajes centrales. Bartłomiej Topa regresa como el patriarca Jan Paweł Adamczewski, junto a Katarzyna Herman como su esposa, Zofia. Martyna Byczkowska continúa en su papel de la hija progresista, Aniela, y Michał Sikorski regresa como el sacerdote intrigante, Jakub. El elenco se completa con Kirył Pietruczuk como el campesino Maciej y Dobromir Dymecki como el hermano de Zofia, el húsar Bogdan. El personal creativo clave responsable del tono y la estética distintivos de la serie también ha regresado. La temporada está escrita por Jakub Rużyłło, con dirección de Maciej Buchwald y Kordian Kądziela. Nils Croné repite su papel como director de fotografía, un puesto integral para la identidad visual única de la serie. La producción es nuevamente gestionada por Akson Studio, con los productores Ivo Krankowski y Jan Kwieciński supervisando el proyecto. Esta continuidad delante y detrás de la cámara asegura que la segunda temporada se construya sobre la visión artística establecida de la primera.
Marco temático y estilístico
La serie continúa operando dentro de las convenciones del género del falso documental, una forma que emplea los tropos estilísticos del cine documental con fines satíricos. Un recurso narrativo principal es el discurso directo a la cámara, o la ruptura de la cuarta pared, que permite a los personajes ofrecer sus perspectivas sin filtro y a menudo profundamente sesgadas sobre los eventos. Sin embargo, el estilo visual de 1670 evoluciona deliberadamente más allá de la estética típica del falso documental. Si bien los conceptos iniciales se inclinaban hacia un estilo más convencional y observacional con una cámara en mano reactiva, el equipo creativo desarrolló un lenguaje visual más subjetivo y cinematográfico. La cinematografía resultante se acerca más a la de una película histórica épica, caracterizada por tomas cuidadosamente compuestas y una rica textura visual, pero con la capa estilística adicional de que los personajes pueden dirigirse a la audiencia a voluntad. Este enfoque híbrido permite que las miradas a la cámara funcionen no como un reconocimiento de la presencia de un equipo de filmación, sino como una elección narrativa deliberada de los personajes para confiar, conspirar o buscar la validación del espectador. Esta estrategia visual específica es central para el mecanismo satírico de la serie. Al enmarcar las acciones mezquinas, absurdas y a menudo incompetentes de la szlachta con el lenguaje grandioso y arrollador de una epopeya histórica, la cinematografía genera un estado constante de tensión irónica. El estilo visual valida la autopercepción magnificada de los personajes, otorgándoles una falsa sensación de importancia histórica, mientras que la narrativa y el diálogo trabajan simultáneamente para socavar esta grandeza, exponiendo su profunda hipocresía. La serie también mantiene su enfoque satírico de doble capa. Por un lado, se dirige específicamente a las realidades históricas de la szlachta polaca, una clase noble singularmente grande y poderosa cuyos miembros eran, en principio, todos iguales. La serie ridiculiza sus privilegios políticos, su capacidad de obstrucción legislativa como se ve en la parodia del liberum veto, y su vanidad arraigada, rasgos que históricamente contribuyeron al declive de la Mancomunidad. Por otro lado, a través del uso generalizado del anacronismo, la serie funciona como un agudo comentario sobre la sociedad polaca contemporánea y las fallas humanas universales. Las subtramas que involucran conceptos modernos como el activismo climático de Aniela o la creencia de Jan Paweł en la economía de goteo sirven como claras alegorías de los debates sociales y políticos actuales.
Conclusión y detalles del estreno
La segunda temporada de 1670 representa una expansión deliberada y ambiciosa de las bases narrativas, temáticas y estilísticas establecidas por su aclamada predecesora. Continúa las intrincadas sagas familiares que forman el núcleo de su drama, al tiempo que eleva significativamente las apuestas narrativas mediante la introducción de presiones externas de un estrato social más alto y un mundo geográfico expandido. Con el regreso del elenco principal y el equipo creativo central, la temporada mantiene la visión artística única que definió la serie: un sofisticado híbrido de drama histórico cinematográfico y sátira de falso documental que critica eficazmente tanto una época histórica específica como las locuras perdurables de la sociedad contemporánea. La segunda temporada de ocho episodios de 1670 se estrenó mundialmente en Netflix el 17 de septiembre de 2025.

