Muertos S.L. en Netflix: una autopsia satírica de la vida moderna

Muertos S.L. - Netflix
Anna Green
Anna Green
Anna Green es una redactora de MCM. Nacida en Australia, reside en Londres desde el 2004

En la nueva serie española Muertos S.L., el fallecimiento de Gonzalo Torregrosa, patriarca y fundador de la Funeraria Torregrosa, crea un vacío de poder que es de todo menos pacífico. Su viuda septuagenaria, Nieves, decide inesperadamente asumir el control, asistida por su yerno Chemi, un experto en marketing tan entusiasta como incompetente. Esta decisión frustra las ambiciones de Dámaso Carrillo, la leal pero intrigante mano derecha del fundador, que se consideraba el heredero legítimo del negocio. Mientras se desatan las luchas de poder internas y las rivalidades corporativas con la agresiva competidora Transitus, emerge un escándalo al estilo #MeToo que amenaza con desmantelar el frágil legado del difunto patriarca. La serie traslada con maestría los tropos universales de la comedia de oficina —compañeros conspiradores, una dirección inepta, rivalidad empresarial— al entorno tabú de una morgue. Esta yuxtaposición de lo mundano con lo macabro se convierte en una potente lente satírica que utiliza el negocio de la muerte para realizar una autopsia clínica de las patologías de la vida moderna, desde la vacuidad del lenguaje del marketing hasta la crueldad de la consolidación empresarial.

El método Caballero: autoría en la comedia española contemporánea

Detrás de Muertos S.L. se encuentran los hermanos y autores Alberto y Laura Caballero y su productora, Contubernio Films, arquitectos de un sello distintivo y comercialmente formidable en la comedia española. Su filmografía es un pilar de la televisión española moderna e incluye fenómenos culturales como Aquí no hay quien viva y La que se avecina, y la más reciente y globalmente exitosa Machos Alfa. Su trabajo se define por un rechazo filosófico a la «comedia blanca» o inofensiva. Los Caballero operan bajo el principio de que la comedia sin riesgo es una forma de arte amputada, un humor que no logra interpelar ni provocar. Encuentran una fuente inagotable de material en lo que denominan «la miseria humana», convencidos de que es una fuente narrativa universal e inagotable. En sus obras se aprecia una metodología coherente: construyen un universo contenido —un edificio de apartamentos, un pueblo rural y, ahora, una funeraria— y lo pueblan con un diverso elenco de arquetipos españoles. Este entorno de «olla a presión» sirve como laboratorio social donde estos personajes, y los valores que representan, se ven forzados a colisionar. La funeraria es la máxima evolución de este método, un espacio por el que todos los segmentos de la sociedad deben pasar en algún momento, proporcionando un flujo constante y variado de potencial narrativo. La serie también marca una evolución estratégica para la era del streaming. Los creadores han adoptado un formato más ágil de 30 minutos, un cambio consciente respecto a los episodios de 70 a 90 minutos de su pasado en la televisión tradicional, que a menudo requerían relleno narrativo. Este formato, que ya demostró su éxito con Machos Alfa, exige un guion más concentrado y denso en chistes, perfectamente adaptado al modelo de consumo de maratón de las plataformas globales.

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Anatomía de un antagonista: la centralidad de Carlos Areces

La serie se apoya en una interpretación magistral de Carlos Areces como el ambicioso Dámaso Carrillo, un personaje que funciona tanto como antagonista principal como motor cómico de la narrativa. El singular pedigrí cómico de Areces es esencial para el éxito de la serie. Su carrera comenzó en el influyente movimiento del «humor chanante», una escuela de comedia definida por su sensibilidad surrealista y absurda. Posteriormente, pulió su arte en las películas de directores de fama internacional como Álex de la Iglesia y Pedro Almodóvar, anclando sus tendencias absurdistas en narrativas más estructuradas. Esta trayectoria se fusiona con una profunda y duradera fascinación personal por la mortalidad. Areces es un conocido coleccionista de fotografía post mortem e incluso ha publicado un libro sobre el tema, abordándolo desde una perspectiva intelectual y científica. Esto crea una capa metatextual única para el espectador: estamos viendo a un actor que es un conocido aficionado al mismo mundo que la serie retrata. Su interpretación es una síntesis de absurdo y patetismo. Retrata a Dámaso como una amenaza laboral creíble y manipuladora, al tiempo que lo impregna de una cualidad patética, casi ridícula. Es un personaje taimado y despreciable, pero sus debilidades humanas —la envidia, la ambición, la inseguridad— se representan con un toque cómico que lo hace cercano incluso cuando resulta repelente. Areces es el vehículo perfecto para el complejo tono de los Caballero, evitando que el personaje y la serie caigan en el cinismo puro.

Sinfonía de la miseria: el elenco coral en acción

Aunque Areces es fundamental, la serie prospera como una «máquina perfectamente engrasada» de comedia coral, cuya fuerza reside en la interacción dinámica de todo su elenco. Los personajes principales son arquetipos cuidadosamente construidos para generar conflicto. Ascen López interpreta a Nieves, la matriarca subestimada cuya discreta asunción del poder subvierte las expectativas edadistas y sexistas. Diego Martín da vida a Chemi, el avatar de la cultura del marketing moderno, cuyas iniciativas absurdas y jerga vacía lo convierten en el antagonista natural del tradicionalista Dámaso. Amaia Salamanca encarna a la competencia elegante y agresiva como Vanesa, conspirando constantemente para absorber el negocio familiar. Y Roque Ruiz sirve como representante del público en el papel de Morales, el ingenuo becario cuya inocencia ofrece un marcado contraste con el cinismo de los empleados veteranos. Las interacciones entre estos personajes crean una sociedad en miniatura que refleja dinámicas laborales más amplias, explorando temas como los choques generacionales, la batalla entre las prácticas tradicionales y la innovación disruptiva, y los efectos corrosivos de la ambición desmedida. Las escenas impulsadas por el diálogo, especialmente los momentos corales que los actores admiten que a menudo derivan en risas en el plató, son el escenario principal para estas exploraciones temáticas.

La estética del más allá: diseño de producción y fotografía

Las preocupaciones temáticas de la serie se ven reforzadas por un lenguaje visual sofisticado y deliberado, elaborado por un equipo técnico que incluye al director de fotografía Juan Luis Cabellos y al director de arte Edu Vallejos. Los creadores tomaron la decisión consciente de «dignificar» la presentación visual de su comedia, especialmente mediante el uso de una relación de aspecto más ancha y cinematográfica. Esto supone un alejamiento significativo de la estética más plana y brillantemente iluminada de las comedias de situación televisivas tradicionales. Esta elección estética es una declaración de intenciones artísticas, una señal visual de que Muertos S.L. aspira a ser una comedia de prestigio, a la altura de los dramas de alta gama, reforzando la filosofía de que la comedia es un arte serio capaz de abordar temas profundos. El formato panorámico permite composiciones más elegantes y complejas, sobre todo en las escenas de conjunto, situando a los personajes en su entorno de una manera que realza la narrativa visual. Esto se complementa con un diseño de producción que exterioriza el conflicto central de la serie: tradición frente a modernidad. La Funeraria Torregrosa está representada con una estética clásica de maderas oscuras y una decoración sombría, que evoca historia y ritual, en contraste visual con el modernismo frío, impersonal y agresivo que se intuye en la empresa rival, Transitus.

Un proyecto global: el viaje de la serie a una audiencia mundial

El viaje de Muertos S.L. hacia una audiencia global ejemplifica un potente modelo emergente para el contenido español. La serie se originó como un encargo para el servicio de streaming español Movistar Plus+, donde se emitió por primera vez y obtuvo el aplauso de la crítica, incluyendo una nominación al Premio Feroz a la Mejor Comedia. Posteriormente, Netflix adquirió los derechos globales, una estrategia que refleja el exitoso modelo de distribución del anterior éxito de los Caballero, Machos Alfa. Este modelo de «incubadora a megáfono», célebremente exitoso con La Casa de Papel, permite a las plataformas nacionales desarrollar series de alta calidad y culturalmente específicas. Una vez que una serie demuestra su atractivo en el mercado español, un gigante global como Netflix puede adquirirla para su distribución mundial, minimizando el riesgo de desarrollo al tiempo que ofrece un producto probado a su vasta audiencia internacional. Muertos S.L. es un testimonio del éxito de esta estrategia, representando un hito para el alcance global de la comedia española y el atractivo universal de una historia bien elaborada que encuentra humor en los rincones más oscuros de la experiencia humana. Según se informa, ya hay una cuarta temporada escrita, supeditada al rendimiento de la serie en su nuevo hogar global.

Las dos primeras temporadas de Muertos S.L. se estrenaron mundialmente en Netflix el 31 de julio. La tercera temporada se estrenará en exclusiva en la plataforma a nivel mundial el 21 de agosto.

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