Netflix estrena Katrina: Contra viento y marea, una serie documental de tres episodios que centra las voces de los habitantes de Nueva Orleans mientras descompone los factores estructurales del desastre: fallos de diques y muros de contención, coordinación tardía y una recuperación desigual. La serie integra testimonios en primera persona con video y fotografía contemporáneos a los hechos, manteniendo una nítida cadena probatoria entre la experiencia individual y el registro público. La prioridad no es el impacto espectacular, sino la legibilidad: qué ocurrió, a quién afectó y por qué.
Con Spike Lee como productor ejecutivo, el proyecto cuenta con Alisa Payne como showrunner y productora, y con la dirección repartida entre Geeta Gandbhir, Samantha Knowles y el propio Lee. La apuesta formal es sobria y procedimental—entrevistas frontales, puntuación musical contenida, sonido ambiente de localización—para que el foco narrativo permanezca en los relatos de los residentes y en las disfunciones documentadas que amplificaron el riesgo.
Episodio uno (dirección: Geeta Gandbhir) establece la cronología y la exposición: barrios concebidos como cuencas hidrológicas, la cascada de fallos en las obras de protección y las lógicas inmediatas de supervivencia—evacuación, refugio y rescates improvisados. El montaje alterna entre planos a nivel de calle y levantamientos aéreos para situar cada testimonio en la geografía del riesgo urbano.
Episodio dos (dirección: Samantha Knowles) aborda las dimensiones sociales y administrativas: desplazamiento masivo, condiciones en los albergues, fragmentación del mando de incidentes y las cargas diferenciales que soportaron comunidades trabajadoras y afroamericanas. Los relatos de sobrevivientes se intercalan con archivo televisivo y comunitario para mostrar cómo la movilidad y la asignación de recursos moldearon los desenlaces.
Episodio tres (dirección: Spike Lee) se ocupa del después y del retorno: reconstrucción, continuidades culturales y la larga estela del trauma. Las entrevistas de seguimiento regresan a lugares de pérdida y de renovación, contraponiendo imágenes actuales con material registrado durante y después de la inundación para examinar qué ha reparado la recuperación y qué permanece irresuelto.
En lo formal, la serie sostiene una ética documental de interés público. Las afirmaciones se anclan en testimonios y archivo verificable; la cámara privilegia composiciones estables y un ritmo medido; la música acompaña sin sensacionalismo. A lo largo del metraje, los realizadores mantienen claro el marco causal: un episodio meteorológico extremo se cruzó con vulnerabilidades de infraestructura y demoras institucionales, con consecuencias que recayeron de manera desproporcionada en quienes contaban con menor margen frente al riesgo.
Como registro cultural, Katrina: Contra viento y marea opera en un doble plano: reconstrucción histórica de los fallos y libro de cuentas cívico de la ayuda mutua. Documenta flotillas improvisadas y respuestas barriales junto a cambios de política pública, devolviendo agencia a los residentes y delimitando los mecanismos que no funcionaron. El resultado es un relato sobrio y duradero, concebido para la memoria, el escrutinio y el aprendizaje.
Ya disponible en Netflix. Fecha de estreno: 27 de agosto de 2025.

