Llega a Netflix “Limpia”, un drama chileno sobre las complejas dinámicas de poder, dependencia y afecto. Una película de personajes, dirección y, sobre todo, de actuación.
La película establece su premisa en la intensa relación entre sus dos protagonistas: Estela, una empleada doméstica proveniente del sur de Chile, y Julia, la niña de seis años a la que cuida día y noche en el seno de una familia adinerada pero emocionalmente distante. La narrativa se adentra en el vínculo que forjan, un universo particular que las aísla y las une frente a la indiferencia de su entorno.
Este universo compartido se nutre de rituales íntimos, como entonar canciones antiguas o pasear por el barrio con una perra callejera, momentos que solidifican una complicidad que trasciende la relación laboral. La película utiliza esta dinámica interpersonal como un microcosmos para examinar tensiones sociales de mayor envergadura, propias de la sociedad chilena y, por extensión, latinoamericana. La trama aborda explícitamente los sentimientos de Estela, quien se siente «invisible y frustrada», y la experiencia de Julia, que sufre un «profundo abandono» por parte de su familia. Al hacerlo, la película se convierte en un comentario social sobre las jerarquías de clase, la invisibilidad del trabajo doméstico y las consecuencias de la negligencia emocional.
Los elementos dramáticos se arraigan en la vida emocional de las protagonistas, mientras que el suspense del thriller se alimenta de las consecuencias psicológicas de su aislamiento y dependencia. Este equilibrio se ve fracturado por un «trágico incidente» que rompe su complicidad y cambia sus vidas para siempre, catalizando el mencionado desenlace inevitable.
De la página célebre a la pantalla cinematográfica: La fundación literaria
La solidez temática y narrativa de «Limpia» tiene su origen en una aclamada obra literaria. La película es una adaptación de la novela homónima de la escritora chilena Alia Trabucco Zerán, un hecho destacado en todo el material promocional del filme. La novela, lejos de ser una obra menor, es un bestseller galardonado que ha cosechado un importante reconocimiento internacional. Su mayor testimonio de prestigio es la obtención del Premio Femina a la mejor novela extranjera en 2024, uno de los galardones literarios más importantes de Francia.
La novela original se enmarca en la tradición del «realismo sucio» y se estructura como una confesión o un interrogatorio. La narración comienza con un hecho ineludible: la niña ha muerto, y Estela, la protagonista, cuenta su historia desde una aparente detención, convirtiéndose en una narradora poco fiable cuya versión de los hechos es tan fascinante como ambigua. Este relato en primera persona explora su rutina diaria hasta convertirla en una «pesadilla repetitiva y finalmente violenta», desvelando las relaciones de poder dentro del hogar.
Más allá del drama doméstico, la novela está profundamente anclada en la historia reciente de Chile. La trama se desarrolla con el telón de fondo del «Estallido Social» de 2019, una serie de protestas masivas contra la desigualdad que sacudieron al país. Este contexto convierte la tensión dentro de la casa en un símbolo de la opresión de clase y el descontento social que se vivía en el exterior, transformando un thriller doméstico en una potente declaración política.
La potencia dramática de la historia ya había sido probada en otro medio antes de su llegada al cine. En 2024, la novela fue llevada al teatro con una propuesta del reconocido actor y director chileno Alfredo Castro. El viaje de la historia a través de tres plataformas distintas —la literatura, el teatro y ahora el cine— evidencia la universalidad y la perdurabilidad de sus temas centrales.
Un perfil de la directora Dominga Sotomayor
La dirección de «Limpia» está a cargo de Dominga Sotomayor (Santiago, 1985), una de las figuras más prominentes y consolidadas del cine chileno contemporáneo. Su trayectoria como directora, guionista y productora está marcada por un sostenido reconocimiento en el circuito internacional de festivales. Con una sólida formación académica que incluye una Licenciatura en Dirección Audiovisual de la Pontificia Universidad Católica de Chile y una Maestría en Dirección Cinematográfica de la ESCAC en Cataluña, España, Sotomayor ha desarrollado una voz cinematográfica coherente y madura.
Su carrera alcanzó un punto de inflexión histórico en 2018, cuando se convirtió en la primera mujer en la historia en recibir el Leopardo a la Mejor Dirección en el prestigioso Festival de Cine de Locarno por su largometraje Tarde para morir joven. Este hito no solo consolidó su estatus como una cineasta de talla mundial, sino que también la posicionó como una figura pionera en una industria históricamente dominada por hombres.
Sotomayor ha expresado que prefiere hablar de «adopción» en lugar de «adaptación» al referirse a su relación con la novela de Trabucco Zerán. Esta elección semántica revela una apropiación del espíritu del texto para trasladarlo a su universo personal, en lugar de una simple reproducción. Según sus propias declaraciones, no aceptó el proyecto de inmediato, sino que su decisión dependió de una lectura profunda para determinar si podía hacerlo suyo, un proceso que demuestra un meditado compromiso artístico. La directora ha reconocido que los proyectos que la incomodan son los que la impulsan creativamente, y los desafíos de este filme —trabajar sobre la obra de otra persona y para una gran plataforma— parecen haber agudizado su capacidad de observación.
Temáticamente, su filmografía muestra una fascinación recurrente por los momentos de transición en la vida de niños y adolescentes, a menudo situados en contextos de cambio social o histórico más amplios. Este enfoque en la juventud como barómetro de transformaciones mayores establece un claro precedente para «Limpia», convirtiéndola en una extensión lógica y poderosa de su voz autoral.
La fuerza creativa
Detrás de «Limpia» se encuentra una de las productoras más influyentes y exitosas de América Latina: Fabula, la compañía fundada por los hermanos Juan de Dios y Pablo Larraín. Junto a ellos, Rocío Jadue figura como una productora clave en el proyecto. La participación de Fabula no es un detalle menor; funciona como un sello de calidad y una garantía de ambición artística y alcance global.
El pedigrí de Fabula es incuestionable. La compañía alcanzó la fama internacional al ganar el Premio de la Academia a la Mejor Película de Habla no Inglesa en 2018 por Una mujer fantástica. Su prestigio se ha visto reafirmado con dos nominaciones a los Oscar en 2024 por El Conde (Mejor Fotografía) y La memoria infinita (Mejor Película Documental), además de una larga lista de premios en festivales como Venecia, Berlín y Sundance. Su implicación eleva a «Limpia» de ser una producción local a un largometraje destinado al mercado internacional desde su concepción.
Además, Fabula ha cultivado una sólida experiencia en la producción de contenido para las principales plataformas de streaming. Su relación con Netflix es preexistente y estratégica, habiendo producido para el gigante del streaming series como Baby Bandito y el documental Antares de la Luz. En algunos de los créditos de «Limpia», Netflix figura incluso como una entidad de producción junto a Fabula, lo que sugiere una asociación más profunda que un simple acuerdo de distribución.
El reparto está encabezado por la actriz María Paz Grandjean en el papel de Estela, mientras que la joven Rosa Puga Vittini interpreta a Julia. El elenco principal se completa con Ignacia Baeza (también acreditada como Ignacia Baeza Hidalgo), Benjamín Westfall y Rodrigo Palacios. El guion fue coescrito por la directora Dominga Sotomayor y Gabriela Larralde, asegurando una visión cohesionada desde la escritura hasta la dirección. El equipo creativo se enriquece con el talento de la aclamada directora de fotografía Bárbara Álvarez y el compositor Carlos Cabezas, cuyos trabajos previos auguran una cuidada estética visual y sonora.
El viaje hacia una audiencia global
El recorrido comenzó con un estreno mundial en un escenario de primer nivel: la 73ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. La película tuvo el honor de inaugurar la prestigiosa sección Horizontes Latinos, un espacio competitivo dedicado a destacar lo mejor del cine de la región. A la premiere asistieron figuras clave del proyecto, incluyendo a la directora Dominga Sotomayor, la actriz principal María Paz Grandjean y los productores Juan de Dios Larraín y Rocío Jadue, subrayando la importancia del evento.
Tras su aclamado debut internacional, la película tuvo un estreno limitado en salas de cine seleccionadas en su país de origen, Chile. Esta ventana de exhibición local permitió que el público chileno conectara con la obra en la pantalla grande antes de su distribución masiva. Las proyecciones en Chile comenzaron el 25 de septiembre.
Finalmente, la película, rebautizada como «Swim to Me» para el mercado global, se prepara para su lanzamiento mundial en la plataforma Netflix. Esta distribución asegura que la historia llegará a una audiencia masiva en múltiples territorios simultáneamente.
La fecha de estreno global en Netflix está fijada para el 10 de octubre.

