No es una sorpresa ya para nadie: la industria coreana del entretenimiento es una de las primeras del mundo, y en parte gracias a su alianza con el gigante del streaming, Netflix. Las producciones coreanas se atreven con todo, y en esta ocasión lo hacen con la comedia, esta vez con tintes macabros.
Y, además, y aunque bastante remotamente, inspirada en un hecho real.
Una nueva producción surcoreana llega a la escena internacional con una propuesta audaz: transformar la tensión de un secuestro aéreo en una afilada comedia negra. «Buenas noticias» se presenta como una amalgama de géneros, fusionando el thriller de desastres con una sátira mordaz sobre la incompetencia burocrática y las complejidades de la cooperación internacional. La película se aleja del drama convencional para ofrecer un comentario ingenioso y «completamente ridículo» sobre cómo reaccionan las instituciones cuando la vida de cientos de personas pende de un hilo. La narrativa se centra en un equipo de misión secreta, reunido con el objetivo de aterrizar de forma segura un avión secuestrado, empleando cualquier táctica que la caótica situación exija.
La originalidad de la película no reside únicamente en su premisa, sino en cómo utiliza su tono como principal vehículo temático. La fusión de géneros no es un mero adorno estilístico; es la herramienta a través de la cual se critica la ineficacia institucional. El humor no emerge de chistes aislados, sino del abismo que se abre entre la gravedad de la situación —un avión lleno de rehenes— y la respuesta absurda, egoísta y desorganizada de las autoridades. La trama sigue a equipos de inteligencia y militares de Corea del Sur, Japón y Estados Unidos mientras emplean «tácticas salvajes» y toman decisiones «cada vez más absurdas» en su intento por resolver la crisis.
Una película que transcurre en los años 70 en la que el humor negro y lo absurdo se convierten en un espejo de la realidad política contemporánea, utilizando el secuestro como un microcosmos para satirizar cómo las agendas nacionales y el ego personal a menudo obstaculizan la resolución de crisis globales.
La Trama: Una Misión Secreta Entre el Caos y la Burocracia
La historia de «Buenas noticias» arranca momentos después de que un avión de pasajeros japonés, que acaba de despegar de Tokio, es secuestrado por miembros de la Facción del Ejército Rojo armados con cuchillos y armas de fuego. Su demanda es clara: ser llevados a Pyongyang, la capital de Corea del Norte. Sin embargo, la inviabilidad logística de su plan inicial desata rápidamente una crisis internacional que involucra a múltiples gobiernos y agencias de inteligencia. Para gestionar la situación, se activa una operación secreta liderada por un trío de personajes dispares.
En el centro de la operación se encuentran tres figuras clave que deben navegar el caos desde tierra y aire:
- ‘Nobody’ (interpretado por Sul Kyung-gu): Un enigmático «solucionador de problemas» o «fixer», una figura sombría cuya identidad es desconocida pero cuyo trabajo es famoso por ser impactante y efectivo. Actúa como el cerebro no oficial de la misión, operando desde las sombras.
- Seo Go-myung (interpretado por Hong Kyung): Un teniente de élite de la Fuerza Aérea. Descrito como el personaje más sensato y con las reacciones más sinceras, se ve arrastrado a la misión y se le encarga la tarea de realizar un «doble secuestro» del avión desde tierra, manipulando las señales de radio para retomar el control.
- Park Sang-hyeon (interpretado por Ryoo Seung-bum): El director de la Agencia Central de Inteligencia de Corea (KCIA), quien comanda oficialmente la operación. Su personaje encarna el poder burocrático y las complejidades políticas de la misión.
El conflicto principal de la película no se limita a la confrontación entre los secuestradores y las autoridades. Una tensión igualmente importante surge entre las diferentes agencias de Corea del Sur, Japón y Estados Unidos, cuyas tácticas caóticas, y a menudo contradictorias, complican la ya de por sí peligrosa misión de rescate. El concepto de que el personaje de Hong Kyung «secuestra doblemente el avión desde tierra» funciona como una poderosa metáfora del control burocrático. En su intento por resolver la crisis, las autoridades ejercen una forma de control sobre los rehenes que resulta tan restrictiva y peligrosa como la de los terroristas originales. La lucha por el control del avión se convierte en un símbolo de la lucha por el poder entre las distintas facciones burocráticas, sugiriendo que las instituciones estatales, con sus propias agendas y luchas internas, pueden convertirse en una amenaza secundaria para los ciudadanos que se supone deben proteger. Los pasajeros se encuentran atrapados no solo por los secuestradores, sino también por el juego geopolítico que se desarrolla a su costa.
El Incidente Real: El Secuestro del Vuelo 351 de Japan Airlines
La trama de «Buenas noticias», aunque satírica, se inspira en un evento histórico real que conmocionó a Japón y al mundo: el secuestro del vuelo 351 de Japan Airlines, conocido como el «Secuestro del Yodogo». El incidente tuvo lugar el 31 de marzo de 1970, cuando nueve miembros de la Facción del Ejército Rojo de la Liga Comunista Japonesa, armados con espadas katana y una bomba casera, tomaron el control del Boeing 727 que cubría la ruta de Tokio a Fukuoka. A bordo se encontraban 129 personas (122 pasajeros y 7 tripulantes) que fueron tomadas como rehenes. Su grito de guerra, «¡Somos Ashita no Joe!», era una referencia a un popular manga sobre un boxeador de clase trabajadora, lo que subrayaba su identidad revolucionaria. Aunque su demanda inicial era volar a Cuba, la inviabilidad logística los llevó a exigir ser trasladados a Pyongyang, Corea del Norte. La crisis incluyó un intento fallido de engaño por parte de las autoridades surcoreanas, que disfrazaron el aeropuerto de Gimpo en Seúl para que pareciera un aeropuerto norcoreano. Finalmente, la tensa situación se resolvió sin víctimas mortales cuando los secuestradores liberaron a todos los rehenes a cambio de un único voluntario: el Viceministro de Transporte de Japón, Shinjirō Yamamura, quien se ofreció como garantía para la seguridad de los pasajeros.
La historia de los secuestradores no terminó con su llegada a Corea del Norte. Aunque inicialmente fueron recibidos como héroes revolucionarios, su exilio se convirtió en una especie de prisión en un país empobrecido. Décadas más tarde, varios de ellos expresaron su deseo de regresar a Japón y enfrentar la justicia, describiendo el secuestro como un acto «egoísta y engreído». El líder norcoreano Kim Jong-il llegó a utilizar al grupo como una ficha de negociación para obtener ayuda económica de Japón. Esta irónica vuelta del destino, donde la «libertad» ideológica que buscaron se convirtió en una jaula, añade una capa de tragedia y complejidad a los antagonistas de la historia real.
La Visión Satírica de Byun Sung-hyun
Detrás de «Buenas noticias» se encuentra Byun Sung-hyun, considerado una de las voces más distintivas del cine surcoreano contemporáneo. Su filmografía, que incluye títulos aclamados como el thriller criminal The Merciless (2017), el drama político Kingmaker (2022) y la estilizada película de acción Kill Boksoon (2023), demuestra una notable habilidad para la estilización visual y la audaz mezcla de géneros. Un tema recurrente en su obra es el análisis de complejas relaciones interpersonales, a menudo entre hombres, que él mismo describe como una forma de «desentrañar historias», llegando a afirmar que concibió The Merciless como una «película de romance».
Para «Buenas noticias», Byun deja claro que su intención no es crear un documental histórico. Aunque la película está ambientada en los años 70, su objetivo es reflejar «las absurdidades que continúan resonando a través de las décadas» en el mundo actual. Para ello, ha optado por una atmósfera «reinterpretada» de la época y ha empleado técnicas narrativas como la ruptura de la cuarta pared, un recurso que permite al público observar el caos «desde la distancia» y analizarlo con una perspectiva crítica.
Esta película marca la cuarta colaboración consecutiva entre Byun Sung-hyun y el actor Sul Kyung-gu, una relación director-musa que ha alcanzado un punto de autoconciencia y desafío artístico. El propio director ha admitido sentir «presión artística» y estar un poco «harto» de la imagen de Sul en traje que él mismo ayudó a popularizar desde The Merciless. Con el objetivo de «extraer un lado diferente de él», Byun estudió los primeros trabajos del actor para crear el personaje de ‘Nobody’, buscando capturar su «encanto natural». Por su parte, Sul aceptó el papel casi instintivamente, demostrando una confianza absoluta en la visión de su colaborador habitual. Esta dinámica sugiere que su trabajo conjunto en «Buenas noticias» no es una simple repetición de una fórmula exitosa, sino una evolución activa, un diálogo creativo a largo plazo donde el director deconstruye a su actor fetiche para encontrar una nueva verdad en su interpretación.
El Reparto
El verdadero corazón de la película reside en su trío protagonista, una combinación calculada que reúne a un veterano legendario, una estrella en ascenso y un actor de carácter conocido por su imprevisibilidad.
- Sul Kyung-gu como ‘Nobody’: Considerado uno de los actores más respetados de Corea del Sur, Sul Kyung-gu es conocido por su increíble versatilidad y sus papeles icónicos en películas que definieron una era, como Peppermint Candy (1999), Oasis (2002), la saga Public Enemy y Silmido (2003). Famoso por su capacidad para transformarse físicamente para sus papeles, siendo apodado «Sr. Peso Fluctuante», en «Buenas noticias» interpreta al enigmático «fixer», un rol diseñado por el director para mostrar una faceta más natural y alejada de sus recientes personajes de traje.
- Hong Kyung como Seo Go-myung: Hong Kyung se ha consolidado como una de las estrellas jóvenes más prometedoras de su generación. Su aclamada actuación como un joven con autismo en Innocence (2020) le valió un prestigioso Baesang Arts Award, y ha seguido cosechando éxitos con series como Weak Hero Class 1 y Revenant. En la película, su papel como el teniente Seo Go-myung funciona como el ancla moral y racional de la historia, ofreciendo al público un punto de identificación en medio del caos burocrático.
- Ryoo Seung-bum como Park Sang-hyeon: Conocido por sus papeles eclécticos y a menudo excéntricos, Ryoo Seung-bum ha construido una carrera interpretando a personajes memorables en películas como Crying Fist (2005), The Unjust (2010) y The Berlin File (2013), muchas de ellas dirigidas por su hermano mayor, Ryoo Seung-wan. En «Buenas noticias», interpreta al director de la KCIA, un papel que le permite encarnar la autoridad burocrática, probablemente con el giro impredecible que caracteriza su estilo actoral.
La selección de estos tres actores no parece casual, ya que sus respectivas carreras reflejan los arquetipos de poder que representan. Sul Kyung-gu es el «establishment» del cine coreano; Hong Kyung es la nueva generación que representa el futuro; y Ryoo Seung-bum es el agente del caos, el «outsider». La película enfrenta a estos tres arquetipos, creando una dinámica que refleja la tensión del mundo real entre las viejas estructuras de poder, los reformadores idealistas y los actores impredecibles que operan según sus propias reglas. El reparto se complementa con una importante presencia de actores japoneses, incluyendo a Takayuki Yamada, Kippei Shiina, Sho Kasamatsu y Nairu Yamamoto, lo que subraya la naturaleza internacional de la historia y la producción.
Dando Vida a una Crisis Histórica
La producción de «Buenas noticias» fue anunciada oficialmente por Netflix en septiembre de 2024, con un rodaje que buscó un alto grado de autenticidad para recrear la atmósfera de los años 70. El equipo de producción construyó sets detallados en la ciudad de Gunsan e incluso importó un avión real para garantizar el realismo de las escenas a bordo.
Incluso antes de su lanzamiento global, la película ya ha generado una considerable expectación en el circuito internacional. Su selección oficial en dos de los festivales de cine más prestigiosos del mundo subraya su ambición artística. Tuvo su estreno mundial en la sección «Special Presentation» del 50º Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) y su estreno coreano en la sección «Gala Presentation» del 30º Festival Internacional de Cine de Busan (BIFF). Esta estrategia de lanzamiento es una declaración significativa por parte de Netflix. Al posicionar la película en plataformas tradicionalmente reservadas para el cine de autor y las candidatas a premios, la compañía eleva «Buenas noticias» por encima del vasto catálogo de contenido en streaming. Busca una validación crítica que la legitime como una obra cinematográfica de prestigio, señalando que es una de sus grandes apuestas del año y atrayendo a un público cinéfilo global.
La película promete ser una sátira tensa y enérgica que utiliza un evento histórico como telón de fondo para explorar temas de burocracia, incompetencia y las absurdas complejidades de la política internacional que siguen siendo tan relevantes hoy como lo fueron hace cinco décadas.
La película «Buenas noticias» se estrena en Netflix el 17 de octubre.

