Considero que es fundamental recuperar las figuras importantes del arte, revalorizarlas y darles la importancia que merecen. Me enorgullezco de presentar esta exposición y recordar a Nacho Criado como el gran artista que ha sido, uno de los más esenciales para entender el arte de la segunda mitad del siglo XX.
Álvaro Alcázar Gamarra
Con motivo del décimo aniversario de la muerte de Nacho Criado, la Galería Álvaro Alcázar presenta una exposición homenaje, con un repaso por sus obras más emblemáticas como las de la serie «Vidas prestadas», «El homenaje a Rothko», «Mirame… senza occhi» y la obra que da el título a la exposición «Dieci anni dopo» entre otras.
Nacho Criado ha reflexionado numerosas veces sobre su identidad a través de su obra. De hecho, si bien era considerado como uno de los primeros representantes del arte Conceptual en España, él rehusaba declararse como artista pionero ya que sus trabajos aunque complejos y difíciles, según él se desarrollaron a partir de obras tradicionales.
El propio artista definía el arte como «poder hacer realmente aquello que por su propia complejidad va más allá del comportamiento y las explicaciones lógicas. El arte permite
que el mundo y las ideas se redefinan constantemente».
Breve Biografía:
Nacho Criado (Jaén, 1943 – Madrid, 2010)
En Madrid se formó como arquitecto y frecuentó el taller del escultor Jesús Trapero. En 1967 llegó a Barcelona para cursar estudios de Sociología hasta 1969, fecha en que
regresó a Madrid. En sus inicios, a mediados de los años sesenta, se preocupa por el reduccionismo formal, el comportamiento del material así como de aspectos procesuales y espaciales que más tarde lo aproximarán a tendencias más conceptuales.
Entre 1966 y los primeros años setenta su obra queda circunscrita en el Minimalismo, muy conectado con los principios del arte povera, reflexionando sobre cuestiones de espacio y luz dentro de su personal forma de concebirlos.
Desde 1970 las constantes de su trabajo se han dirigido hacia una ampliación y liberación del lenguaje que le permitió adecuar de manera abierta y precisa la idea y su materialización, dando con ello prioridad a aspectos tales como la experiencia del tiempo, la identidad y la condición híbrida de la práctica artística.
Al recibir el Premio Nacional de Artes Plásticas, en el año 2009, Nacho Criado dijo que se debía “a la cantidad de años de trabajo y al mucho esfuerzo “ dedicado a su obra.