Cowboy de Medianoche (Midnight Cowboy) es una película dirigida en el año 1969 por John Schlesinger protagonizada por Dustin Hoffman y Jon Voight.
Una amarga obra maestra de sueños rotos y esperanzas frustradas.
Argumento
Joe Buck, todo un seductor tejano, se muda a Nueva York con el fin de vivir de las mujeres. Pero La Gran Manzana le enseñará su cadra más amarga y despiadada de la mano de su nuevo amigo, Rico «Ratso» Rizzo.
Crítica de la Película
Una cinta sobrecogedora de principio a fin que engancha y sabe recrear el paisaje protagonista y, sobre todo, bien dirigida e interpretada y que, además, tiene la historia que contar de una generación que ya había visto (hablamos del año 1969), como el Sueño Americano se había convertido para muchos americanos en un producto más de marketing.
Hay cosas que nunca cambian, y eso que eran los tiempos de Andy Warhol.
Cowboy de Medianoche es una de las películas más representativas de los años 70 y una de las que marcan un poco el ritmo de la época, una vez los grandes estudios ya habían dejado de producir aquellas obras que nos habían dado alguna maravilla pero que (si miramos el núimero) eran las menos: se producía mucho, se consumía rápido y se olvidaba pronto (¿os suena a alguna cadena de streaming actual?).
En estos años surge este cine indie que, con sus medios, quería hacer cosas. Conviven con la nouvelle vague y por todos lados se extiende la creencia que el cine puede ser algo más que un mero entretenimiento y hacer algo más que blockbusters: hay un espacio para el cine más adulto e historias mejor contadas, sin la simplicidad narrativa que rara vez alguien lograba evitar (caso John Houston en El Halcón Maltés). El resto, la gran mayoría, eran cintas muy simples con personajes planos que no daban de sí, se contrataba a un director cualquiera y se dejaba que las poderosas distribuidoras hicieran su magia.
En este contexto surge esta maravilla y este artesano del cine que fue John Schlesinger: clásico hasta la médula en una historia que, precisamente, rompe con todo lo clásico y pretende darle una patada a todo lo que nos han contado y creemos saber: que Nueva York era una maravilla sin basura en las calles (para ver la hamburguesería de Times Square cuando saca la basura, yo me quedé impresionado).
Hay tres personajes clave: el tejano ingenuo, el hombre enfermo imagen de la ciudad enferma y, claro, la propia ciudad, que devora a todo el que osa poner allí sus pies. Manhattan está por todas partes y engulle a todos y a todo idealismo: el protagonista no tiene más remedio que prostituirse para sobrevivir, pero de una manera muy distinta a la que imaginó, como al mismo tiempo ese sueño que fue Hollywood, visto desde dentro, engulle sueños y aspiraciones de todo aspirante a director, los focos se apagan y, tras alguna alfombra roja, sólo quedan los restos de una resaca de celuloide.
Es un guion fantástico tratado con esmero de cirujano, en una película que sí importa y a la que el propio equipo le dedica el empeño que merece. Está bien tener a Dustin Hoffman, sí, pero hay que dirigirlo y ahí estaba este señor (Schlesinger) para darnos une lección de equilibrio entre la actuación, el estilo y la narrativa. No será el más recordado el director de La Bestia Humana, pero sí un artesano al que tener muy en cuenta cuando se habla de esos cineastas callados que hacen que todo funcione y que, hilando cada ovillo, logra hacer una gran película.
Y luego, claro, la trascendencia de la cinta, que cuen con es fotografía de tonos ocres y amargos la vida ocre y amarga de una genración que veía con anhelo los viajes espaciales pero que, en el fondo, seguía allí soñando con que en Nueva York todos comían en manteles de plata y lino.
Cowboy de Medianoche se convirtió, así, en una película que se hacía eco de una generación rota y desencantada y que buscaba desde hacía años el reducto del cine mientras el cine, en una cruel paradoja, buscaba en la realidad la amargura que la rescatase de una ficción forzada de luces que, poco a poco, se apagaban.
Nuestra Opinión
Una película amarga sobre el sueño americano que logra una cercanía extrema a unos personajes extremos en una ciudad extrema en una cinta igualmente offsider. Un clásico del cine indie.
Premios
3 Oscars: Mejor película, director, guion adaptado. 7 nominaciones
Globos de Oro: Nueva promesa masculina (Jon Voight). 7 nominaciones
Otras Críticas
«Una saga por momentos divertida pero esencialmente sórdida de un gigoló en Manhattan (…) ‘Midnight Cowboy’ es moderna. Tiene una temática candente.»
Robert J. Landry: Variety