Immaculate es una película protagonizada por Sydney Sweeney junto a Álvaro Morte y Simona Tabasco. Está dirigida por Michael Mohan.
Una buena película de terror con todos los elementos clásicos y entorno que casi siempre funciona: un convento. Esta vez, en Italia y en mitad del siglo XX (cuando no había móviles y la gente usaba bolígrafos y estilográficas, para situaros en contexto).
Esta vez, el argumento nos lleva un poco a la historia de siempre, que puede que no os sorprennda demasiado, pero tanto la actriz protagonista (Sydney Sweeney) como su director (Michael Mohan) hacen todo lo posible para llevar esta película a buen término.
Son los dos principales artífices para que podamos calificar esta película de terror como entretenida y, aunque no sorprendente, terrorífica por momentos.
Arugmento
Una nueva novicia llega a un nuevo convento. Allí, un cura muy agradable la acoge y ella empieza a tener recurrentes pesadillas y atroces pensamientos. De repente, un día se da cuanta que está embarazada, mientras ella asegura que no ha estado con ningún hombre. ¿Será un milagro?
Sobre la película
En cuanto al guion, absolutamente nada nuevo ni nada que nos pueda llevar a un nuevo universo o a redescubrir el cine de terror. El argumento es un poco similar a Rosemary’s Baby (1968) y, llevado al entorno del convento, a los sueños de la novicia y al personaje del padre Sal Tedeschi… todo combina bien y de la manera más clásica.
El entorno ayuda, pero ahí está el buen hacer del director, que no falla un plano ni falla la película en montaje o ritmo: es perfecta para sus pretensiones, aunque éstas no son muy altas. Logra todos los efectos con calidad, pero sin brillantez (algunos críticos la han calificado, no sin razón, de tener “sustos baratos”).
“Immaculate” es una película de sustos, pero sólo a medias, porque entre medias tiene a una excepcional Sydney Sweeney que aprovecha la oportunidad y nos da una convincente interpretación de madre-novicia angustiada y medio atormentada por la situación (nada nuevo, como ven).
Sorprende por momentos, sobre todo al final. Nos deja un poco fríos en cuanto a la trama, en cuanto a saber qué está pasando y decepciona a la mitad, para volver a coger ritmo al final y entregarnos unos buenísimos últimos minutos por los que merece la pena esperar.
En este tipo de películas, como esperarán, la estrella es el ambiente en sí, los claroscuros en plan Caravaggio: ahí están, en lo más clásico del barroco italiano y en toda la quintaesencia del claroscuro. Demasiada tradición pictórica en Italia como para no aprovecharla cinematográficamente.
Nuestra Opinión
Una buena película que, sin ser brillante en ningún momento, logra todos sus objetivos con eficiencia y hasta con calidad. Una película de ésas que no tienen mucho presupuesto y que, sin embargo, gracias a la profesionalidad logran salir airosas.