«Pinceladas de amor» es una película japonesa dirigida por Takahiro Miki y protagonizada por Ren Nagase y Natsuki Deguchi.
Una bella y encantadora película romántica que parte de un inicio totalmente trágico y paradójico: un chico y una chica se enamoran y los dos tienen casi todo en común, pero los dos tienen una enfermedad y a los dos les quedan apenas unos meses de vida.
“Pinceladas de amor” es una de esas películas que va directamente al corazón y a los sentimientos más profundos del ser humano y que habla de los grandes temas de la vida: el amor, la vida y la muerte y, entre medias, la belleza que existe en todo lo que nos rodea.
Y es que, aunque una flor esté condenada a desaparecer, deja tras de sí un fugaz instante de belleza intensa, profunda y verdadera.
Una película profundamente viva y profundamente bella.
Ya sabéis, si buscáis una película que os conecte con las verdades interiores y profundas, “Pinceladas de amor” será de vuestro agrado.
Sobre “Pinceladas de amor”
Una producción japonesa que no viene a revolucionar la narrativa cinematográfica porque cuenta algo que va más allá del cine: la triste y, a la vez, poderosamente bella realidad de que todo es efímero.
“Pinceladas de amor” toma una metáfora clásica ya a nivel universal: las flores y el arte. ¿Puede el arte ser inmortal retratando, precisamente, la fugacidad del tiempo? Y es que en esta paradoja universal radica esa intensa belleza y esa verdad que ha atraído durante siglos a los seres humanos. Ahora, esta trascendencia la tenemos en dos personajes adolescentes, los dos de 17 años, los dos con una vida por delante que, sin embargo, tendrán que vivir en toda su intensidad en apenas unos meses de vida.
“Pinceladas de amor” es una película profundamente japonesa en su estilo sosegado y en tono fotográfico, también en cierto sentido budista de entender el mundo y en la relación con la naturaleza.
¿Cómo podemos llegar a aceptar la muerte cuando tenemos toda una vida por delante y, además, encontramos a la persona predestinada? Sí, prepárense a llorar porque la premisa de “Pinceladas de amor” es tan profunda y trascendente que no deja otra conclusión.
Nuestra opinión
“Pinceladas de amor” no es una película para ver cine, es una película más para sentir los personajes y alegrarnos de estar vivos y disfrutar, un día más, de la profunda belleza de esta vida maravillosa que día, a día, se marchita y vive en cada uno de sus segundos.
Que la disfrutéis.