La Amabilidad de los Extraños (The Kindness of Strangers) es una amarga comedia dirigida por Lone Scherfig con Zoe Kazan, Tahar Rahim, Andrea Riseborough, Caleb Landry Jones, Jay Baruchel y Bill Nighy
La Amabilidad de los Extraños es una comedia de esas amargas que nos trata de mostrar que debajo de la superficie existe otra realidad, mucho más amable y bondadosa que, en el fondo, está queriendo emerger por encima de tanta podredumbre.
Argumento
Clara es una madre de dos niños que llega a Nueva York escapando de su violento marido, que no tardará en encontrarla. Mientras, encontrará a varias personas amables y solitarias que la ayudarán.
La Película
¿Saben que cualquier película que intenta mostrarnos la cara amable de la gente nos va a resultar un tanto irreal? Pues eso le pasa a esta peli, que tiene como base mostrar personajes amables y buenos en un territorio hostil (el que más) y en una burocracia de la que nadie escapa. Sí, puede que la cinta resulte forzada en el guion pero: ¿qué esperaban, que nadie ayudase a la chica y que su padre se quedara con la custodia?
Nos resulta tierna y amable y hasta tiene su gracia, muy sutil, en algunos momentos. El guion está bien llevado dentro de que nos lleva donde quiere, con las armas que quiere y sin cortarse un pelo en su planteamiento o en los personajes, que no hacen más que mostrar la bondad por todos lados.
Y sin embargo… nos ha gustado. No es para tirar cohetes, vale, pero tenemos al siempre simpático y bonachón Bill Nighy haciendo de maestro de ceremonias en un restaurante ‘pijo’ de Manhattan. Zoe Kazan hace un personaje tan tierno como encantador y el resto… pues salvo el malo, malísimo, todos tratan de sobrevivir en un mundo malo, malísimo de gente sin sentimientos en el que se encuentran unos personajes para ayudarse en sus respectivas soledades.
Es una obra coral y se deja ver con soltura sin resultar pesada.
Eso sí, si esperáis realismo crudo y duro: pues no, esto tiene el rosa en la etiqueta, el envoltorio y el guion.
Nuestra Opinión
Le damos tres estrellas que, a pesar de lo que digan muchos, no nos levantamos todos los días gruñones. Una comedia amarga que ni es amarga ni es comedia, que se queda un poco en el terreno del “no sé” pero que… tiene su enternecedora gracia.