Hace años, el mundo se vio sacudido por uno de los sucesos más horribles de la historia moderna: el atentado del maratón de Boston de 2013.
El 15 de abril de 2013, dos bombas estallaron cerca de la línea de meta del Maratón de Boston, matando a tres personas e hiriendo al menos a 264 más. La tragedia conmocionó a la ciudad de Boston y puso en alerta a todo el país, mientras las autoridades se movilizaban para localizar a los responsables de este atroz acto.
Hoy echamos la vista atrás a ese terrible momento de nuestra historia colectiva y reflexionamos sobre lo que significó para nuestra sociedad. Exploramos cómo esta tragedia afectó a las personas implicadas y cómo configuró nuestra comprensión actual de la seguridad y la lucha antiterrorista. También examinamos qué lecciones hemos aprendido de este suceso y estudiamos cómo estar mejor preparados para catástrofes similares en el futuro.
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Los sucesos del atentado del maratón de Boston de 2013
El 15 de abril de 2013, el mundo cambió para siempre con los acontecimientos del atentado del maratón de Boston. Esta tragedia se produjo durante la carrera anual de maratón de 26,2 millas de la ciudad, cuando dos bombas fabricadas con ollas a presión y explosivos detonaron cerca de la línea de meta.
Las explosiones causaron la muerte de tres personas e hirieron a unas 264, además de dañar gran parte de los edificios cercanos. Las fuerzas del orden descubrieron una compleja red de conexiones en varios países en la que estaban implicados los sospechosos Dzhokhar Tsarnaev y Tamerlan Tsarnaev.
Además de las víctimas inmediatas, muchas personas sufrieron a largo plazo las consecuencias del atentado, tanto físicas como emocionales. Muchos supervivientes tuvieron que someterse a múltiples intervenciones quirúrgicas y a meses o años de terapia de rehabilitación mientras intentaban superar el estrés postraumático asociado a un suceso tan traumático.
Fue un atentado sin precedentes en suelo estadounidense, que ha cambiado para siempre nuestra forma de ver la seguridad en los lugares públicos y de entender el terrorismo internacional.
Víctimas y supervivientes de la tragedia
El atentado del maratón de Boston de 2013 dejó una huella indeleble en la ciudad de Boston y en la comunidad de corredores en general. Como nación, nos sacudió hasta lo más profundo.
El 15 de abril de 2013, tres personas perdieron la vida y casi 260 resultaron heridas por las bombas colocadas cerca de la línea de meta del maratón. En un solo día, las vidas de familias y amigos cambiaron para siempre cuando sus seres queridos murieron o resultaron gravemente heridos.
Las historias de los fallecidos en el atentado son desgarradoras: Martin Richard, de 8 años, que estaba en la acera con su familia; Lu Lingzi, de 23 años, de China, que estaba de visita en Estados Unidos para proseguir sus estudios; Krystle Campbell, de 29 años, de Medford, que estaba allí para animar a su amiga al cruzar la línea de meta.
De aquella tragedia surgieron historias de valentía y heroísmo: personas que corrieron hacia el peligro para ayudar a otras, primeros intervinientes como agentes y bomberos que pusieron en peligro sus propias vidas para salvar a desconocidos; médicos y enfermeras que arriesgaron su propia seguridad para atender a pacientes aterrorizados con heridas desconocidas. Los supervivientes nos dieron esperanzas de un futuro mejor, como Jeff Bauman, que ayudó a identificar a uno de los terroristas desde la cama del hospital tras sufrir la amputación de ambas piernas; y muchos otros que han sacado fuerzas de la tragedia para reconstruir sus vidas y aportar algo positivo a la sociedad.
Respuesta comunitaria a la tragedia
Aunque el atentado del maratón de Boston de 2013 fue un suceso trágico, unió a la comunidad de forma inspiradora. Numerosos actos de bondad, valentía y resiliencia fueron demostrados por los residentes de Boston y por quienes habían acudido a apoyar el maratón.
El trabajo conjunto de la gente demostró que, incluso en tiempos de tragedia, podemos unirnos y ayudarnos unos a otros.
Actos de bondad
La población de Boston respondió a este desgarrador suceso con una increíble avalancha de apoyo a los afectados por la tragedia. Las empresas ofrecieron alojamiento y comida gratuitos a las víctimas, los voluntarios recogieron suministros para los primeros intervinientes y las iglesias abrieron sus puertas para proporcionar consuelo y refugio.
Ciudadanos valientes
Por toda la ciudad, la gente corría hacia el peligro en lugar de huir de él. Los corredores que acababan de terminar la carrera ofrecieron asistencia médica a los heridos cerca de la línea de meta. Muchos bostonianos también ofrecieron su tiempo para ayudar en actividades benéficas con el fin de concienciar y recaudar fondos para las familias de las víctimas.
El atentado del maratón de Boston de 2013 fue un recordatorio de cómo nuestras comunidades pueden unirse en momentos de gran angustia. La unidad mostrada por los primeros intervinientes, los voluntarios, las empresas locales y los ciudadanos es un testimonio del poder de la bondad humana ante la tragedia.
Investigación y persecución de los sospechosos
Al difundirse la noticia del atentado, la policía actuó con rapidez. Pocas horas después de la tragedia, habían identificado a dos sospechosos: los hermanos Dzhokhar y Tamerlan Tsarnaev.
La investigación que siguió fue masiva e intensa, y las autoridades se esforzaron por llevar a los autores de los atentados ante la justicia. La persecución se extendió por varios estados y ciudades mientras la policía reunía pruebas y entrevistaba a testigos.
Al mismo tiempo, las fuerzas del orden emprendieron una ingente misión de recopilación de información. Se recopilaron imágenes de vigilancia de la zona del maratón, así como fotografías de personas que se encontraban entre la multitud en el momento de la explosión. También se pidieron pistas a los ciudadanos para localizar a los sospechosos.
Además de estos esfuerzos, cientos de agentes de diversos organismos encargados de la aplicación de la ley recorrieron Boston y sus alrededores en busca de cualquier rastro de los hermanos, lo que finalmente condujo a su detención casi cuatro días después de que se produjera el atentado. En total, más de 9.000 agentes intervinieron para llevar a estos dos autores ante la justicia.
Procesos judiciales y condena de los sospechosos
Los dos principales sospechosos del atentado del maratón de Boston eran Dzhokhar Tsarnaev y su hermano mayor, Tamerlan Tsarnaev. El 19 de abril de 2013, tras cinco días de persecución, Tamerlan murió en un tiroteo con las fuerzas policiales. El 20 de abril, Dzhokhar fue detenido tras ser localizado en un barco cercano.
Tras un extenso proceso judicial que duró meses, Dzhokhar fue declarado culpable de los 30 cargos federales que se le imputaban; entre ellos, uso de un arma de destrucción masiva y destrucción dolosa de bienes con resultado de muerte. Fue condenado a muerte por inyección letal en junio de 2015. Además, se le ordenó indemnizar con más de 101 millones de dólares a las víctimas y sus familias.
El proceso judicial continuó más allá de la sentencia de Dzhokhar; tres de sus socios también fueron acusados de complicidad terrorista durante el atentado de 2013. Uno de ellos fue condenado a tres años y medio de prisión y otro a dos años y medio; el tercero se declaró culpable pero aún no ha sido condenado.
El atentado del maratón de Boston siempre será uno de los ataques terroristas más devastadores de la historia reciente de Estados Unidos. Tras un largo proceso judicial de varios años, se ha hecho justicia a los afectados por esta tragedia.
Conmemoraciones y honores por la tragedia
El atentado del maratón de Boston de 2013 dejará siempre una huella indeleble en la ciudad y sus habitantes. Tras el atentado, se han celebrado varios actos conmemorativos y homenajes para recordar la tragedia.
Fondo Familiar Richard
Jeff Bauman y Carlos Arredondo fueron dos de las víctimas del atentado de la maratón de Boston, a quienes se vio siendo atendidos en una foto ahora icónica. En su honor, el padre de Jeff unió fuerzas con el hijo de Carlos para crear The Richard Family Fund, que proporciona ayuda económica a los afectados por la tragedia.
Un día en Boston y otros lugares conmemorativos
En 2014, el alcalde Marty Walsh declaró el 15 de abril «One Boston Day», un día para honrar a los afectados y heridos en el atentado. Ese día se colocan muchos monumentos conmemorativos en Boston, como el de la calle Boylston, donde estallaron las bombas. También hay memoriales cerca de la línea de meta en Copley Square, así como en el exterior de Fenway Park, con pancartas con banderas decoradas en honor de los fallecidos en el atentado.
Tras el atentado del maratón de Boston de 2013, la nación tuvo que recoger los pedazos y seguir adelante. Aunque el número de víctimas mortales del atentado fue trágico, la compasión y la resistencia de la comunidad de Boston se pusieron de manifiesto y se alzaron frente al odio.
Desde la valentía de los socorristas hasta los increíbles actos de bondad de todo el mundo, pasando por el mantra «Boston Strong» (Boston fuerte) que capturó el espíritu de la ciudad, los acontecimientos del 15 de abril de 2013 nunca se olvidarán. Tras la tragedia, seguimos recordando el increíble poder de nuestras comunidades y nuestra humanidad compartida.