Días Extraños

Martin Cid Martin Cid

Hay días en los que es mejor no levantarse de la cama… y llevo una semanita que la cosa va a para escribir una novela

Capítulo I: Hace Años

Como algunos me siguen y encima me leen, no voy a dar nombres ni fechas, pero este artículo o… lo que sea, va sobre un tema, que es el surrealismo, la comedia o como deseen ustedes interpretarlo, porque yo, les juro no puedo más.

En los últimos tiempos tengo la sensación de vivir en  medio del camarote de los Hermanos Marx, y es que no encuentro la coherencia en esta existencia que me ha tocado vivir. Debe ser la lluvia, que nos pone a todos un poco esquizofrénicos, porque ahora que recuerdo, la cosa empezó un poco ahí. Les cuento.

Soy escritor y tengo libros y esas cosas. Tengo padre y madre y… no sé, un smartphone y cuenta de Twitter y demás y por la mañana leo los periódicos y saco (sacaba, ahora ya no) al perro a pasear. Es muy guapo, por cierto, se llama Jack por Jack Daniel’s y sí, eso significa que bebo. Me han dicho miles de veces que ése es precisamente el problema. Vale, puede ser.

Total. Hace ya muchos años, antes de que mi pareja me mandara a la mierda por aún no entendí por qué…. Se pone a llover. Si a mí tampoco me gusta, pero bueno. El resumen es que todo el mundo va intentando ponerse a cobijo un poco (lo que se puede) debajo de los portales para que el pelo no se encrespe (que no mola, vale). Total, que mi pareja en ese momento, que era rubia y con el pelo largo… se intenta conbijar… va sin paraguas y me dice que camina ella antes para darse prisa y tal… total, que yo detrás con Jack, a unos metros… todo normal hasta ahí… avanzo unos metros y me encuentro a mi pareja peleándose con otra señora con paraguas roto. Lo de peleándose no es una metáfora, no. La otra persona estaba (literalmente) con el paraguas en la mano y atizándola. Sí, sí, que la estaba pegando con el paraguas porque se habían pegado las dos por el trozo de acera en el que no llovía. Bien, al final paro (yo) a la señora, le quito el paraguas para que no pegue a mi pareja y bueno… la cosa terminó más o menos ahí y sin nadie lesionado (más o menos).

Pero no, que los días de lluvias no molan y la cosa siguió mal… hasta que decidimos irnos a un bar y, claro… hay un imbécil chulo que se cree muy cool porque fuma en pipa (sí, soy yo, y ni soy chulo ni cool, pero sí tengoi aguante con el alcohol). Total, un tipo decide por su cuenta y riesgo, sin hablarme ni conocerme, echarme una competición tácita a… cada vez que me tomo una copa, él se toma otra y luego me insulta. La cosa sigue así durante horas y yo ni caso (bueno, sí, me reía). En esto que mi pareja se empieza a enfadar, porque claro… se acuerda de la del paraguas de por la mañana que la intentó pegar y… la cosa no fue agradable. Vale, que me rio. Y claro… si te ríes es que te estás cachondeando… bueno, venga, ¿qué iba a hacer? Y el otro insultándome por la pipa, que si era un chulo de m… que si tal…. Y yo me reía.

-¿A ti qué te pasa, imbécil? –me dice mi pareja-. ¿Te parece gracioso?

Y el otro que si chulo, que si tal… y yo… fumando. Y así sigo hasta que mi pareja (con una castaña considerable) se agarra un rebote descomunal y se va… (sí, primero me soltó un tortazo, que la cosa lo merecía). Yo me reía (ehhhh, y el dueño también, que si estaba tan estupefacto como yo). El otro ‘amigo’ me seguía insultando, se cae al suelo de la castaña que llevaba y el dueño del bar… por los suelos de la risa (como yo). Total, que se queda conmigo otra amiga (de mi pareja) que tampoco da crédito al asunto y nada… que nos terminamos las bebidas y nos vamos. En esto que nos encontramos con mi pareja durmiendo en el suelo y nada… que la levantamos e intentamos llevarla a casa, pero claro… la chica había tenido un día duro y según se despierta… ¡Zas! ¡Tortazo a Martin porque él lo vale! Venga, vale , a ver si llegamos a casa y dormimos porque tú también lo vale… pues en esto que se presenta la policía a poner orden y la chica parece que se calma (me deja de pegar) y los polcías nos dicen que vale… que a dormir… que va siendo hora (eh, y estaba de acuerdo). Total,  que estábamos a diez minutos de casa, pero mi pareja hizo que durase una hora el asunto… porque claro… esa misma mañana por mi culpa (¿?) una loca la había intentado atizar con un paraguas. Bien, aquella noche recibí veinte bofetadas porque la chica estaba ‘caliente’ y no encontró mejor manera de desfogarse que atizar al señor de la pipa (yo).

Es que llovía, supongo.

El problema es que ésa fue sólo una noche, así que…

Capítulo II: Ayer

No sé cómo contar de una manera que resulte coherente lo de ayer poirque aún estoy con los ojos abiertos. Tengo una cita y yo me la tomo en serio y tal… antes quedo con amigo con el que hace mucho que no tengo contacto… y le llamo para tomar algo y eso… bueno… llego a la cita y la chica que me llega con una cara larga… uffff. Vale, chavala, sé que no te gusto mucho, pero bueno…. Venga, tómate algo y… no sé. Se toma algo y tal (estoy omitiendo detalles, pero aquello fue surrealista). Total, que le caigo fatal, mal… y si queréis sigo. Y yo intentando ser simpático y contando chistes… que no, que no. Que el de la pìpa el feo … ¡Fuma! Jopè, si te di mi dirección web y te dije cómo me llamaba y que lo de la pipa…

-Es que… fumas.

Vale, si soy consciente que es una disculpa, que lo que pasa es que soy feo, no te gusto ni para tomar un café y que te están entrando ganas de vomitar (y por ser finos). Pero claro… yo ahí intentando arreglar lo que no tiene arreglo.

Uy, que se me había olvidado. Yo me desayuno un whisky tranquilamente porque… pues porque yo lo valgo. Pero no, ayer no, ayer me afeité… me lavé el pelo, me puse hasta guapo… que no, que no, que no había manera porque… fumaba (disculpa chorra, ahora os cuento). Total, que no suelo quedar con personas no fumadoras porque… no les aguanto, la verdad. Pero tampoco soy un talibán y decidí dar una oportunidad a la chica esta. No, que el problema era…

-Es que… fumas.

Ya (porque en el fondo me estaba riendo de la situación), se me ocurre jugar con la cósmica matemática y seguir probando suerte.

-Vale, lo dejo. ¿Y ahora?

(Para seguir con el surrealismo: había ido a un sitio en el que no se podía fumar y no me fumé una sola pipa en toda la noche, ojito).

-Es que… fumas.

Vale, chavala. Es cierto, fumo.

-Pero lo dejo, por ti hago lo que sea.

-No, no me convence.

Vale, si ya se que doy más asco que una comida aderezada con caca, pero… bueno, que tengo el día aventurero y lo sigo intentando y la chica con una cara de asco… ¡Importante!

Y ahora llega el asunto jorobado de verdad. Total, que como iba a ser todo un caballero, hago como que no tengo un póster de Messi en la pared y que no soy del Barça. Así que encima ese día (ayer) jugaba el Barça y el Martin como un idiota perdido en los mares del amor… va y se pierde el partido por la cita surrealista esa. Llega a casa y se dice: como esto está para llorar, vamos a ver cómo ha terminado la cosa, que no puede ser peor….

Total, enciendo el ordenador y poco menos que el titular era éste: ¡El Partido del año! Tu vida no tiene sentido si no has visto este encuentro grandioso del Barça.

Ya no podía más. ¡Y encima me lo había perdido por una cita horrible, horrible, fatal…!

La llamo (si soy idiota, lo sé, lo tengo asumido). Y le digo que… tal que… yo lo intenté que ella era muy guapa y eso… y me suelta la niña (del exorcista).

-Es que no quiero ser cruel, así que me callo.

Yo por los suelos, porque encima… ¿me estás diciendo que me piense lo peor que alguien me podría decir y luego lo eleve a la décima potencia y lo meta en un agujero negro masivo y que lo que salga de ahí… soy así de feo? Me quedé fatal, mal… peor… No, es que es mejor no salir a la calle., pero yo que… me rio.

Y hoy nada… que cuento la anécdota y digo que si fui rechazado y tal a una persona… allegada y me dice algo así como…

-A ti es que con esa cara que tienes no se te acercaría una chica que no sea una prostituta.

¡Tomaaaaa! ¡Que el Martin despierta pasiones!

Bien, vale.

Me perdonaréis pero… es que ésta es mi vida. Y os juro que no entiendo nada.

Antes meneaba yo mi melena y me decía ante el espejo… venga que tú lo vales.

Últimamente… la cosa está complicada, jeje.

Me dicen que el problema es la bebida, pero no sé yo. En momentos así lo único que me apetece es tomarme un whisky porque…. ¡yo lo valgo!

P.S: Y ojito que he omitido detalles jugosos, porque lo de ayer estuvo requetebién. Tipo… pago yo todas las cosas y en una de las copas, me dice que por favor que ella invita… bien, es lo más bonito que me has dicho en toda la noche así que acepto, simpática… y pedimos las copas y va a pagar y le suelta la camarera…

-¿Pero vas a pagar lo de éste o mejor te cobro sólo lo tuyo?

Joer… que uno tiene corazón, de veras. Como ya no sé si reír o llorar… pues me voy a reír un poco porque…

Sean buenos, no sé… Para una vez que salgo…

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