El término latino Divide et Impera es más antiguo que Julio César, aunque muchos se lo atribuyen a él, y se refiere a eso de dividir al enemigo para sacar un mejor partido de tus recursos.. Las recientes elecciones en Estados Unidos han sido un claro ejemplo de esta división y cómo el señor Trump (y nada que objetar) ha usado la división para vencer en las elecciones.
América está dividida y ahora el mundo está dividido. No, lo de Obama se acabó y el eje occidental parece que se va a romper definitivamente (todos esperamos que vea a Dios como Bush y recapacite de alguna manera, pero no parece que ello vaya a suceder). Ahora tendremos, por una parte, un país muy poderoso que pretenderá ir a lo suyo (ya les costó lo suyo entrar en la II Guerra Mundial, no se crean), mirándose al ombligo junto con otras naciones haciendo más o menos lo mismo (miremos al Brexit y demás). Sí, la gente ha dicho basta a lo de los mercados internacionales o eso han interpretado ellos y en Alemania trabjo para los alemanes y en Francia, los franceses. Muy bien, señores, pero esto trae consecuencias y, como ya comentábamos en una ocasión, lo de echar a los ‘pandilleros’ cuesta un dinero (100.000 millones, nada menos) y lo de volver a la sociedad feudal como pretende Le Pen no es gratis.
Los cambios, aunque la propaganda nos contara que no lo entendieron en Moscú cierto día de Octubre, son paulatinos y, hasta llegar a esa revolución rusa, hubo muchos cambios previos que llevaron a tal situación. Hoy, el mundo ha cambiado y no parece que sean nuevas las perspectivas sino más bien un retorno a la nostalgia de lo que un día fue América, de lo que un día fue Europa, Inglaterra… sí, también Rusia.
Cuando Stalin vio como las hordas rusas (perdón por lo de hordas, me dejo llevar) llegaban hasta Berlín dijo eso de que los tiempos de los zares habían vuelto. No, jamás regresaron y Stalin, por mucho poder que tuviera y por muchos cadáveres que dejó a su paso, jamás fue un zar ni nada que se le pareciera y, en ese camino a la nostalgia, dejó también un mundo dividido.
En enero comienza el camino hacia un nuevo mundo dividido y cuarteado. Nos lo empezó a enseñar Inglaterra a pocos meses que los escoceses dieran un giro hacia el sentido común. Luego vinieron los ingleses y su mensaje, aunque por poco, fue claro: no a las alianzas y cada uno por su lado. Y no fue precisamente por la gente de las ciudades tampoco por las que pasó este primer cataclismo, no… como en América, ahora tendremos dos ejes, y parece que el que manda no es la gente que lee el New York Times cada mañana.
Divive et Impera. Divide y vencerás. Y han vencido.