Putin ha mostrado comprensión para esos hackers que actúan contra aquellos que hablan mal de Rusia. Ha sido durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo.
A ver, con calma y no empecemos a reírnos todavía a ver si aguantamos –al menos, hasta el segundo párrafo-. Vladimir Putin ha mostrado su comprensión para aquellos que actúan por su cuenta –hackers- porque, claro, están hablando mal de Rusia y entonces la gente saca la hoz y el martillo como yo el whisky. Ha afirmado que Rusia no se dedica al hackeo y que lo persigue y que no ha tenido nada que ver con lo de Estados Unidos ni con lo de Francia –vamos, que no tuvo nada que ver con las elecciones-.
¿Ha costado, eh? ¡Segundo párrafo! Pues eso, que Rusia no condena abiertamente a estos chicos patriotas porque saben que, en fondo, lo hacen de buena fe y que lo de agenciarse unos bitcoins… bah (por cierto, Putin ha declarado los bitcoins ilegales en Rusia, que lo sepáis, chavales). Entonces, llegamos a la conclusión que se trata de unos chicos aislados que obran de manera autónoma con su ordenador de la Perestroika entrando en los correos de Hilary Clinton así como entro yo en el súper y claro… todo esto guiados por el espíritu de Lenin o… Iván el Terrible. Vamos, que el amor a Rusia puede con todo y el patriotismo surge de los corazones eslavos así como a chorros y claro, ¿qué vamos a hacer contra eso?
Nunca me ha tocado salir en público a decir algo parecido ni con qué cara me quedaría pero bueno… feliz viernes y echadle un poco de cara a la vida que ya veis lo que se cuece por ahí.
¡Patriotismo y humor!
Voy a citarle por si nadie se lo cree, que esto es mucho: «Los hackers pueden estar donde sea y surgir de donde sea, de cualquier país del mundo. Y claro, en este caso el (telón de) fondo general de las relaciones interestatales tiene importancia, porque los hackers son gentes libres como los artistas: están de buen humor, se levantaron por la mañana y se ponen a pintar. Lo mismo sucede con los hackers. Se levantaron hoy, leyeron que en alguna parte pasa algo en las relaciones interestatales, y, si están de ánimo patriotico, comienzan a actuar tal como les parece correcto en la lucha con los que hablan mal de Rusia».
Y así que te quedas, con cara de póquer.