Los links naturales y el amor romántico

Martin Cid Martin Cid

Los links naturales son aquellos que, como el bosón de Higgs, surgen así como del amor infinitl de internet, de manera natural, como si la información fuera tan sumamente novedosa que, de alguna manera, hubieras descubierto esa información.

Pongamos, por ejemplo, que descubres una nueva partícula elemental mientras, por ejemplo, haces la cena o estás ligando por una app. Entonces decides, así como sin darle importancia, darlo a conocer al mundo gratuitamente y, claro, el resto del mundo considera tu hallazgo tan importante y son tan buenas personas que deciden, en su inmensa amgnificencia, atribuirte el mérito, y además, decir de dónde se ha sacado esa información sobre esa partícula elemental.

Eso es, más o menos y con mucha ironía, un link natural, de ésos que sí valen para los buscadores y que son eternos y maravillosos, como ese primer estadio del amor o ese primer principio del universo.

Otro ejemplo sería, por ejemplo, que descubres como Forrest Gump, el Watergate y decides propagar esa información. Al WP le tocó una vez en su larga carrera, y otros grandes periódicos publican primicias, igual no tan grandes pero sí interesantes, a diario. Bien, estas primicias generan links de manera automática y se propagan solos a la velocidad de la luz, de manera casi constante hasta que mueren, pero permanecen ahí, brillantes como la primera escena de 2001.

¿Y qué pasa si no somos capaces de descubrir partículas elementales ni trabajamos en el New York Times?

Los links no naturales

Hay un mundo oscuro por internet, una cosa que llaman el Black Hat SEO, que es más o menos lo siguiente: pagas y ponen links que, dicen ellos, se parecen a los naturales. La mayoría de los mortales ha jugado a esto desde que cierto buscador descubriera la pólvora y, mediante pago, se logran este tipo de links.

Desde lugares remotos existen lugares donde se dedican a esto. Se pueden encontrar fácilmente y generan links (mogollón de links) por un precio relativamente bajo.

Bien, pues estos, según cierto buscador, no son los buenos, ni los “guays”, porque lo que más mola es descubrir el bosón de MCM.

Y por si lo han olvidado en nuestro primer ejemplo (un tanto estúpido, lo reconozco), mientras descrubríamos los secretos del universo estábamos, a la vez, en una app de citas, lo cual nos viene muy bien para continuar este ejemplo: en las apps de citas, dicen, se esconde también el amor verdadero, ese persona millonaria, encantadora y guapa natural que, sin retoques estéticos de ningún tipo, ha estado ahí siempre para nosotros.

Ese amor tan romántico existe, dicen los buscadores, y sólo tenemos que darle al corazón y al aspa para descubrirlo porque ha estado ahí simpre.

Claro que, algunos y algunas, estamos ahí, como en una novela medio gótica, en un puerto lleno de gente peligroso, mujeres de pago y ladrones por doquier y nuestras almas se pervierten cada día en este mundo, mientras esperamos a zarpar para encontrar el sueño de matar a la gran ballena blanca: el link natural.

Pues con ironía o sin ella y sin seguir demasiado las reglas del SEO, ahora sabéis lo que es un link natural y os animo a que compartáis vuestros descubrimientos científicos con la humanidad y paséis de esas publicaciones especializadas en física cuántica, que dicen que en las redes sociales hay una comunidad científica muy activa que lo apreciará y os dará miles y millones de links sin apropiarse del contenido.

Venga, ánimo con el SEO y no vayáis a intentar engañar a los buscadores con malas artes.

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