Noche de San Juan es una serie dirigida por Per-Olav Sørensen protagonizada por Pernilla August y Dennis Storhoi.
Si buscan un drama familiar sobre el tiempo, la familia, las relaciones humanas y los cambios que da la vida, Netflix nos trae “Noche de San Juan”, un drama que transcurre en cinco capítulos durante el solsticio de verano combinados con algunos flashbacks.
Puede que a algunos espectadores les recuerde a Bergman, sobre todo a algunas de sus películas en cuanto a temática y construcción, pero “Noche de San Juan” es una obra televisiva sobre personajes que nos habla, sobre todo, de la aceptación del tiempo.
Una serie muy “a la europea” en la que destaca más la construcción de los personajes que la construcción visual y formulada en torno a los diálogos y lo que los personajes piensan y sienten (de ahí la cercanía al teatro europeo de Ibsen).
Un drama lleno de sentimientos sobre cómo aceptar la madurez y, sobre todo, el tiempo.
Argumento
Una familia se reúne para celebrar el solsticio de verano. Cada uno traerá sus pequeñas o grandes historias, en una celebración que traerá conflictos, viejos recuerdos y, también, nuevas esperanzas.
Sobre la serie
Una serie sobre la familia y el tiempo, de esas que hemos visto mil y de ésas que permanecen, porque son las historias de las generaciones, el tiempo y la vida y la muerte. Sí, todo ello tan trascendental y, a la vez, tan natural como el ciclo de la vida.
Todo gira en torno a los personajes y, por tanto, los actores brillan por encima de la factura estética de la serie (claramente televisiva). Todos destacan, en especial Pernilla August, que hace el papel de madre de los niños que decide tomar una decisión que los afecta de alguna manera a todos. Está fantástica en su papel, el que tiene que brillar en la serie y en torno al cual girarán el resto de personajes.
Pero no es una serie de un solo protagonista. Sí, hemos visto unas cuantas series y películas de este mismo tipo: aquí es un protagonista coral o, si quieren, un protagonista tan abstracto como la familia en sí o el propio tiempo que transcurre.
La fórmula es así: se plantea la dicotomía entre una celebración que, en el fondo, representa el propio transcurrir del tiempo y, durante ese breve periodo, los personajes se dan cuenta que el tiempo ha pasado y que todos, de alguna manera, han cambiado.
Sí, en el teatro del siglo XIX también lo hemos visto mil veces, y es que esta serie tiene también mucho de tratamiento teatral, como lo tenía Bergman en algunas de sus películas, sólo en algunas.
Nuestra opinión
Una serie que sabe jugar con la trascendencia, el tiempo y su propia teatralidad. Una serie cuya fuerza reside en las interpretaciones y en la construcción de los personajes. Una serie en la que hay que entrar y dejarse atrapar y que los personajes fluyan desde su aparente teatralidad hacia la realidad.