El Jovencito Frankenstein (Young Frankenstein) es una comedia dirigida por Mel Brooks protagonziada por Gene Wilder, que también la escribe junto al director.
Una de las emjores comedias de la Historia del Cine. Una aleccionadora cionta que nos enseñó a reirnos del cine clásico creando, precisamente, todo un clasico.
Argumento
La vida de un joven neurocirujano cambia cuando hereda el castillo de su abuelo en Transilvania, que resulta ser famoso Frankenstein, el hombre que devolvió a la vida a un nuevo ser con trozos de personas.
Crítica de la Película
Con el paso de los años, los espetadoress dirán eso de «ha envejecido»: sí, es más que probable y, por mucho que queramos, nada tiene exactamente el mismo sabor que el primer día ni superará la sensación primera, pero El Jovencito Frankenstein tiene la gran virtud de nacer «viaje» y siendo en sí misma del cine ya antiguo en 1974, revitalizándolo pero empleando las mismas armas narrativas que antaño.
La película al completo es una parodia y un homenaje, pero uno realmente bien hecho, con escenografía, planos con grúa (sí, se usaba), encuadres estilizados y diálogos cómicos que hacen mil referencias a la literatura y que el espectador un poco «culto» sin duda sabrá distinguir y disfrutar.
No, esta película no es una estupidez ni una burda parodia del género como tantas se han hecho, nacía ya con la conciencia de querer hacer algo «meritorio» y se nota en la concepción, en el sentido rítmico y que esta película no es una consecución de chistes más o menos graciosos (gags) para poder olvidarlos a los diez minutos, nace con el espíritu de permanencia y trabajo de personas que sí creían en su trabajo en un tiempo en el que el cine (aberración) era todavía también arte e industria a la vez: entretener, sí, pero teniendo en cuenta que también de vez en cuando alguien venía y hacia algo «artístico».
Trabajada hasta la médula y con gracia no sólo en la parte narrada: cada plano tiene detalles, simbología yconjuga la parodia a varios niveles: del visual al literario, al escenográfico e, incluso, al técnico (hacen cosas con la cámara en desuso, y dejan caer la gracia, de manera a veces bastante sutil).
Tiene la virtud de no ser nunca burda ni vulgar, de saberse reír y hacer un parodia no ya del personaje, sino de la propia Historia del Cine de Terror.
Nuestra Opinión
Cuando se conjuga gracia y disciplina técnica, las cosas suelen salir bien. Si, además estamos inspirados y estamos en nuestro mejor momento, os puede salir El Jovencito Frankenstein.
Otras Críticas
Mel Brooks está en su salsa en su película más disciplinada y visualmente creativa (…) Una adorable reflexión sobre nuestro amor-odio por los monstruos.
Roger Ebert: Chicago Sun-Times