«La maldición de la soga» es una película dirigida por Shih-Han Liao y escrita por Keng-Ming Chang.
Una buena película taiwanesa de terror clásica que bebe de los fantasmas del más reciente cine del continente asiático y de sus manifestaciones más recientes, sobre todo en las apriciones fantasmales, en la estética y, también, en la trama.
Eso sí, logra aglutinar elementos tradicionales y ceremonailes con el espíritu de los tiempos modernos y, a la vez, con un rollo ochentero de cintas de vídeo que, aunque no sea original en su mezcla, funciona perfectamente.
Buen desarrollo de la historia con flashbacks y buen tratamiento de la atmósfera.
Una película de terror que, sin demasiado presupuesto, sabe sacar todo de la historia gracias a una dirección inteligente y un montaje notable.
Crítica de la película
“La maldición de la soga” es una película que sabe las reglas del terror y que tiene bien claro cómo hacerlo y qué elementos emplear en cada momento, cómo jugar con el sonido (sobre todo) en una estructura efectiva, que no novedosa: la historia de dos amigas y una maldición.
Una película que se construye en base a las rupturas, como en las primeras secuencias, que narran rápidamente la amistad entre las dos chicas diez años atrás, que da lugar a la maldición. El proceso se realiza rápidamente, rompiendo abruptamente las escenas, que parecen cortadas, con rupturas rápidas en tanto en el montaje como en los planos, pasando de los tonos de las flores a la brutal imagen del suicidio.
Esto lo sabe hacer muy bien “La maldición de la soga”, rompiendo constantemente el ritmo del espectador y sorprendiendo con un montaje casi abrupto, muy original, mezclando bromas y finalmente, para llevarnos al embrollo, que se desmadejando poco a poco hasta llegar a la resolución que, si bien no sorprende en lo narrativo, sí a nivel estético, logrando amalgamar las dos historias (presente y pasado) en una coherencia de terror.
No es original, pero tiene lo suficiente y está todo tan bien hecho que no necesita grandes efectos: todo es un ejercicio de estilo, montaje, sonido y, finalmente, dirección.
Nuestra Opinión
Una cinta que, sin reinventar el género, sabe tomar de aquí y de allí y componer una buena historia de tradición y modernidad. Logra conjugar dos tiempos en uno gracias a un montaje tan atractivo como efectivo en una película que consigue impresionar sin grandes efectos.
Es lo que tiene el buen terror: cuando sabe impresionar sin recurrir al CGI.