Hoy vamos a recordar la película de la infancia de toda una generación, Los Goonies, y una de ésas que es, sin duda, un icono de la cultura de los años ochenta, la peli de Richard Donner que todos vimos en el cine y que, por mucho que nos pongan, no terminamos de olvidar.
Una entretenidísima película de aventuras muy familiar, pero con su toque atrevido.
Argumento
Un criminal se escapa de prisión y unos chicos buscan el tesoro de Willy “el tuerto” para salvar la casa familar. Todos vivirán una aventura que marcará sus juveniles vidas.
La Película. Crítica
Pues todo envejece y por mucho cariño que les cojamos a las cosas: Los Goonies ha envejecido y ha sido tan imitada que la original nos resulta hoy en día nos reslta algo forzada pero más por el peso de la posterior acumulación que por la peli en sí, que sigue siendo fantástica.
Una cinta llena de humor, con un ritmo vertiginoso y un sentido del guion muy clásico con más que evidentes referencias a R.L. Stevenson (que era muy entretenido, no sólo en La Isla del Tesoro). La peli quiere darnos un espectáculo y nos lo da, pero lo da con un guion elaborado que trata a los niños o adolescentes como seres inteligentes y capaces de reaccionar ante un argumento clásico: no enseña nada ni tiene moralina, tampoco hace falta “pasarse” de grotesco, pero la cinta tiene subtramas, personajes, movimiento… todo bien tratado y de una manera que hoy se nos antoja hasta fluida dado el nivel de colesterol narrativo que tenemos que consumir.
Ésta era una película comercial, muy comercial en su día, nacida y creada para hacer taquilla porque (nunca lo olvidemos) las películas cuestan dinero y esto era y es un negocio: pero se puede hacer negocio haciendo que volvamos al cine dándonos historias como ésta o “tonterías” mal estructuradas como las que nos hacen consumir hoy en día.
La cinta se mueve rápido en un tono de jóvenes investigadores de novela grupal para jóvenes, metiendo La Isla del Tesoro y dándole el toque americano de la época cuando Estados Unidos sí sabía a Estados Unidos y nos encantaba a todos en su frescura, al menos en el cine (aquí en política no entramos).
Los diálogos se mueven con la misma rapidez que las situaciones, ofreciéndonos giros, chistes, dobles sentidos que se complementan con las situaciones: o los niños de antes eran más inteligentes que los de ahora o algo les ha pasado a los guionistas.
Y no, los niños ahora no son más tontos, que nadie se engañe.
Verla de nuevo tiene el regusto de lo conocido y poco a poco la cinta te vuelva a ganar con un tipo tipo “factoría Spielberg” que era tremendo, haciendo de cada película de la compañía toda una revolución y conviertiendo el terror en Poltergeist en algo digerible para niños y adolescentes.
Los Goonies es un claro ejemplo de cómo convertir una obra comercial en algo bien narrado, efectivo a la vez que inteligente y digno de volver a ver.
Nuestra Opinión
Por si no queda claro: me ha encantado y ésta sí deberían ponérsela a sus hijos: una cinta inteligente en tiempos en los que no se calculaba la incidencia emocional de un chiste en la vida adulta del “churumbel”: te reías y punto.
Pues aquí: te entretienes de manera inteligente y punto.
Aunque sea para críos.
Director
Richard Donner
Reparto
Sean Astin / Mikey Walsh | Josh Brolin / Brand Walsh |
Jeff Cohen / Lawrence «Chunk» Cohen | Corey Feldman / Clark «Mouth» Devereaux |
Kerri Green
Martha Plimpton
Ke Huy Quan
John Matuszak
Robert Davi
Joe Pantoliano
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