Ryan Murphy (Indianápolis, 1965) es uno de los showrunners más influyentes de la televisión contemporánea. Su nombre se asocia a un tipo de entretenimiento premium que mezcla ambición industrial y marca autoral: series de alta conversación, reparto coral, factura estilizada y una capacidad inusual para lanzar franquicias que perduran. Entre FOX, FX, ABC, Netflix y ahora Disney, su firma ha impulsado éxitos como “Glee”, “American Horror Story”, “American Crime Story”, “9-1-1”, “Vigilante” y “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez”. En 2024–2025, Murphy ha encadenado nuevos proyectos —“Feud: Capote vs. The Swans”, “Grotesquerie”, el procedimental médico “Doctor Odyssey” y la expansión del universo “Monstruo”— mientras reordena su mapa de alianzas tras su etapa con Netflix y su regreso a Disney/20th Television.
Primeros pasos y primer impacto (1999–2010)
Murphy aterrizó en la ficción televisiva a finales de los noventa con “Popular” (1999–2001), comedia juvenil que ya dejaba ver su gusto por las tensiones sociales y el humor ácido. El primer gran golpe llegó con “Nip/Tuck, a golpe de bisturí” (2003–2010), un drama quirúrgico tan provocador como adictivo que convirtió a FX en una plataforma para historias con filo. La serie exploró el narcisismo, el deseo y la reinvención personal a través de casos clínicos extremos, con un empaque visual y narrativo que marcó escuela.
El salto a fenómeno global se consumó con “Glee” (2009–2015), comedia musical que cambió las reglas del juego del musical televisivo: cada episodio era un evento, los números musicales inundaban las listas digitales y los personajes conectaban con una audiencia transversal. “Glee” amplió el perímetro del mainstream, demostró la elasticidad del formato semanal y consolidó a Murphy como un creador capaz de unir audiencias familiares con conversación social.
El motor antológico de FX: construir franquicias (2011–2018)
A partir de 2011, Murphy activó un modelo de producción que se volvería su sello: antologías que renacen temporada tras temporada con nuevas tramas y repartos, bajo un mismo paraguas creativo.
- “American Horror Story” (AHS) (desde 2011) convirtió el terror en una antología pop: casas encantadas, asilos, aquelarres, freak shows, hoteles malditos o apocalipsis se sucedieron con libertad estilística y un elenco rotatorio de grandes nombres. AHS probó que el terror podía ser serializado con continuidad de marca y creatividad cambiante.
- “American Crime Story” (ACS) (2016–2021) aplicó la fórmula a casos reales: el juicio a O. J. Simpson, el asesinato de Gianni Versace o el impeachment a Bill Clinton. La minuciosidad de producción, la interpretación de su elenco y el abordaje de la cultura mediática convirtieron ACS en televisión de prestigio.
- “Scream Queens” (2015–2016) jugueteó con el slasher universitario y la sátira; “Feud” (2017– ) exploró rivalidades icónicas de la cultura estadounidense. En 2024, “Feud: Capote vs. The Swans” volvió a encender el formato, reconstruyendo el círculo social neoyorquino que Truman Capote incendió con sus confidencias.
En paralelo, Murphy moduló el músculo de procedimentales de alto voltaje con “9-1-1” (2018– ) y su spin-off “9-1-1: Lone Star” (2020–2025), series de emergencias que combinan set pieces espectaculares con tramas personales, y que han sido pilar de parrilla primero en FOX y después en ABC/Disney.
El capítulo Netflix (2018–2023): volumen, glamour y true crime
En 2018, Murphy firmó un macroacuerdo con Netflix que abrió una etapa de alto volumen creativo y una paleta muy amplia de géneros. De ese periodo surgieron:
- “The Politician” (2019–2020), sátira política juvenil de ambición operística.
- “Hollywood” (2020), miniserie de época que reescribe los sueños y sombras de la Meca del cine en la posguerra.
- “Ratched” (2020), thriller psicológico de estética retro que imagina el origen de la emblemática enfermera de “Alguien voló sobre el nido del cuco”.
- El doble golpe del true crime: “Dahmer – Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer” (2022), que se convirtió en uno de los mayores éxitos de la plataforma, y “Vigilante” (2022), miniserie inquietante sobre una familia acosada en su nueva casa.
- La expansión del sello con “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez” (2024) y una nueva entrega en 2025 centrada en otro caso emblemático dentro del mismo paraguas “Monstruo”.
Aunque en 2023 Murphy cerró ese ciclo para reunirse con Disney/20th Television y FX, varias de sus franquicias siguen vivas en Netflix por la propia naturaleza de los acuerdos y las ventanas de explotación: es el caso de “Monstruo”, “Vigilante” o “Ratched”.
Regreso a Disney/FX y la cosecha 2024–2025
El retorno a la órbita Disney ha traído una renovación del catálogo lineal/streaming de FX, ABC y Hulu (en España, Disney+):
- “Feud: Capote vs. The Swans” (2024) reabrió la antología con un retrato afilado del Nueva York más exclusivo.
- “Grotesquerie” (2024, FX/Disney+) irrumpió como un thriller de terror contemporáneo en torno a una detective sacudida por crímenes que parecen dirigidos a ella, con atmósfera sombría y una narrativa que juega con la percepción del espectador.
- “Doctor Odyssey” (2024–2025, ABC/Disney+), un procedimental médico ambientado en un crucero de lujo, propuso un escenario cerrado para casos límite y dinámicas de equipo; tras su primera temporada, la cadena decidió no continuarla.
- La franquicia “9-1-1” se mantiene como estandarte del procedimental espectacular; tras la etapa de “Lone Star”, la maquinaria del sello pivota hacia nuevos destinos con “9-1-1: Nashville” ya en el mapa de la cadena para la temporada 2025–26.
El resultado es un ecosistema de marcas que operan en paralelo: antologías (AHS, ACS, Feud), procedimentales (9-1-1 y derivados), thrillers (Grotesquerie) y true crime serializado (Monstruo). Un plan de contenidos que sabe moverse entre lo lineal y el streaming con eficiencia industrial.
Cómo trabaja Ryan Murphy: showrunner, fábrica y firma
Murphy ocupa un lugar singular en la industria: combina la figura del autor (decisiones de casting, tono, puesta en escena, recurrencia de colaboradores) con la de arquitecto industrial de franquicias.
- Bíblicas de serie y equipos rotatorios: cada antología arranca con una “biblia” clara (tema, estética, arco de temporada) y se levanta con grupos de directores, guionistas y productores que Murphy coordina desde la sala de montaje a la promoción.
- Repartos de prestigio: ha reunido a intérpretes de primera línea en televisión abierta y cable premium, y ha llevado ese casting “de cine” a plataformas generalistas, acortando la distancia entre TV y gran pantalla.
- Estética reconocible: colorimetría muy marcada, diseño de producción exuberante cuando conviene (del barroco de “Hotel” en AHS al mid-century de “Hollywood”), y una narrativa sin miedo al exceso cuando el género lo permite.
Su capacidad para convertir conceptos en marcas —y marcas en franquicias— es el nucleo duro de su propuesta: identifica contendientes de conversación (terror, crimen real, melodrama médico, emergencias) y los empaqueta con ritmo semanal y imagen contundente.
Éxitos, premios y reconocimientos
A lo largo de dos décadas, Murphy ha acumulado premios Emmy y Globos de Oro con sus antologías y dramas de prestigio. En 2019, como productor, fue parte del equipo que ganó el Tony a Mejor Reposición por “Los chicos de la banda” (revival de Broadway, posteriormente adaptado al cine para Netflix). En 2023 recibió el Carol Burnett Award en los Globos de Oro por su trayectoria televisiva. Más allá del palmarés, su impacto cultural es visible: ha instalado en el mainstream el formato de antología moderna, ha devuelto el músculo del procedimental de evento y ha demostrado que hay espacio para thrillers estilizados que generen conversación social y audiencias masivas.
Claves de catálogo: títulos y su legado
- “Nip/Tuck, a golpe de bisturí”: laboratorio de la estética Murphy y puerta de entrada del cable a relatos más audaces.
- “Glee”: el musical semanal como fenómeno pop global.
- “American Horror Story”: el tótem antológico de FX; mantiene músculo y reinvención desde 2011.
- “American Crime Story”: dramatización de casos reales con mirada a la cultura mediática y política.
- “Feud” y “Feud: Capote vs. The Swans”: la rivalidad como prisma para analizar poder, fama y clase.
- “9-1-1” (y derivados): arquitectura de set pieces y serialización emocional con ADN de prime time.
- “The Politician”, “Hollywood”, “Ratched”: la pata Netflix donde Murphy jugó con sátiras de poder, reconstrucción histórica y thriller psicológico.
- “Dahmer – Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer”, “Vigilante”, “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez”: true crime de alto impacto con enfoque de miniserie/evento.
- “Grotesquerie”: el terror contemporáneo bajo paraguas FX, con identidad visual y atmósfera premiables.
- “Doctor Odyssey”: experimento de procedimental médico de alto concepto en ABC, que cerró tras su primera temporada, síntoma de una estrategia que prueba y ajusta sin miedo.
2024–2025: presente inmediato y hoja de ruta
En 2024, Murphy reactivó su pata FX/Disney con “Feud: Capote vs. The Swans” y “Grotesquerie”, dejando claro que el tono adulto y la ambición visual siguen siendo su territorio natural. En 2025, la reordenación del universo “9-1-1” y el aterrizaje de nuevas entregas de “Monstruo” mantienen su nombre en la conversación semanal. La salida de “Doctor Odyssey” del lineal confirma otra constante del método Murphy: probar, iterar, consolidar y pasar página cuando un título no encaja del todo en la parrilla.
A corto plazo, su pipeline combina continuidad de franquicias y nuevos high concepts. Si algo ha demostrado su carrera es que no necesita una sola plataforma para sostener su imperio: lo verdaderamente estratégico es la propiedad de marca (AHS, ACS, Feud, 9-1-1, Monstruo) y su capacidad para relanzarlas con cada temporada.
Filmografía selecta y créditos en cine
Aunque su legado es eminentemente televisivo, Murphy también ha dirigido y producido cine: “Recortes de mi vida” (2006, adaptación de “Running with Scissors”) y “Come, reza, ama” (2010) mostraron su interés por relatos de búsqueda personal, y su trabajo como productor de “Los chicos de la banda” (2020) trasladó al audiovisual una pieza teatral clave, con una realización que funciona como prolongación de su mirada televisiva: el melodrama de cámara elevado por un elenco sólido y un diseño de producción meticuloso.
La ecuación Murphy: por qué sigue importando
En una industria hiperfragmentada, con la atención dividida y la presión por el “next big thing”, Ryan Murphy ha construido un método escalable:
- Marcas fuertes (antologías, franquicias de emergencias, true crime).
- Cadencia (temporadas/evento que justifican la cita semanal y avivan redes sociales).
- Talento (actores reconocibles, show bibles claras, dirección de arte reconocible).
- Multipantalla (de la emisión lineal al streaming, con ventanas internacionales consistentes).
Ese método explica que su nombre siga siendo garantía de tracción para cadenas y plataformas, que confían en su olfato para convertir géneros reconocibles en experiencias de marca. En 2025, con estrenos en marcha y franquicias vivas, Murphy no solo mantiene su influencia: la reformula en un ecosistema donde la conversación —tanto como los datos de audiencia— decide qué serie vive para contarlo.
