Crítico de Cine

Martin Cid Martin Cid

Siempre me ha gustado el cine. Adoraba las películas y siempre ha sido mi pasatiempo preferido (confesable, vamos). Resulta que me olvidé de él, después de dirigir un mediometraje y tal, escribir varios guiones y hasta actuar… preferí dedicarme a los libros (y he escrito unos cuantos, no se crean). Ahora bien, lo de ‘crítico de cine’ no se me había pasado por la cabeza (últimamente).

La vida da vueltas y he aquí que hoy me encuentro con una página que me incluye en su lista de críticos especializados (ejem). Vi esa película una tarde de domingo y bueno, no es que me apasionase pero parece ser que a alguien le gustó (la película a mí no me gustó demasiado, seamos sinceros, era un rollo bastante familiar pro-fecundación que calificaría de peli de terror si no quisiera ser tan majo y seductor), pero ya me han incluido entre los críticos, qué curioso.

Hace años leía revistas de cine y esas cosas (a Schopenhauer también, que nadie se crea) y con estas vueltas ahora tengo que ser yo (para promocionar mis libros) el que escriba sobre las películas (tampoco está tan mal).

Lo del cine no está mal. Te levantas, te pones un whisky, votas en la app de citas de turno (y a ti no te vota ni Dios, jeje), juegas a lo de los caramelos, te pones otro ‘chispazo’, vuelves a ver si te quedan vidas y vas a lo de las carreras y vuelves a ver si alguna ‘moza casadera’ te ha votado y… te pones otro whisky porque la cosa no está para ligar si no eres millonario y… finalmente te enchufas la primera película.

Me gusta el cine y creo que es el arte por excelencia del siglo XX. Bien es cierto que será superado y que esto de los ordenadores va demasiado rápido como para ponernos chulos e ignorarlo. Llega Netflix y revoluciona la manera de producir películas y le sueltan a Scorsese más de cien millones para que haga lo que se le ponga ahí y tan tranqulos. Mientras, los Oscar crean una categoría especial y los Oscar dejan de parecerse a sí mismos (hace años que no lo hacían) y el cine deja de ser tan ‘cine’ como antes y, seamos sinceros, las pelis ya no son tan buenas como antes, cuando en un año podías discutir sobre si la mejor del año era una o la otra. Ahora sucede como el premio Nobel y te pregunta: ¿pero qué ha bebido esta gente?

Beban lo que beban (y soy un acérrimo defensor del alcohol como expresión artística), los años dorados del cine parecen haber pasado y no hablo de los años 40, que fueron geniales, pero en los 80 y los 90 se hicieron grandes películas y parecía que la cosa no iba a detenerse ahí… hasta que llegó internet (lo adoro) y todo se ha vuelto rápido y de consumo. Antes era casi igual, y los Blockbusters no eran tampoco siempre una maravilla, pero se dejaban ver. Ahora… (jeje, y no hablo como crítico), la cosa da más bien un poco de pena (y George Clooney piensa como yo, si es que los guapos nos entendemos).

Pues nada, le doy las gracias a esta página por incluirme y también lo hago con un poco de pena, en tiempos en los que este escritor no se siente ni bien siendo escritor ni… espectador.

P.S: el vídeo va con mala leche, por si alguien no se da cuenta (antes diría ‘se apercibe’, pero para qué). Ale, bye, bye.

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